Es noticia
La inmunidad parlamentaria de José Luis Ábalos contra Pedro Sánchez
  1. España
  2. Tribuna
Eloy García

Tribuna

Por

La inmunidad parlamentaria de José Luis Ábalos contra Pedro Sánchez

El único apoyo que desde la investidura hasta ahora ha sostenido al Gobierno ha sido la capacidad de Sánchez para repartir prebendas a cambio de promesas de no poner en marcha los mecanismos constitucionales que pudieran hacerle caer

Foto: Ábalos en su escaño en el Congreso. (EP/Fernando Sánchez)
Ábalos en su escaño en el Congreso. (EP/Fernando Sánchez)

Quien le iba a decir al malencarado y genial conde de Mirabeau que su dilatada experiencia judicial y sus escabrosos episodios carcelarios terminarían fletando una institución que marcaría los avatares de la vida constitucional de los próximos doscientos cuarenta años. La Inmunidad Parlamentaria irrumpe en la historia moderna el 20 junio de 1789 cuando, ante el temor de ser allanados por las bayonetas del Rey, los diputados la imponen de manera concluyente tras haberse constituido en Asamblea Nacional y jurar emocionados no separarse hasta haber dotado a Francia de una Constitución.

La epopeya la dibuja David en el grandilocuente lienzo Le Serment du Jeu de Paume y la define —constitucionalmente— Zagrebelsky en una monografía que cimentará la fama que le deparará el estrellato académico.

La Inmunidad Parlamentaria —en realidad tres figuras vinculadas internamente: la inviolabilidad que permite expresarse libremente a los representantes, la inmunidad que impide su procesamiento sin autorización de la cámara a la que pertenecen y su aforamiento procesal ante el Tribunal Supremo— emergerá así como contrapunto constitucional a la intangibilidad del monarca. Será el instrumento que permitirá que los elegidos respondan exclusivamente ante sus electores, evitando que los jueces —que en el constitucionalismo del siglo XIX formaban parte del aparato dominado por el Rey— interfirieran en su dependencia de la sociedad.

La Inmunidad Parlamentaria, como garantía de una división de poderes que evite la subordinación de la autonomía del Parlamento a la Corona, perderá parte de su sentido original cuando la democracia política se imponga y el ejecutivo pase a depender del legislativo. Será entonces cuando Kelsen —Esencia y Valor de la Democracia— propugne su desaparición, o al menos su reducción al mínimo, una vez que los jueces se encuentran sometidos plenamente al imperio del Derecho.

Foto: Imagen de archivo de Pedro Sánchez durante la campaña electoral de 2018. (Reuters/Del Pozo) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
2018-2025, radiografía de un tiempo oscuro
Ignacio Varela

Desde ese día la inmunidad sobrevivirá en el Estado Constitucional-democrático reconvirtiéndose en un instrumento de protección de la minoría contra la mayoría parlamentaria o, en el seno del propio partido, del diputado individual frente al aparato que lo tiraniza. Lo que no quiere decir que en ocasiones no sirva para que el parlamentario juegue con el partido que lo ha expulsado exigiendo —por ejemplo— su apoyo en un proceso judicial en el que el imputado nada tiene que perder.

¿Pero qué puede aportar la inmunidad parlamentaria en un momento de crisis de un gobierno que, como el de Pedro Sánchez, solo formalmente puede llamarse parlamentario? Y es que contrariando la definición del art 1.3 CE, el actual gobierno de coalición solo ha conocido un instante verdaderamente parlamentario: la investidura que dio acceso al poder a su presidente (art. 99 CE) y que, como ha señalado José Antonio Zarzalejos, le otorgó su legitimidad de origen. En lo demás, se ha conducido siempre por las reglas del gobierno personal basado exclusivamente en la fuerza de atracción política de quien lo domina a sus anchas.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, accede al hemiciclo del Congreso. (EFE/Mariscal) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Gatillazo de Pedro Sánchez
José Antonio Zarzalejos

Ni presupuestariamente, ni normativamente, ni internacionalmente, el gobierno ha tenido la intención de alcanzar un sustento parlamentario que, dado lo menguado de los apoyos propios y la heterogeneidad ideológica del conglomerado que lo sustenta, era imposible fraguar. El único apoyo que desde la investidura hasta ahora ha sostenido al gobierno, ha sido la capacidad de Pedro Sánchez para repartir prebendas a cambio de promesas —más o menos exiguas— de no poner en marcha los mecanismos constitucionales que pudieran hacerle caer.

