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Esperanza Aguirre y los "liberales" no saben en qué mundo viven
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Ramón González Férriz

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Esperanza Aguirre y los "liberales" no saben en qué mundo viven

Con la excepción de Milei, en la nueva derecha imperan los proteccionistas y los manirrotos. El presupuesto de Trump disparará la deuda. Pero nuestros "liberales", antes tan obsesionados con la economía, no están para estos matices

Foto: Esperanza Aguirre interviene en el Madrid Economic Forum. (EP)
Esperanza Aguirre interviene en el Madrid Economic Forum. (EP)
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La semana pasada, Esperanza Aguirre dio una entrevista a El País para promocionar su nuevo libro. "Yo no creo en el Estado de bienestar para nada", dijo, lo que suscitó el previsible escándalo de los lectores del periódico. Ayer se clausuró el Madrid Economic Forum, una celebración del libertarismo económico nacional, al que acudieron 7.000 personas. Podría parecer que estamos viviendo el gran momento de la derecha antiestatalista. En realidad, no es así.

Porque, casi al mismo tiempo, en Estados Unidos estallaba la ruptura entre Elon Musk y Donald Trump. En España hemos tendido a ver ese choque como la consecuencia inevitable de dos caracteres narcisistas y arrogantes. Es así. Pero también es fruto de una colisión en el interior de la nueva derecha. Y, en ella, el libertarismo va perdiendo.

El libertario frente al nacionalista

Musk es un libertario que cree que el Estado es ineficiente, genera una deuda desproporcionada y limita la innovación. Por ello, Trump le encargó que liderara el proyecto DOGE, destinado a despedir funcionarios y recortar gastos inútiles y fraudulentos. Pero Musk ha fracasado: empezó diciendo que reduciría el gasto en un billón de dólares. Luego redujo la cifra a 150.000 millones. No ha conseguido ni eso. El gasto federal ha aumentado en lo que va de año un 9%. Y Trump presentó una ley fiscal que aumentará aún más el déficit, que superará el 7% anual, y disparará la deuda, que ya es de más del 120% del PIB, en 2,4 billones de dólares en 10 años. (En comparación, España cerró el año pasado con un déficit del 3,2% y una deuda del 101,8%).

Ese presupuesto horrorizó a Musk, que lo llamó una "monstruosidad abominable". Eso, junto a su rechazo a unos aranceles que traicionan el espíritu libertario, fue el origen intelectual de la espectacular ruptura. Otros republicanos partidarios del Estado pequeño que confiaban en Trump se escandalizaron. Algunos senadores están intentando reducir el gasto para que esas cifras no empeoren aún más. Es posible que consigan algo. Pero Jamie Dimon, el CEO de JPMorgan, ya ha dicho que el bono estadounidense se encamina hacia un crack.

Foto: Cumbre del partido Patriotas en Madrid. (EFE) Opinión
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A Trump, como a la mayoría de políticos estándar, las amenazas a largo plazo no le quitan el sueño. Y nunca ha sido un libertario: su programa político consiste en bajar los impuestos a los ricos y, al mismo tiempo, ser popular entre las clases trabajadoras gracias al proteccionismo. Tiene tanto talento político que lo está consiguiendo. Pero ese no es un programa liberal, sino la definición exacta de su contrario, el populismo nacionalista.

El verdadero libertario

Javier Milei cerró ayer el festival de nuestros peculiares "liberales". Quienes éramos muy escépticos con la capacidad del presidente argentino para darle la vuelta al desastre económico de su país estábamos equivocados. Lo ha logrado haciendo exactamente lo contrario de lo que propone Trump: generar un superávit mediante la reducción real de gastos y abrir rápidamente su economía. Ha recortado los aranceles y deja que los productos extranjeros compitan con los nacionales. La inflación se ha reducido enormemente. Es interesante que este celebrado libertario haya iniciado las reformas comerciales que la hoy odiada Unión Europea lleva décadas defendiendo e implantando. Milei, de hecho, es muchísimo más ortodoxo de lo que su pelo, su retórica y sus berridos permiten suponer.

La funcionaria libertaria

Pero los libertarios españoles admiran al mismo tiempo a Trump y a Milei. En realidad, lo que aman es su estilo agresivo y anti-izquierdista, no la sustancia de sus políticas, que es antitética. Mi sospecha, sin embargo, es que las ideas de Trump tienen muchísimo más porvenir en Occidente que las de Milei, a pesar de que este aún es popular en su país. Tristemente, nuestro futuro no es libertario sino nacionalista. La facción de la derecha radical que está ganando en Estados Unidos y en Europa —Vox, Le Pen, AfD— es proteccionista y manirrota. No quiere reducir el Estado, sino ponerlo al servicio de sus intereses.

Foto: Andre Ventura, del Chega!. (EFE) Opinión

Pero se trata de un matiz que no interesa mucho a nuestros "liberales". Para ellos lo importante es la agresividad, la agenda anti-woke y las criptos. Los matices del déficit, la deuda o los bonos, de repente, interesan poco a una gente que se preciaba de su meticulosidad económica.

Lo que nos lleva de vuelta a Aguirre. En su libro explica cómo preparó las oposiciones para convertirse en funcionaria del Cuerpo de Técnicos de Información y Turismo del Estado, cómo fue ascendiendo por el escalafón de la administración española, cómo pasó directamente del funcionariado a la política y cómo, en definitiva, desde los 24 años ha trabajado casi en exclusiva para la administración pública. Es la clase de funcionaria a la que Musk despediría o a la que Milei le bajaría el sueldo. Encarna perfectamente las contradicciones de la nueva derecha. Pero de momento, y sin duda, quienes ganan no son los libertarios de los que ella cree formar parte, sino Donald Trump. El Estatalista en Jefe.

La semana pasada, Esperanza Aguirre dio una entrevista a El País para promocionar su nuevo libro. "Yo no creo en el Estado de bienestar para nada", dijo, lo que suscitó el previsible escándalo de los lectores del periódico. Ayer se clausuró el Madrid Economic Forum, una celebración del libertarismo económico nacional, al que acudieron 7.000 personas. Podría parecer que estamos viviendo el gran momento de la derecha antiestatalista. En realidad, no es así.

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