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Adiós, Unidas Podemos. Hola de nuevo, Podemos
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Ignacio Varela

Una Cierta Mirada

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Adiós, Unidas Podemos. Hola de nuevo, Podemos

Unidas Podemos ha desaparecido como tal del escenario político. Queda un grupo parlamentario escindido en dos mitades. Pasado el 28-M, Podemos regresará a sus orígenes para emprender una andadura en solitario

Foto: El ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE/Mariscal)
El ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE/Mariscal)
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El 6 de diciembre de 2015, en plena campaña de las primeras elecciones generales a las que se presentó Podemos, Pablo Iglesias publicó un artículo en El País. El texto comenzaba citando un texto de Manuel Azaña: “Ha habido durante siglos en España un arroyuelo murmurante de gentes descontentas, del cual nosotros venimos y nos hemos convertido en río… Somos sus herederos”. Iglesias glosaba la cita afirmando que “la historia de España está jalonada de procesos de avance social que despiertan en los momentos de encrucijada histórica”. Unas líneas más abajo, añadía: “Es lo que Juan Andrade llamaría excedente democrático” (en realidad, el historiador protocomunista habló de un “excedente utópico”, pero a Iglesias le venía mejor alterar la cita).

Viene a colación el recordatorio porque el párrafo mencionado de aquel artículo coincide, literalmente, palabra por palabra, con un fragmento del vídeo promocional de Podemos que tanto ruido ha hecho durante esta semana. Ocho años más tarde, Pablo Iglesias ha incurrido en un flagrante autoplagio. Entonces lo escribió para lanzar a su partido; ahora recupera las mismas palabras para defenderlo a dentelladas de quienes, como se afirma en el vídeo, “hoy quieren matar a Podemos”.

Desde que vi el vídeo, tuve la convicción de que su texto ha sido escrito de puño y letra por Iglesias. Si le hubieran puesto títulos de crédito, su nombre debería aparecer como productor, director, guionista y montador de la pieza entera. Es una obra íntegramente personal: lástima que no se haya atrevido a locutarla él mismo, habría sido aún más efectiva. No pretende en absoluto ser un spot publicitario de casi cinco minutos, sino un documento político de 817 palabras al que se ha adosado un puñado de imágenes estomagantes para completar el “arriba los corazones” que desea transmitir. Por eso lo más útil es transcribirlo y leerlo con atención: los textos de Iglesias siempre dan claves, incluso cuando quieren despistar.

Primera clave, quizá la más significativa: Podemos, dice Iglesias, “es mucho más que dos ministerios”. Pero ¿la cuota morada en el Gobierno no era de cinco ministerios? Sí, pero él ya solo reconoce como propias a las dos que cita expresamente: Ione Belarra e Irene Montero. Es obvia la voluntad de repudiar a los otros tres.

Ya es definitivo que el Gobierno de Sánchez funcionará de aquí al final de la legislatura como un tripartito, salvo que las dos podemitas de pata negra, a una señal de su patrón, den el portazo. No casan bien la rebeldía recuperada y el coche oficial.

Foto: El ex secretario general de Podemos Pablo Iglesias y la ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Mariscal)

El autor del texto, trasmutado en ese imaginario destinatario “que no se calla”, “alucina y se indigna cuando ve que sus ministros se ponen de perfil con la OTAN y la guerra de Ucrania” (eso va por la vicepresidenta que él designó, maldita sea). No se priva de lanzar un reproche amargo a Garzón: el sujeto de su mensaje, “se enfada porque le gusta más el rojo que el morado, y se acuerda de que Podemos no le gustó al principio”. Y hasta tiene un aguijón envenenado para Colau cuando pide para Podemos (no para los comunes) los votos de los independentistas en las generales. Roma no paga traidores, es el resumen condensado del vídeo. Sobre todo porque todos esos villanos no quieren entender que él, Pablo, y su “pequeño grupo de resistentes” siguen siendo ¡“el núcleo que irradia”! (sic).

