El estado de la Nación: fraude constitucional, podredumbre política y depresión social

Este apretado resumen corresponde únicamente a una selección de las noticias de portada de los últimos quince días. No es la excepción, sino la norma. Cualquier otro tramo temporal que tomáramos como muestra ofrecería un panorama similar del estado de la Nación.

1. Un partido anticonstitucional, dirigido por un insurrecto en rebeldía, ha repudiado por moroso al Gobierno al que alquiló sus escaños para una investidura. El poder ejecutivo no tiene la confianza del Parlamento para gobernar. El único sostén que le queda es el mecanismo perverso de la moción de censura "constructiva". Sánchez permanece en la Moncloa no porque tenga votos en el Congreso para gobernar, sino porque Feijóo tampoco los tiene.

Con este Parlamento, en España no es viable un Gobierno efectivo. Intentar mantenerse indefinidamente en el poder de esta manera es un secuestro de la gobernación del país, un fraude constitucional y una villanía hacia la sociedad que sufre la parálisis.

2. El Tribunal Supremo enjuicia al fiscal general del Estado por un presunto delito de corrupción cometido en el ejercicio de su cargo. El delito nace de que el tal fiscal general se ha zambullido en la lucha partidista con furor propio del apparatchik más sectario. Tras una orden monclovita, metió personalmente su nariz inquisidora en la vida de un particular por el hecho de que comparte techo y lecho con la adversaria predilecta del Gobierno. Luego borró su teléfono con el propósito evidente de eliminar pruebas, como hacen los que se saben inocentes.

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Este acusado no se sienta en el banquillo, sino en el estrado donde, exhibiendo su toga, puede permitirse recordar a la fiscal de la causa quién es su jefe y qué se espera de ella. Si el proceso en sí produce vergüenza, su escenificación nos introduce de lleno en la impudicia institucional. Todo por ganar "el relato", un vocablo de naturaleza jurídica ignota pero, al parecer, muy querido para el reo García Ortiz.

Hay que tener mucha jeta para proponer precisamente ahora que la Fiscalía instruya los procedimientos penales. Primero que devuelvan la honorabilidad a esa institución y luego, si eso, lo hablamos.

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3. La pregunta no es en qué ha estado pensando la dirección del Partido Popular durante el año transcurrido desde la dana, sino en qué diablos pensaron cuando entregaron la presidencia de la Comunidad Valenciana a Carlos Mazón.

Su caso es un ejemplo clamoroso de dos vicios que afectan a los partidos políticos más que a ninguna otra organización humana: la frivolidad con la que adjudican enormes responsabilidades de gobierno a auténticos necios y su inclinación autopunitiva, que los lleva a lesionarse conscientemente.

Pocas veces una tragedia colectiva tuvo una solución más clara en el plano político y pocas veces como esta los responsables de adoptarla se enredaron con sus propios cordones hasta cerrar cualquier salida decorosa. Una inundación tan previsible como un terremoto en California, un presidente que desatiende escandalosamente su deber elemental y 230 muertos, además de una región arruinada. ¿De verdad se necesita un año para comprender lo que hay que hacer? Y lo que es peor, ¿de verdad confiaron en la amnesia colectiva?

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La torpeza y el amateurismo de unos no juegan en la misma liga que la inmoralidad y el destrozo deliberado del Estado de derecho por parte de otros; pero en ciertas ocasiones, hay comportamientos tan sumamente incompetentes que rozan lo inmoral. Especialmente, cuando hay vidas humanas en juego.

Mazón fue un agente activo del gatillazo del PP en las generales de 2023; y es posible que haya infligido de nuevo a su partido un daño difícil de reparar. De momento, por segunda vez ha puesto la Comunidad Valenciana en las manos de Vox, que será quien decida si hay gobierno autonómico o no y cuándo habrá o dejará de haber elecciones en ese territorio martirizado y civilmente sublevado. No es extraño que Abascal quisiera protegerlo hasta el final.

Lo peor es tener que escuchar un discurso de dimisión autorreferencial ("no aguanto más") en el que no hay una palabra para las víctimas ni un amago de petición de disculpas a la población. En fin, si a mí me ponen de portero de la selección española en un Mundial y me meten 15 goles, la culpa principal no es mía.

4. En la marea de casos de corrupción que rodean al fundador del sanchismo, vivimos el tránsito de las fases de instrucción a los autos de procesamiento, a los que seguirán los juicios orales,

El Tribunal Supremo ha dado dos pasos sustanciales: por un lado, procesar al trío de la bencina: Ábalos, Cerdán y Koldo, tres gigantes de la militancia que fueron de toda confianza del patrón y de plena desconfianza (más que justificada) entre ellos, que se conocían bien. Por otro, abrir el melón de la financiación ilegal del PSOE, añadiendo además el dopaje electoral al paquete delictivo.

No se olvide que hablamos de las dos personas que, por debajo del jefe, más han mandado en el partido gubernamental durante la última década; y con ellos, el samurái que se ofreció para ejecutar los trabajos sucios y que, conociendo el paño, se puso a grabarlos desde el primer día.

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En el camino de la obstrucción a la Justicia -que es el único que les queda- se desarrolla una feroz contienda subterránea para lograr que Ábalos suelte el escaño de una puñetera vez, lo que conduciría a arrebatar la causa al Tribunal Supremo y eternizarla en la Audiencia Nacional. Si Sánchez pudiera escoger entre el escaño de Ábalos y la paz en Ucrania, no dudaría un segundo.

5. El presidente del Gobierno acudió a rastras a una comisión de investigación en el Senado y protagonizó una exhibición de cinismo supremo sólo camuflada por la algarabía de los portavoces de la oposición, que quizás habrían gritado menos si hubieran estudiado un poco más. Se comprende que el presidente tenga pavor a una citación judicial: ningún juez en España le consentiría siquiera un amago de burla semejante, aunque tampoco permitiría un interrogatorio tan tumultuario como el que le hicieron a él.

6. La presidenta de Extremadura ha convocado elecciones para una fecha tan extravagante como la víspera de la lotería de Navidad -aunque con un motivo tan lógico como no disponer de presupuestos por segundo año consecutivo-.

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El partido que ganó 10 de las 11 anteriores elecciones autonómicas en esa región presenta ante los extremeños, para que lo voten como presidente, a un individuo procesado por la Justicia que firmó la designación digital del hermano de Sánchez y, a continuación, cometió un descarado fraude de ley obligando a renunciar a cinco personas para encaramarse al escaño para el que nadie lo votó. Es decir, el partido que gobernó 36 años en Extremadura se suicida en las urnas con tal de aforar al hermano del puto amo; hasta ahí ha llegado el vasallaje en el sanchismo.

7. (¿Por qué los políticos que presuntamente delinquen actúan como si el aforamiento les sirviera de burladero de la Justicia? ¿Acaso los tribunales superiores no han demostrado que son aún más rigurosos que los ordinarios en la persecución del delito?),

Con todo, falta lo más asqueroso:

8. En Pamplona, un grupo de gorilas abertzales propinó una soberana paliza, con peligro para su vida, a un periodista de El Español que hacía su trabajo. No se ha escuchado una palabra al Gobierno de Navarra, al PSOE local, regional o nacional, al Ministerio del Interior ni, por supuesto, a la Moncloa. El diario gubernamental informó de la salvajada con este titular nauseabundo: "El ‘show’ del agitador Vito Quiles tensiona la Universidad".

En estos casos, quien calla, aprueba. ¿Es sectarismo? Seguro. Pero creo que es algo peor: cobardía. Tienen miedo de sus propios aliados. Eso pasa por meter serpientes en tu cama.