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El vídeo de Rajoy: algo mejor que brillante, eficaz
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Ignacio Varela

Una Cierta Mirada

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El vídeo de Rajoy: algo mejor que brillante, eficaz

Si arrojas un gato muerto sobre la mesa, dice, se olvidará la conversación que te está perjudicando y todos tendrán que hablar del gato muerto

Foto: Imagen facilitada por el PP que forma parte del vídeo con el que el presidente, Mariano Rajoy, ha iniciado la precampaña. (EFE)
Imagen facilitada por el PP que forma parte del vídeo con el que el presidente, Mariano Rajoy, ha iniciado la precampaña. (EFE)

“Por supuesto, cuando todo el mundo te grita, oyes el ruido. Pero tu trabajo es mantener la calma y lograr que los que te rodean crean que si sigues con lo que estás haciendo, al final puedes ganar”.

Cualquiera diría que esta frase es típica de Mariano Rajoy. Pero su autor es Lynton Crosby, el estratega australiano que asesoró la campaña de David Cameron en 2015 (¿recuerdan?, aquella elección que los 'tories' tenían perdida y terminaron ganando con mayoría absoluta).

Crosby practica con maestría la llamada “estrategia del gato muerto”: si tú arrojas un gato muerto sobre la mesa, dice, se olvidará la conversación que te está perjudicando y todos tendrán que hablar del gato muerto. En su caso, el gato muerto que arrojó sobre la mesa fue la imagen del laborista Ed Milliband en el Gobierno, rehén del líder nacionalista escocés, Alex Salmond, y poniendo en peligro la economía, la unidad y la seguridad del país, lo llamaban la coalición del caos.

Recuerden esta imagen:

El señor de la corbata azul es Salmond y el que asoma por el bolsillo de su chaqueta es Milliband. Sustituyan mentalmente a Salmond por Pablo Iglesias y a Milliband por Pedro Sánchez y tendrán la síntesis de la campaña que se dispone a hacer el Partido Popular en estas elecciones.

Sustituyan a Salmond por Iglesias y a Milliband por Pedro Sánchez y tendrán la síntesis de la campaña que se dispone a hacer el PP en estas elecciones

Ahora sabemos lo que han estado haciendo los del PP durante estos meses. Mientras los demás andaban enredados en una negociación estéril para formar un Gobierno imposible, ellos, sabedores de que no habían sido invitados a esa fiesta, se han dedicado simplemente a preparar su campaña electoral. Y entre otras, han estudiado a fondo la de Cameron.

Fue aparecer en el BOE el decreto de convocatoria de las elecciones y el PP ya ha puesto en circulación la primera pieza de su campaña: un vídeo de factura aparentemente rudimentaria en el que, en menos de dos minutos, Mariano Rajoy condensa el mensaje central que va a repetir durante las próximas siete semanas y media.

Mariano Rajoy: "Ahora más que nunca, España en serio"

Muchos se han apresurado a despreciar el vídeo como una cosa tosca y de ínfima calidad. Pues bien, yo sostengo que es una pieza sofisticada de comunicación política que cumple su objetivo y responde a una estrategia elaborada. ¿Es brillante? No, ni falta que le hace. Es algo mucho mejor que eso: es eficaz. Y lo es en tres planos.

Primero, en lo formal. Máxima sobriedad, cero adornos, nada de efectos especiales: exactamente lo que se exige cuando se obliga a la gente a votar contra su voluntad (quien esta vez pretenda deslumbrar con piezas de las que se consideran creativas y brillantes, se equivoca de momento político y de elección).

No hay nada en el video que distraiga la atención. Solo dos planos de Rajoy: uno frontal, sostenido la mayor parte del tiempo, alternando con breves planos laterales para dar oblicuidad a ciertas expresiones.

Un Rajoy sin corbata, incluso levísimamente desaliñado. Maquillado para parecer que no lo está. Sereno, pero serio: ni una sonrisa en los 116 segundos que dura el discurso. Una ventana tras él para dar impresión de luz natural, como si ni siquiera hubiera focos iluminando la escena (hay varios). Y al fondo, una música de piano que tranquiliza e inquieta a la vez, como el mensaje mismo. Todo tan sencillo como complejo.