Más que ante un gobierno constitucional, estamos ante un gobierno personal y, antes que como parlamento constructivo depositario de la voluntad colectiva, las Cortes españolas se han demostrado durante todo este tiempo "parlamento negativo" (Weber). Un parlamento que, no haciendo nada, deja que quien gobierna haga.

El presidente Sánchez es el centro del poder. Un mando autorreferencial que depende ante todo de sí mismo y de su capacidad para atraerse a quienes, aún repugnándole políticamente, lo necesitan para sobrevivir en sus disputados distritos electorales.

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
El presidente "delulu"
Marta García Aller

Y si ha sido a fuerza de esquivar al Parlamento como ha gobernado Pedro Sánchez, ¿alguien puede pensar que intente remediar su crisis acudiendo a una técnica parlamentaria?

Su única solución está en sí mismo, en su propia personalidad. La personalidad hermética de un personaje hábil para administrar un poder desde el que sabe bien aterrorizar al enemigo y pagar en plazos lo que los aliados le dan al contado. La extraña idiosincrasia de un outsider que toma la vida como el desafío que enfrenta un jugador de baloncesto para el que un partido puede cambiar de suerte en un tiro "sobre la bocina". La existencia como una competición en la que los tiempos muertos se emplean para romper el empuje del contrario, para deshacer su iniciativa y llevarle a morder el polvo. La supervivencia como un deporte en el que aprovechar las oportunidades cuenta más que el rendimiento medio.

¿Quiere decir esto que Sánchez es inmune a su atmósfera ambiental y que se mueve sin miedo en lo que desconoce?

Foto: Ilustración: EC Diseño.

Los pocos que le rodean dicen lo contrario. Que es duro como el pedernal cuando decide. Que hace de su voluntad bandera cuando se pone a luchar. Que cree fanáticamente en sí mismo cuando ha olfateado el éxito capaz de reafirmarlo… Pero hasta entonces duda, vacila, se retuerce y se esconde.

Y ¿cómo puede responder entonces tal personalidad ante una crisis existencial en la que se lo juega todo? Pues dudando y vacilando ante temores que necesariamente le acongojan, como el miedo a que un estallido económico mundial dinamite la buena marcha de la economía como único argumento que le permite socializar su resistencia …. convocar elecciones ahora que nuestra economía presenta buenos resultados, o esperar a un inminente mañana que sin duda será bastante peor.

Pero además confluye en él otro temor más personal, mucho más interno y bastante más irracional, tanto como el mismo poder que irradia ¿Qué puede atestiguar José Luis Ábalos de la identidad del presidente Sánchez? ¿Qué conoce su antiguo hombre de confianza de su inaccesible personalidad? Ni el propio presidente lo sabe precisar a ciencia cierta ¿Cómo hacer para que el antiguo secretario de organización tenga miedo de su larga mano ahora que, pertrechado de su inmunidad parlamentaria, le chantajea desde un aforamiento ante el Supremo que —siendo peligroso para Ábalos— resulta sin duda letal para Sánchez, habida cuenta su enfrentamiento con el Supremo?

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Sánchez elige el suicidio a cámara lenta
Antonio Casado

Pues sacando el asunto del Supremo sobre la base de despojar a Ábalos de la inmunidad que le corresponde como parlamentario a través de la disolución del Parlamento, trasladando el sumario a un limbo jurisdiccional-procesal, aplazándolo sine die y que permitiría a Sánchez seguir jugando la partida que más le gusta jugar: las chances que le da el azar.

Una desvinculación que posibilite a un Pedro Sánchez que habitualmente ha cimentado su ascenso en el éxito fugaz, intentar revalidar su supervivencia en el fragor de una peripecia electoral que, hasta la fecha, nunca le ha resultado definitivamente adversa.

*Eloy García, catedrático de Derecho Constitucional.

Quien le iba a decir al malencarado y genial conde de Mirabeau que su dilatada experiencia judicial y sus escabrosos episodios carcelarios terminarían fletando una institución que marcaría los avatares de la vida constitucional de los próximos doscientos cuarenta años. La Inmunidad Parlamentaria irrumpe en la historia moderna el 20 junio de 1789 cuando, ante el temor de ser allanados por las bayonetas del Rey, los diputados la imponen de manera concluyente tras haberse constituido en Asamblea Nacional y jurar emocionados no separarse hasta haber dotado a Francia de una Constitución.

Constitución Tribunal Supremo Pedro Sánchez
El redactor recomienda