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El señuelo de la repatriación de menores migrantes con el que Marruecos atrapó a Canarias
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Ignacio Cembrero

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El señuelo de la repatriación de menores migrantes con el que Marruecos atrapó a Canarias

Pese a las promesas de Mohamed VI, ahora reiteradas por su ministro de Exteriores, Rabat no está dispuesto a repatriar a sus adolescentes no acompañados en España y Europa por varias razones. Una de ellas: pronto enviarán remesas a casa

Foto: El presidente de Canarias, Fernando Clavijo (i), durante la rueda de prensa que ha ofrecido junto al ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita. (EFE/Mohamed Meskine)
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo (i), durante la rueda de prensa que ha ofrecido junto al ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita. (EFE/Mohamed Meskine)
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"Marruecos está dispuesto a repatriar a cualquier migrante irregular del que se demuestre que es marroquí y que partió del territorio marroquí". Esas palabras de Nasser Bourita, ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, debieron de sonar a música celestial a Fernando Clavijo, el presidente de Canarias, que el martes pasado visitó Rabat.

Clavijo había pagado de antemano un precio por escucharlas en boca del ministro. Se desdijo de lo que escribió un año antes, en marzo de 2023, y respaldó públicamente la solución autonómica que propugna Rabat para resolver el conflicto del Sáhara Occidental sorteando el referéndum de autodeterminación de los saharauis. Lo hizo tan solo cuatro días después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea hubiese secundado el derecho a la autodeterminación en dos sentencias que tumban los acuerdos de pesca y asociación con Marruecos.

El presidente canario se desplazó a Rabat con una larga lista de ruegos encabezados por la repatriación de inmigrantes irregulares llegados a Canarias, especialmente los menores de edad. Su archipiélago tutela a más de 5.500 en centros muchos de ellos “masificados que no reúnen “las condiciones adecuadas para los menores”, según subrayó el miércoles Amnistía Internacional.

Desde hace dos años, Canarias solo ha logrado trasladar a 192 menores a otras comunidades de España. Ni siquiera se ha cumplido el acuerdo de mínimos alcanzado en julio pasado en la Conferencia Sectorial de la Infancia para reubicar a 347 de los menores acogidos en el archipiélago.

Foto: Esta es la estampa en uno de los centros que acogen a los migrantes en Canarias. (Cedida)

La escasa solidaridad del resto de España ha empujado probablemente a Clavijo a llamar a la puerta de Marruecos. Las primeras palabras alentadoras de Bourita han ido, sin embargo, acompañadas de la misma cantinela de matices. “Marruecos está listo, pero ¿es capaz de hacerlo la otra parte?”, se preguntó. “Si los migrantes no regresan es a causa de los obstáculos de la otra parte”, recalcó.

Aun así, Clavijo no se desanimó. Siguió creyendo en las promesas. “Hemos acordado abrir un espacio en el que trabajar de manera conjunta Marruecos, España y Canarias para que los menores no acompañados marroquíes puedan regresar a sus hogares”, declaró.

Foto: Dos personas miran a una patera en la costa canaria. (Cedida)

La promesa más solemne la formuló el propio rey Mohamed VI, en junio 2021, en un comunicado publicado en su nombre por los ministerios de Asuntos Exteriores e Interior de Marruecos. El monarca dio entonces “Sus Altísimas Instrucciones (...) para que se resuelva definitivamente la cuestión de los menores marroquíes no acompañados que se encuentran en situación irregular en algunos países europeos”. “Su Majestad el Rey, que Dios lo Guarde, ha subrayado el compromiso claro y firme del Reino de Marruecos de aceptar el retorno de los menores no acompañados (...)”, aseguraba el texto.

Aquel comunicado intentaba mitigar la mala imagen dada por las autoridades de Marruecos al fomentar, a finales de mayo de 2021, la entrada en Ceuta de más de 10.000 migrantes irregulares en menos de 48 horas. La quinta parte eran menores a los que, a veces, se engañó prometiéndoles que del otro lado de la frontera conocerían, por ejemplo, a Lionel Messi. En el camino hacia Ceuta murieron tres marroquíes, dos ahogados y un tercero a causa de una caída.

A continuación, el soberano señalaba, como lo hizo Bourita el martes, que si las repatriaciones no fluían se debía “esencialmente a los complejos procedimientos de algunos países europeos”. Describía además a Marruecos como una víctima de las “redes criminales que utilizan las llamadas condiciones precarias de los menores como pretexto para explotarlos”. Detrás del adolescente que llega a nado a Ceuta no hay ninguna red criminal.

