:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2F56d%2F313%2F08b%2F56d31308b5650fe730f76539544a82ce.png)
Tribuna
Por
El Gobierno ya tiene lo que más le importa: un relato para los suyos
Los operadores privados son culpables. El Gobierno nos rescató. La investigación está abierta pero las renovables no fueron. Los españoles somos solidarios pero tenemos una derecha mala. Todo encaja en la narrativa de Sánchez
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F624%2F49e%2F6c6%2F62449e6c6d3d7ba348ff165e536ea87f.jpg)
Tardaremos días en saber qué sucedió exactamente el lunes pasado. Pero eso no es demasiado relevante para el Gobierno. Lo importante para él es que ya dispone de un relato acerca de lo que sucedió. Y que ha superado la prueba de fuego: sus partidarios lo repiten con total naturalidad.
El relato empieza con el principio rector de Pedro Sánchez, según el cual su Gobierno se basa en los conocimientos técnicos, la ciencia y la búsqueda de la verdad. Habrá un "análisis independiente", una "comisión de investigación"; habló de informes de reguladores independientes, de apelaciones a las instituciones europeas y de un "análisis fidedigno". Pero ya sabemos que nada de esto puede contradecir el relato ideológico del Gobierno. Todo conocimiento está al servicio de este.
Y, de hecho, el presidente ya ha empezado a contradecir algunas de las incipientes hipótesis de los expertos. La mayoría de ellos, e incluso Redeia, parecen descartar el ciberataque; él dijo que quiere investigar esa posibilidad. Muchos expertos apuntan que pudo haber un problema procedente de las renovables; él ya sabe que no. Quizá en ese contexto el cierre de las nucleares podría ser un error; él ya sabe que las nucleares son parte del problema. Todas las opciones están abiertas, dice el presidente, pero él ya ha escogido las suyas.
La siguiente afirmación del relato es que Redeia es un operador privado. Se trata de una descripción dudosa: el ochenta por ciento de su capital es privado, pero el Gobierno escogió a su presidenta, que es miembro del PSOE, ex ministra de José Luis Rodríguez Zapatero, carece de experiencia en el sector energético y pasó directamente del escaño del grupo socialista en el Congreso a la presidencia de Redeia. Pero el adjetivo "privado" es importante, porque el relato exige que el problema sean los operadores privados. Ellos crean el caos y luego el Gobierno defiende a sus víctimas. Por eso, el Gobierno no debe asumir responsabilidades, sino que, como dijo el presidente, "exigirá responsabilidades". El socio menor de la coalición, Sumar, ha afirmado que habría que nacionalizar Red Eléctrica. Alguno de sus miembros aludirá a que sus dos principales accionistas privados son nada menos que Amancio Ortega y BlackRock. Pero eso será ruido que el presidente ignorará. Lo importante ya lo ha anunciado: falló el sector privado, pero por suerte el Gobierno reaccionó rápido y gracias a él se pudo restituir la normalidad en unas pocas horas. Ese es el centro narrativo.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F061%2F301%2Ff30%2F061301f30b4fab4c0f001823ea554f7f.jpg)
Este tiene más ramificaciones secundarias. Si el Gobierno pudo solventar ese desaguisado es porque su presidente actuó enseguida y, a diferencia de Carlos Mazón en el caso de la dana de Valencia, no se fue a comer a un reservado. De hecho, este Gobierno tiene un gran mérito, dice también el relato: ha vivido crisis provocadas por volcanes, una pandemia, una guerra en Ucrania y una DANA, pero Sánchez ha hecho frente a todo con capacidad de gestión y liderazgo (véase que el Gobierno no tiene responsabilidad en el apagón, sino que le sucedió como si fuera un acontecimiento climático o un evento lejano sobre el que no tuviera ningún control). El Gobierno también nos aconseja que no nos dejemos llevar por los bulos y que solo creamos la información oficial: la información real es escasa —es lógico: tardaremos tiempo en saber realmente lo que ha pasado—, pero mientras tanto debemos creernos el relato.
Polarizar un poco más
Otra parte relevante de este relato ya la ensayó el Gobierno con gran éxito durante la pandemia. Esta dice así: los españoles somos gente extraordinaria. Somos capaces de mantener el orden y la responsabilidad de manera espontánea, vemos el lado bueno de las cosas e incluso nos tomamos unas cañas mientras el Gobierno arregla los problemas. En otros países se hubieran producido disturbios o incluso saqueos. En parte, es por nuestro carácter alegre y solidario; en parte, porque confiamos en este Gobierno. ¿Cuál es el problema? Que hay gente que quiere emborronar esos logros mediante bulos, recriminaciones extemporáneas, malas intenciones o usos espurios de sus responsabilidades. Esa gente es la derecha. El PP y Vox, que no saben gestionar nada. Son también los medios afines que esos dos partidos pagan con dinero de todos los españoles. Y, por supuesto, las redes sociales basadas en el anonimato.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F218%2F785%2F396%2F218785396c521a8eef66d3d661d4bd6d.jpg)
Algunas de las afirmaciones de este relato son ciertas y otras son verosímiles, pero el relato en su conjunto se basa en la fe. En concreto, en la fe de los votantes de izquierdas. Se me puede responder que todos los gobiernos del mundo crean relatos ficticios y que eso habría hecho el PP. Es posible. Pero Pedro Sánchez y toda la generación de ministros y asesores que hoy detentan el poder han demostrado reiteradamente que su prioridad es siempre el relato y la confirmación ideológica, y que consideran la gestión una herramienta secundaria de la política. Hoy, tras un enorme fallo de la red, esa estructura de prioridades está quedando una vez más a la vista. Lo más interesante, por supuesto, es que volverá a funcionar.
Tardaremos días en saber qué sucedió exactamente el lunes pasado. Pero eso no es demasiado relevante para el Gobierno. Lo importante para él es que ya dispone de un relato acerca de lo que sucedió. Y que ha superado la prueba de fuego: sus partidarios lo repiten con total naturalidad.