España en la OTAN: Sánchez ha conseguido lo que quería de Trump
Trump ha amenazado a España con represalias por su negativa a gastar más en defensa. Sánchez deseaba que esto ocurriera para poder señalar a un enemigo exterior. Vivimos en un contexto demasiado amenazante para estos juegos comunicativos
El presidente del Gobierno, Pedro Sanchez (i) y el presidente de EEUU, Donald Trump, en la Cumbre de Paz de Gaza. (EFE/Pool/Yoan Valat)
Ayer se celebró una reunión de los ministros de Defensa de los países de la OTAN en Bruselas. El mensaje general fue: "Esta vez la amenaza es seria". Drones rusos entraron en el espacio aéreo de Polonia y, de manera aún más grave, aviones de combate lo hicieron en el de Estonia. Los ministros intentaron unificar los protocolos de respuesta a esta clase de amenazas y asumieron que entramos en una lógica parecida a la de la Guerra Fría. Cuando se produzca una provocación rusa, cosa que sucederá cada vez con más frecuencia, ¿cómo hay que responder? ¿Hay que mantener la calma para no agravar la situación o responder agresivamente y arriesgarse a una escalada? Después de la reunión de la OTAN, los ministros de los países miembros de la UE cenaron y hablaron de la adquisición de más defensas antiaéreas y equipos para abatir drones. Pero también discutieron, por iniciativa de España e Italia, si esos nuevos equipamientos deben desplegarse solo en la frontera Este o, también, en la mediterránea.
Ahora, efectivamente, la amenaza es seria. Pero ningún país de la OTANva a gastarun 5% de su PIB en defensa. El acuerdo al que se llegó con Trump antes del verano fue que, en 2035, todos invertirían el 3,5% en cuestiones estrictamente militares y un 1,5% adicional en la protección y construcción de infraestructuras, preparación civil y otros apartados. Algunos países se lo tomarán más en serio que otros: cuanto más cerca de la frontera rusa, como en el caso de Suecia y Polonia, más. España fue el único país que se negó. Y eso que el acuerdo era vago: Italia, por ejemplo, quiere incluir el gasto de 13.000 millones en un puente sobre el estrecho de Mesina que hace décadas que estaba planeado y cuyo uso será estrictamente civil. Francia solo cumple con los criterios de gasto en defensa gracias a las elevadas pensiones que paga a los veteranos. La OTAN está dispuesta a hacer una contabilidad creativa para que parezca que todo el mundo cumple: según su última evaluación de gastos en defensa, en dos años España ha pasado de gastar 15.688 millones de euros a 28.391. ¡Con el mismo presupuesto! La UE, además, ha decidido sacar partes de ese gasto extra de las restricciones a los déficits excesivos. Y, además, ¿quién sabe dónde estará Donald Trump en 2035?
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Pero, a pesar de todas las facilidades, y de que ayer Margarita Robles se mostró abierta a futuras revisiones, Pedro Sánchez se negó porque tenía dos necesidades políticas. La primera, asegurarse de no perder a sus socios de izquierda radical, que son contrarios a aumentar el gasto en defensa y parecen dispuestos a tolerar un gasto del 2% del PIB pero no uno del 5%. En segundo lugar, intentar que Donald Trump le señalara individualmente y le amenazara con represalias contra nuestro país. Hasta que no se voten los presupuestos no sabremos si consiguió lo primero. Pero el martes consiguió, al fin, lo segundo.
La amenaza bienvenida
Trump dijo en la Casa Blanca que España es muy irrespetuosa con la OTAN, que no está contento con nosotros y que está planteándose poner aranceles especiales a nuestras exportaciones. A Sánchez le habría convenido algo un poco más agresivo; pero, para empezar, no está mal. Mientras juguetea con un asunto tan serio como el aborto para intentar dividir a la oposición, a partir de ahora el presidente podrá decir también que tenemos un enemigo exterior que amenaza nuestra prosperidad, y que ante tan grave situación la oposición se muestra antipatriota. Si Trump sigue adelante con los aranceles extra —cosa que es poco probable, y en todo caso la Comisión ya ha dicho que nos protegerá—, Sánchez convocará una comparecencia para decir que su Gobierno rescatará a los productores perjudicados por ellos. Y aprovechará para atacar a la oposición. Su estrategia de gobierno y comunicación —que en su caso son una misma cosa— se ha basado en culpar a la oposición de todos los problemas de España. Ahora, por fin, tiene otra cosa que también gusta mucho a los gobernantes como él: un peligro externo. Se trata de la latinoamericanización definitiva de la política española.
Pero ahora la amenaza es seria y es el asunto central de la política europea. Es normal que a los políticos les cueste explicar a los ciudadanos que van a aumentar drásticamente el gasto en defensa, lo cual requiere reducciones de gastos en otros apartados, subidas de impuestos o endeudamiento. Aunque es un error rehuir el hecho de que hemos perdido a Estados Unidos como defensor incondicional y, al mismo tiempo, tenemos al vecino más agresivo desde el fin de la Guerra Fría, es legítimo defender que no hay que aumentar el gasto en defensa. Pero Sánchez ha optado por lo peor de ambas opciones. Por un lado, no explicar a la población que el aumento del gasto en defensa supone sacrificios reales. Y, por el otro, tratar de mejorar su popularidad y sus expectativas electorales erigiéndose como la última defensa contra el militarismo trumpista.
Todos los políticos tienen prioridades y necesidades domésticas. Pero Sánchez está yendo más allá: para lograr su supervivencia, ya no le basta con sacrificar las convenciones de la política interior española. Ahora está sacrificando también los consensos exteriores.
Ayer se celebró una reunión de los ministros de Defensa de los países de la OTAN en Bruselas. El mensaje general fue: "Esta vez la amenaza es seria". Drones rusos entraron en el espacio aéreo de Polonia y, de manera aún más grave, aviones de combate lo hicieron en el de Estonia. Los ministros intentaron unificar los protocolos de respuesta a esta clase de amenazas y asumieron que entramos en una lógica parecida a la de la Guerra Fría. Cuando se produzca una provocación rusa, cosa que sucederá cada vez con más frecuencia, ¿cómo hay que responder? ¿Hay que mantener la calma para no agravar la situación o responder agresivamente y arriesgarse a una escalada? Después de la reunión de la OTAN, los ministros de los países miembros de la UE cenaron y hablaron de la adquisición de más defensas antiaéreas y equipos para abatir drones. Pero también discutieron, por iniciativa de España e Italia, si esos nuevos equipamientos deben desplegarse solo en la frontera Este o, también, en la mediterránea.