Foto: Imagen de archivo de uno de los traslados. (EFE)

Es verdad que los países europeos tienen legislaciones garantistas y que la devolución de un menor está sometida a numerosos requisitos para asegurar su protección. Muchos de ellos no quieren además regresar porque esperan abrirse camino en Europa, ayudar algún día a su familia enviando remesas, etcétera.

Ahora bien, las repatriaciones de los más pequeños y de aquellos, ya adolescentes, que sí están dispuestos a volver requieren una cooperación de las autoridades marroquíes que estas no brindan. Se necesita, por ejemplo, un informe de las autoridades del país de origen, en el que se identifique a su familia, la colaboración de los consulados etcétera.

España firmó con Marruecos, en marzo de 2007, un acuerdo sobre devolución de menores no acompañados que es papel mojado. Hubo otros países europeos que siguieron su ejemplo. El Ministerio del Interior sueco anunció, en enero de 2016, que Marruecos “estaba dispuesto a repatriar al mayor número de sus ciudadanos” empezando por los menores.

Foto:  Una migrante es conducida por una soldado española mientras es deportada a Marruecos tras cruzar la frontera a nado desde Marruecos. (Reuters/Jon Nazca)

Casi cinco años después, en diciembre de 2020, el ministro francés de Justicia, Eric Dupond-Moretti, suscribió con su homólogo marroquí, Mohamed Ben Abdelkader, un convenio muy parecido al español. El último en tomar una iniciativa similar fue, en febrero de 2023, el titular neerlandés de la cartera de Inmigración, Eric van der Burg, con el ministro marroquí de Interior, Abdelouafi Laftit.

Ninguno de los acuerdos concernientes a los menores se aplica y en lo relativo a los adultos marroquíes, Rabat también arrastra los pies. Solo aceptó en 2023 el 8% de las expulsiones solicitadas por el conjunto de los países de la UE, un porcentaje algo inferior al de Argelia.

Incluso en un país buen conocedor de los meandros de la política marroquí como es Francia, a veces se ilusionan con que, por fin, va a ceder y llevarse de vuelta a sus menores. “Migrantes en La Goutte d'Or: la policía marroquí acude al rescate de la ciudad de París”, titulaba el diario Le Figaro en julio de 2018.

Foto: Varios niños aguardan en el puerto de Tánger esperando poder esconderse en un camión para cruzar el Estrecho, en 2007. (Reuters)

En ese barrio de La Goutte d’Or vivía en la calle un grupo de jóvenes marroquíes, muchos de ellos adolescentes, que se negaban a ingresar en centros de acogida y cuya convivencia con el vecindario era tensa. En el verano de 2018 Rabat envió hasta allí a media docena de policías y trabajadores sociales para identificarles con vistas a su repatriación, pero, al final, ninguno regresó.

De vez en cuando, eso sí, las autoridades marroquíes manifiestan su preocupación por el trato otorgado a sus menores en Europa. Con España lo hicieron de forma contundente, en febrero de 2021, convocando a Ricardo Díaz-Hochleitner, entonces embajador en Rabat. Le expresaron su “preocupación” e “inquietud” por un pequeño incidente en un centro de acogida de Tafira (Gran Canaria) en el que intervino la Policía Nacional y del que se enteraron por un vídeo que se hizo viral.

La emigración es una válvula de escape que alivia las tensiones en una sociedad marroquí en la que el 35,8% de los jóvenes está en paro, un porcentaje que sería mucho más alto si el desempleo se calculase con los criterios que imperan en la UE. La emigración es, a medio plazo, una fuente de divisas porque en cuanto trabajan y ahorran un poco los marroquíes mandan dinero a casa.

Las remesas equivalen oficialmente al 8,5% del PIB de Marruecos, más que el turismo. Ese porcentaje debe de ser algo más alto porque cuando regresan de vacaciones a su país los inmigrantes llevan dinero en mano, para gastar y para ayudar a sus familiares. Esos flujos no aparecen en las estadísticas.

"Marruecos está dispuesto a repatriar a cualquier migrante irregular del que se demuestre que es marroquí y que partió del territorio marroquí". Esas palabras de Nasser Bourita, ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, debieron de sonar a música celestial a Fernando Clavijo, el presidente de Canarias, que el martes pasado visitó Rabat.

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