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Quemar una pintura de Frida Kahlo para vender NFTs: ¿Jugada maestra o pifia?
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Quemar una pintura de Frida Kahlo para vender NFTs: ¿Jugada maestra o pifia?

En conjunto, podría decirse que la estrategia del Sr. Mobarak se erige como una pifia jurídica y artística con un posible impacto económico, habrá que ver si positivo o negativo, en su cartera

Foto: Autorretrato de frida khalo podría venderse por más de 30 millones de dólares
Autorretrato de frida khalo podría venderse por más de 30 millones de dólares

Recientemente, numerosos medios de comunicación se han hecho eco de que el empresario mexicano Martin Mobarak ha quemado un dibujo creado por Frida Kahlo, valorado en diez millones de dólares. Antes de proceder a la quema, la pintura fue digitalizada por las dos caras para, seguidamente, emitir diez mil tokens no fungibles (en inglés, 'non-fungible tokens' o, simplemente, NFTs) con el objetivo de ponerlos en venta en mercados NFT. Así las cosas, prima facie, la destrucción del dibujo y su tokenización obedecerían al deseo de dotar a aquel de una suerte de escasez artificial en el mercado del arte. El Sr. Mobarak sostiene que parte de los fondos que se obtengan con la venta de los tokens se destinarán a causas sociales; de esta forma, el millonario mexicano pretende revolucionar el arte.

Desde un punto de vista económico, lo cierto es que la emisión de los NFTs podría ser beneficiosa para el empresario mexicano. En este sentido, cada uno de los tokens representativos de la pintura de Frida Kahlo ostenta un precio de venta de tres criptomonedas ether y, hoy por hoy, un ether equivale a 1.319,88 dólares. En resumidas cuentas, el Sr. Mobarak aspira a adquirir cerca de cuatro mil dólares por cada NFT vendido. En este contexto, si el empresario lograse vender los diez mil tokens emitidos, la suma finalmente obtenida podría ascender a casi cuarenta millones de dólares. En tal caso, los tokens no fungibles habrían permitido multiplicar por cuatro el valor inicial de la pintura original de Frida Kahlo, a pesar de su destrucción.

Foto: Imagen del Museo NFT de Seattle. (Reuters/McKnight)

Desde una perspectiva jurídica, la quema del dibujo parece, más bien, desacertada. En primer lugar, porque la destrucción de la pintura podría conllevar una infracción o delito contra el patrimonio cultural, puesto que cabría calificar la obra de Frida Kahlo como bien de interés y valor cultural, histórico y artístico. En segundo lugar, cabe destacar que —al menos en el marco del ordenamiento jurídico español— la quema del soporte de la obra y la posterior comercialización de los tokens sin la debida autorización podrían dar lugar a infracciones de los derechos de propiedad intelectual (derechos morales y patrimoniales de autor) que recaen sobre la obra de Frida Kahlo.

Efectivamente, en términos generales, los derechos de autor "sobreviven" al autor fallecido y, además, el objeto de protección del derecho de autor es un bien inmaterial (usualmente denominado 'corpus mysthicum') que no se identifica, cuando menos, jurídicamente, con el soporte físico en el que, de una forma u otra, aquel se materializa (esto es, el 'corpus mechanicum'; objeto de la propiedad ordinaria). Por este motivo, que el Sr. Mobarak ostentase la propiedad ordinaria sobre el dibujo de Frida Kahlo (el activo material), no supondría que necesariamente también gozase de derechos de autor sobre la obra correspondiente, entendida como creación intelectual. En efecto, en sede autoral, la regla general es la intransmisibilidad de derechos de autor a los propietarios de los soportes materiales que conformen el 'corpus mechanicum' de la obra por la simple titularidad de derechos sobre el activo material.

placeholder Una joven observa una fotografía publicada por Madona en Instagram.
Una joven observa una fotografía publicada por Madona en Instagram.

En otro orden de ideas, no debe olvidarse que la utilidad principal de los NFTs se centra en su capacidad técnica para demostrar y verificar, sin intermediarios, la autenticidad, procedencia y titularidad de los activos físicos o digitales tokenizados. En el caso que nos atañe, ya no hay activo físico, sino solo un mero activo digital que ha sido tokenizado. Ese activo digital debe su potencial valor al activo físico precedente, pero precisamente la destrucción del activo físico es la que, de forma paradójica, ha propiciado que el empresario mexicano sueñe con obtener grandes réditos. En esencia, nos encontramos ante un rompecabezas que solo puede adquirir pleno sentido en un mercado tan poco eficiente como el que actualmente conforman los NFTs.

Ciertamente, la destrucción del dibujo de Frida Kahlo y la posterior venta de los tokens es una muestra más de que, hoy en día, el mercado de los NFTs y su comercialización a gran escala no es eficiente, puesto que, con carácter general, el precio de un NFT no será una buena estimación de su valor intrínseco. En esta línea, el adquirente de uno de los diez mil NFTs emitidos por el Sr. Mobarak simplemente obtendrá, a cambio de una irrisoria cantidad de dólares (nótese la ironía), una unidad de datos única, irrepetible y encriptada que representa un activo físico ahora inexistente; nada más, ni nada diferente.

Foto: Detalle de 'Piden Aeroplanos y les dan alas de petate'. (Wikimedia Commons)

En conjunto, podría decirse que la estrategia del Sr. Mobarak se erige como una pifia jurídica y artística con un posible impacto económico, habrá que ver si positivo o negativo, en su cartera. Lo expuesto nos obliga a formularnos las siguientes preguntas: ¿Nos encontramos ante un nuevo nicho en el mercado del arte? ¿El Sr. Mobarak ha logrado democratizar el mercado del arte? ¿El arte tradicional quedará relegado por la tecnología?

Como de costumbre, el tiempo lo dirá.

* David Fuentes Lahoz es abogado del Departamento de Propiedad Intelectual e Industrial de Bird & Bird.

Recientemente, numerosos medios de comunicación se han hecho eco de que el empresario mexicano Martin Mobarak ha quemado un dibujo creado por Frida Kahlo, valorado en diez millones de dólares. Antes de proceder a la quema, la pintura fue digitalizada por las dos caras para, seguidamente, emitir diez mil tokens no fungibles (en inglés, 'non-fungible tokens' o, simplemente, NFTs) con el objetivo de ponerlos en venta en mercados NFT. Así las cosas, prima facie, la destrucción del dibujo y su tokenización obedecerían al deseo de dotar a aquel de una suerte de escasez artificial en el mercado del arte. El Sr. Mobarak sostiene que parte de los fondos que se obtengan con la venta de los tokens se destinarán a causas sociales; de esta forma, el millonario mexicano pretende revolucionar el arte.

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