Es noticia
Una oportunidad histórica para la igualdad de género
  1. España
  2. Tribuna
Laura Fernández Lord

Tribuna

Por

Una oportunidad histórica para la igualdad de género

Ha habido progresos importantes en educación, salud, en legislación contra la discriminación y la violencia de género o en reducción de la pobreza; pero seguimos muy atrás en empoderamiento económico y político

Foto: Manifestación de la Comisión 8M en Madrid por el Día Internacional de la Mujer 2024. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)
Manifestación de la Comisión 8M en Madrid por el Día Internacional de la Mujer 2024. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

Entramos en un mes de marzo diferente porque además de celebrar el Día Internacional de la Mujer, conmemoramos los 30 años de la conferencia mundial celebrada en Pekín, que puso el foco en ampliar la igualdad de derechos, las oportunidades para todas y un futuro feminista que no deje a nadie atrás, por y para todos.

Pero volvamos la vista atrás

Cuando yo tenía 16 años no sabía qué era la igualdad de género ni me consideraba feminista. Pensaba que la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres era algo natural y real y quizás por ser de la generación de la Constitución.

Y, sin embargo, mientras era ajena a la realidad que vivían millones de mujeres, en Pekín, 189 Gobiernos firmaron el que hoy sigue siendo el plan más progresista por la igualdad de género. Allí, Hillary Clinton pronunció la icónica frase: “Los derechos de las mujeres son derechos humanos y los derechos humanos son derechos de las mujeres”. Algo que, por obvio que resulte, conviene recordar en el contexto actual en el que, si hacemos un zoom, lo que vemos es que 30 años después ningún país ha logrado la igualdad de género y no podemos dar nada por sentado. Al ritmo actual, tardaremos 134 años en lograrlo (5 generaciones) según el Foro Económico Mundial. Una realidad incontestable por mucho que muchos nos quieran hacer creer ahora lo contrario.

2025, un año crucial

Crucial, decisivo, clave, esencial… podríamos seguir buscando sinónimos, porque se revisan los avances en los derechos de las mujeres y niñas en todos los ámbitos: educación, salud, participación política, empoderamiento económico, eliminación de la violencia de género, justicia climática o acceso a tecnología, ¿quién da más?

Es cierto que ha habido progresos importantes en educación, salud, en legislación contra la discriminación y la violencia de género o en reducción de la pobreza; pero seguimos muy atrás en empoderamiento económico y político. El retroceso es posible.

Foto: Michelle Ferrari, presidenta WEF Iberoamérica

A nivel mundial, las mujeres solo ocupan el 27% de los cargos públicos. Y al ritmo actual, tardaremos 152 años en cerrar la brecha de participación económica. Pero hablemos del coste de oportunidad: en España, el coste de la desigualdad entre hombres y mujeres asciende a más de 255.000 millones de euros, un 17% del PIB de 2023, según el V Indicador de Brecha de Género de Closing Gap, asociación que analiza las brechas de género, realizado por PWC y que agrupa a empresas españolas que apuestan por la igualdad como Merck, Redeia, BMW, Mapfre, Enagás, entre otras.

Al ritmo actual, quizás en mi 84 cumpleaños pueda celebrar también que hemos alcanzado la equidad en nuestro país.

Ahora miremos la realidad de América Latina, donde sólo la mitad de las mujeres se emplea (frente al 75% de los hombres). Una de cada cuatro no tiene ingresos propios (hasta un 40% cuando son más vulnerables). Este contexto impacta en uno de los mayores desafíos de la región: la pobreza. Por cada 118 mujeres en situación de pobreza hay 100 hombres pobres. Pero ellas suman a la pobreza económica otras carencias en educación, salud o vivienda: un 62% está en esta situación de pobreza multidimensional, según el PNUD.

Foto: Una joven revisa su ordenador en una oficina. (Pexels)

Las alternativas que tienen para obtener ingresos son emplearse o emprender en la informalidad (como hacen el 60% de ellas, según ONU Mujeres). Por eso esta región tiene las tasas de emprendimiento femenino más elevadas del mundo. Sin embargo, sus negocios no pueden desarrollar todo su potencial. No pueden hacerlo porque 900 millones de mujeres no tienen acceso a una cuenta bancaria y un porcentaje escaso accede a crédito o cuenta de ahorro. Se estima que las necesidades de financiación de las MiPYMEs propiedad de mujeres ascienden a 1,7 billones de dólares a nivel mundial (de los que 100.000 millones de dólares sólo en América Latina).

Además, tienen otro obstáculo que superar: el trabajo no remunerado doméstico y de cuidados, al que dedican hasta las 40 horas semanales en la región. Cuidar de niños, mayores u otros dependientes les lleva a emprender en actividades ligadas al hogar y en sectores económicos de escaso valor agregado (comercio minorista, servicios de comida, belleza…) lo que limita sus ingresos y crecimiento.

