La carta de Sánchez: no es una reflexión, es un desafío
La carta de Sánchez es algo más que una maniobra de distracción. Es victimista y, a la vez, pendenciera. Contiene una advertencia, un desafío y, en último término, una declaración de guerra
La carta de Sánchez es algo más que una maniobra de distracción. Es victimista y, a la vez, pendenciera. Contiene una advertencia, un desafío y, en último término, una declaración de guerra
La única vía más o menos segura para que Pedro Sánchez permanezca en el poder con la actual mayoría pasa porque Carles Puigdemont recupere la presidencia de la Generalitat
La mayoría que sostiene al Gobierno más precario de nuestra democracia se montó con dos propósitos ligados entre sí: hacer presidente a Sánchez para evitar que lo fuera Feijóo tras unas elecciones repetidas y aprobar una ley de amnistía
Siendo cierto que el Senado esté mal diseñado, es falso que carezca de poder alguno para condicionar los planes del Gobierno
La aparatosa declaración de Aragonès debe interpretarse en el marco estricto de la campaña electoral. Una cosa es que Puigdemont le haya birlado el éxito de la amnistía y otra que se apropie también de la bandera del referéndum