Yo sostengo que el vídeo es una pieza sofisticada de comunicación política que cumple su objetivo y responde a una estrategia elaborada

Es eficaz también en el contenido. Les aseguro que cada una de esas 233 palabras está ahí para algo, y que detrás de ellas hay unos cuantos estudios cualitativos y un puñado de horas de trabajo.

Primero, un poco de empatía: “Sé que esto [las nuevas elecciones] puede cansar a mucha gente, y es lógico”. Y luego, la reivindicación: la democracia es un éxito colectivo “que debemos seguir cultivando con nuestro protagonismo y nuestra participación” (seguir cultivando es lo contrario de segar y plantar de nuevo; y “nuestro protagonismo y participación” es, obviamente, la del PP, la que le han negado en estos meses).

Luego, el marco de las elecciones, el famoso 'frame'. Una encrucijada y dos posibles caminos:

El primero es “una oportunidad”: la de afianzar la recuperación, potenciar el crecimiento y consolidar la creación de empleo. (Afianzar, potenciar, consolidar: el mensaje está en los verbos).

El segundo es “un deslizamiento” (¡que gran palabra!: deslizarse evoca resbalar, perder el control, y remite al pecaminoso 'desliz'): un desliz hacia la incertidumbre, la inestabilidad y la inseguridad.

Y ahora, la idea básica de la campaña: por un lado está la luz de “la concordia, la esperanza de una España moderada”. Y frente a ella, la oscuridad de “una alternativa extremista que asoma como un disolvente de todo lo bueno que tenemos”. Algo que 'disuelve' (otro hallazgo semántico) nada menos que la unidad de España, la democracia y el progreso económico.

Todo es prepolítico en este discurso, pero la polarización está servida: moderación versus extremismo

Ni una mención a partidos o a líderes políticos, ni una referencia explícitamente estratégica o ideológica. Todo es prepolítico en este discurso, pero la polarización está servida: moderación versus extremismo. La moderación es la que nos habla en el vídeo; el extremismo 'asoma' con una coleta sospechosa, dispuesto a hacerse con el poder para quitarnos todo lo bueno que tenemos. Y en medio, dos personajes que se han quedado sin papel en esta batalla decisiva entre el bien y el mal: Rivera, débil e incapaz de detener al nuevo Voldemort/Iglesias; y Sánchez, ambicioso e incauto compañero de viaje de cualquiera que lo transporte a La Moncloa.

Por ello, el mensaje termina pidiendo que tomemos “la mejor decisión”; que, por supuesto, esta vez tiene que ser “una decisión seria” (no como la del 20-D, esto no lo dice pero se entiende), y que lo hagamos “por el bien de todos”. Fin de la cita.

Tampoco es casual la oportunidad elegida para lanzar el vídeo: por si la polarización que se busca no estuviera suficientemente clara, se puso en circulación el mismo día en que Iglesias y Garzón se daban un abrazo en la Puerta del Sol para anunciar su casamiento. De tal forma que los titulares del día fueron la alianza Podemos-IU y el vídeo de Rajoy: los dos protagonistas del duelo haciéndose el favor de reconocerse mutuamente como tales. Esta será la historia de esta campaña, ya lo verán.

En el fondo, el plan de Rajoy en esta elección es crear un clima en el que Iglesias haga de Donald Trump (la peligrosa aventura disolvente) y él de Hillary Clinton

En realidad, casi todo está ya inventado en este mundo de la comunicación. No pretendo asimilar personajes ni situaciones, pero lean lo que hace tres días decía Obama sobre Donald Trump:

"Es importante tomarse en serio las cosas que ha dicho en el pasado (…) Este es un tiempo serio y este trabajo es realmente serio. Esto no es una diversión, esto no es un 'reality show': es una contienda por la presidencia de los Estados Unidos”.

Tomárselo en serio, un tiempo serio, un trabajo serio…¿a que les suena? En el fondo -y repito, salvando las distancias entre unos y otros-, el plan de Rajoy en esta elección es crear un clima en el que Iglesias haga de Donald Trump (la peligrosa aventura disolvente) y él de Hillary Clinton (la seguridad, la moderación, la experiencia). Y mientras, que Rivera y Sánchez sigan tratando de explicar lo que les pasó, como si eso ya le importara a alguien a estas alturas.

“Por supuesto, cuando todo el mundo te grita, oyes el ruido. Pero tu trabajo es mantener la calma y lograr que los que te rodean crean que si sigues con lo que estás haciendo, al final puedes ganar”.

Mariano Rajoy