Y aún existen brechas en el acceso a internet, a dispositivos móviles inteligentes, planes de datos y otras tecnologías por parte de las mujeres. Según GSMA, el lobby de operadores de telefonía móvil, cerrar esta brecha podría aportar hasta 700.000 millones de dólares al PIB mundial.

Foto: Imagen: Laura Martín.
TE PUEDE INTERESAR
Patrón macho: así se ha diseñado el mundo sin tener en cuenta a las mujeres
María Zuil Michael Mcloughlin Diseño: Laura Martín

Finalmente, tenemos la amenaza del cambio climático. Hasta 158 millones de mujeres y niñas podrían caer en pobreza extrema de aquí a 2050 viviendo por debajo de 2,15 dólares al día. Esta cifra es paradójica, ya que las mujeres son agentes de sostenibilidad, garantes de la biodiversidad y más proclives a cuidar de la naturaleza cuando se les brindan los medios.

Por todo esto, aún tenemos mucho por hacer. Así lo entendemos en la Fundación Microfinanzas BBVA, donde desde 2007 hemos apoyado a 6 millones de emprendedores de cinco países de América Latina en situación de vulnerabilidad con más de 21.000 millones de euros en créditos productivos. En la actualidad proveemos de servicios financieros (crédito, ahorro, seguros) a 3 millones de personas, el 58% son mujeres. El 85% de las mujeres que atendimos por primera vez en 2024 viven en vulnerabilidad y el 42% en pobreza extrema, el 69% son jefas de hogar con dependientes a cargo, una tendencia ascendente en la región y motivo de preocupación al ser un colectivo especialmente vulnerable.

Para apoyar su progreso, contamos con una estrategia de empoderamiento económico que busca ofrecer financiación para sus negocios (660 millones de dólares en créditos en 2024), junto con formación (de las más de 600.000 personas que hemos educado el 60% eran mujeres), acceso a tecnologías y ecosistemas digitales de ventas, pagos o asociatividad, seguros que cuidan de su salud y la de sus familias por 1 a 3 dólares al mes (con apoyo económico durante la lactancia, mamografías, consultas psicológicas y legales). Contamos con banca grupal o con aval solidario para las más vulnerables, créditos para implementar medidas de adaptación sostenibles en la ganadería familiar(mayoritariamente realizadas por mujeres) y programas de educación financiera con enfoque de género, formación en roles de género, alfabetización y marketing digital… Y buscamos múltiples alianzas con otras organizaciones que como nosotros apuestan por ellas.

Foto: Foto: iStock.

Ellas progresan, y de manera continuada: sus negocios crecen al 15% y la mitad abandona su situación de pobreza en el tercer año con la fundación.

Sumando todo lo anterior, no podremos tener un desarrollo sostenible e inclusivo si no contamos con la mitad de la humanidad. Jamás acabaremos con la pobreza, mejoraremos la salud ni detendremos el deshielo del planeta, entre otros objetivos, si no se respetan y realizan los derechos de las mujeres y niñas. Y además, hay una oportunidad económica en hacerlo: cerrar las brechas de cuidados podría generar hasta 300 millones de empleos e incrementar el PIB mundial un 21%, según datos de ONU Mujeres. La igualdad real beneficia a toda la sociedad.

Pero volvamos al presente, mirando de frente a este marzo de 2025, vemos en sus ojos un riesgo real de retroceso y en sus retinas, una polarización y un peligroso cuestionamiento global sobre la igualdad de género. A quienes trabajamos por el desarrollo, la inclusión y la igualdad de derechos y oportunidades (que es la definición del feminismo) nos preocupa regresar a 1995 o incluso más atrás. Nuestras hijas no pueden vivir en un mundo con menos oportunidades y derechos que nosotras.

Foto: La iniciativa busca empoderar a las jóvenes STEM en su camino formativo y laboral. Imagen: cedida.

Lejos de ser pesimista, creo que tenemos que seguir trabajando para elevar nuestras voces -las de las mujeres y también las de los hombres- y, especialmente los jóvenes; incrementar la financiación y cerrar las brechas económicas y, lo más difícil, desmontar las creencias, sesgos y prejuicios ligados al género con los que hemos sido educados.

El esfuerzo debe ser colectivo. Si no somos capaces de unirnos como sociedad, más allá del género, y entender que ésta es la mejor inversión que podemos hacer en nuestro futuro, la desigualdad y la pobreza seguirán campando a sus anchas. Tenemos una oportunidad histórica para lograr la igualdad real que no podemos desperdiciar: se lo debemos a las niñas y mujeres del futuro. Apostar por ellas es apostar por el progreso de todos.

*Laura Fernández Lord, responsable de Sostenibilidad, Equidad e Inclusión. Fundación Microfinanzas BBVA

Entramos en un mes de marzo diferente porque además de celebrar el Día Internacional de la Mujer, conmemoramos los 30 años de la conferencia mundial celebrada en Pekín, que puso el foco en ampliar la igualdad de derechos, las oportunidades para todas y un futuro feminista que no deje a nadie atrás, por y para todos.

Igualdad de género
El redactor recomienda