No era necesario el vídeo para constatar que Unidas Podemos ha desaparecido como tal del escenario político español. Queda un grupo parlamentario escindido en dos mitades, un pelotón de candidaturas municipales cosidas a última hora con los restos de IU para evitar el ridículo colosal de no alcanzar siquiera el límite legal para obtener concejales (aun así, lo están rozando por la parte de abajo), y fin de la historia. Pasado el 28 de mayo, Podemos regresará a sus orígenes para emprender una andadura en solitario, abandonado por todas sus antiguas confluencias y enfrentado mortalmente a ellas.

Con el revoltijo de candidaturas que hay en la izquierda, será difícil de interpretar el resultado del 28-M en ese espacio. En cuanto a las generales, el promedio de las encuestas más recientes aproxima la plataforma de Yolanda al 10% y deja a Podemos en el 6%. Son tres puntos más de lo que obtuvo UP en 2019.

Foto: Los purgados por Iglesias reviven con Yolanda. (EFE/Víctor Lerena)

¿De dónde salen esos tres puntos? Naturalmente, del PSOE, que se desploma al 23% en cuanto emerge Sumar como opción visible de voto. La paradoja es que ese 16% por separado conseguiría menos escaños que el 13% conjunto de 2019. Y con la caída del PSOE a manos de Yolanda, se abriría aún más su distancia respecto al PP, con el consiguiente estropicio en la distribución de escaños. Se pongan como se pongan los chamanes del sanchismo, no hay forma de sostener que, con este sistema electoral, la fragmentación en tres de un espacio político pueda resultar provechoso para alguien que no sean sus adversarios.

En la galaxia de los que han sido socios de Sánchez en esta legislatura, cristalizan progresivamente dos bloques con perspectivas estratégicas divergentes. Por un lado, Yolanda Díaz acompañada por IU, los comunes de Colau, Más País-Compromís y un amasijo de siglas regionales, con el soporte valiosísimo de CCOO. Por otro, la alianza sólida de Podemos con ERC y Bildu.

Foto: Belarra y Montero, en el Congreso. (EFE/Mariscal)

Los primeros reman para reproducir una mayoría parlamentaria que sostenga a Sánchez en el Gobierno. Los segundos no solo descuentan ya la probable victoria de la derecha, sino que, en cierto modo, la desean. No tienen mucho más que extraer de Sánchez y resulta escaso para ellos el incentivo de sostenerlo cuatro años más. Si Iglesias tiene alguna posibilidad de florecer de nuevo, Junqueras de resucitar el procés y Otegi de sobrepasar al PNV, siempre les será más fácil hacerlo combatiendo a un Gobierno del PP y Vox que permaneciendo de palmeros de un Sánchez abrasado socialmente y escoltado en el Consejo de Ministros por Yolanda Díaz y Errejón.

El vídeo de Iglesias termina convocando al mitin de Podemos este sábado en Zaragoza: “No faltes. Tenemos que ser muchos”. Muchos más que en Magariños, quiere decir. No me extrañaría que lo consiga. Por cierto, su artículo de 2015 en El País se titulaba “El futuro tiene corazón antiguo”. Puesto a consumar el autoplagio, podría haber llamado igual al vídeo. Mirar al futuro con un corazón antiguo fue lo suyo desde el principio.

El 6 de diciembre de 2015, en plena campaña de las primeras elecciones generales a las que se presentó Podemos, Pablo Iglesias publicó un artículo en El País. El texto comenzaba citando un texto de Manuel Azaña: “Ha habido durante siglos en España un arroyuelo murmurante de gentes descontentas, del cual nosotros venimos y nos hemos convertido en río… Somos sus herederos”. Iglesias glosaba la cita afirmando que “la historia de España está jalonada de procesos de avance social que despiertan en los momentos de encrucijada histórica”. Unas líneas más abajo, añadía: “Es lo que Juan Andrade llamaría excedente democrático” (en realidad, el historiador protocomunista habló de un “excedente utópico”, pero a Iglesias le venía mejor alterar la cita).

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