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La comunicación en los juicios mediáticos
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La comunicación en los juicios mediáticos

La defensa legal debe estar en línea y consonancia con la de comunicación para adaptar la estrategia de defensa jurídica a la mediática y así cubrir ambos flancos para tratar de lograr resultados conjuntos

Foto: Absuelto el hombre que alquiló la casa a los yihadistas del 13-n en parís
Absuelto el hombre que alquiló la casa a los yihadistas del 13-n en parís

El pasado mes de agosto, el reconocido jurista Javier Gómez de Liaño, antes juez, ahora abogado, firmó una tribuna en El Confidencial en la que echaba sal en una de las grandes heridas por las que supura la justicia española: su lentitud. Afirmaba que "una justicia atrasada es una deficiencia tan grave que descalifica todo el sistema judicial".

En algunos casos, quienes están inmersos en procesos judiciales que se eternizan quedan expuestos al juicio paralelo de los medios de comunicación. Para una persona, física o jurídica, los procesos judiciales generan una cobertura mediática casi siempre negativa y que pone en duda la integridad profesional de alguien, un empresario, abogado, etcétera… así como la buena praxis, el buen hacer, de una compañía. Esta sombra de sospecha genera un daño reputacional constante, que se agrava con cada noticia publicada. Es la conocida como pena del telediario.

Un proceso judicial puede durar cinco, ocho, diez años. Durante todo ese tiempo, cada hito sirve de excusa para publicar información. Un escrito del fiscal, un auto del juez, unas declaraciones de los imputados… generan información que puede tener relevancia periodística. La gestión de la comunicación en los procesos de litigación, en su término anglosajón, se hace muy necesaria a lo largo de todo el tiempo que duren los juicios.

Foto:  El maquinista Francisco José Garzón Amo, a su entrada al juicio. (EFE/Lavandeira jr)

Es una comunicación de crisis, por una situación extraordinaria, derivada de unos hechos denunciables, quizá punibles, que requieren de manera obligatoria de una defensa legal y, en el caso de que el asunto se mediatice, es altamente recomendable acompañar esa defensa legal con una defensa mediática para garantizar al acusado la posibilidad de defenderse y esclarecer su caso. Los jueces, abogados, fiscales, el jurado, todos leen los periódicos y ven la televisión. Las noticias no dictan jurisprudencia, pero sí que tienen la capacidad de generar una corriente de opinión. Y ninguna autoridad judicial es completamente impermeable a eso.

Por lo tanto, la defensa legal debe estar en línea y consonancia con la de comunicación para adaptar la estrategia de defensa jurídica a la mediática y así cubrir ambos flancos para tratar de lograr resultados conjuntos. Sentada la estrategia, se requieren de unas pautas concretas a seguir.

La defensa legal debe estar en línea con la de comunicación para adaptar la estrategia de defensa jurídica a la mediática

En primer lugar, se deben identificar esos hitos procesales que pueden ser generadores de noticias en los medios. Elaborar un cronograma con días clave marcados 'en rojo'. Si la estrategia acordada entre abogados, investigado y comunicadores es reactiva, habrá que hacer una tarea previa de elaboración de mensajes en defensa de lo que otra parte pueda decir sobre la persona investigada, por ejemplo, con el objetivo, si finalmente se considera necesario, de comunicárselo a los medios y así dar respuesta a las acusaciones vertidas. Si, al contrario, la estrategia a seguir es la de la proactividad, esos hitos sirven de palancas sobre las que comunicar y dar una versión propia del caso.

Hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, incluso antes de que las notificaciones judiciales lleguen a las partes, las resoluciones adoptadas o las medidas solicitadas se pueden leer en los medios. Es decir, que en determinadas salas de justicia, la información se cuela bajo las puertas o las rendijas de las ventanas. Sin respetar los llamados secretos de sumario.

Foto: La Fiscalía pide dos años de cárcel para Neymar Da Silva. (Reuters)

Hay gente que susurra a los periodistas o queda con ellos para enseñarles, dejarles leer o, directamente, entregarles documentos del proceso. Es la realidad de la relación mundo judicial y mundo periodístico. Como el abogado, el comunicador debe conocer bien esos tejemanejes para poder gestionar de la mejor forma posible el flujo de información y la cobertura que pueda generar.

El conocimiento de los medios, el tipo de información predilecta para cada uno de ellos, así como el de los distintos periodistas, son claves para esa gestión de la comunicación e imagen de un investigado y resultará determinante para la puesta en práctica de una buena defensa en el juicio mediático. Culpable o inocente, todo el mundo tiene derecho a una buena defensa.

* Juan Francés es socio de Estudio de Comunicación.

El pasado mes de agosto, el reconocido jurista Javier Gómez de Liaño, antes juez, ahora abogado, firmó una tribuna en El Confidencial en la que echaba sal en una de las grandes heridas por las que supura la justicia española: su lentitud. Afirmaba que "una justicia atrasada es una deficiencia tan grave que descalifica todo el sistema judicial".

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