Prepararse para una resolución eficaz de conflictos

Ayer El Confidencial celebró la I edición de los Premios de la Abogacía de los Negocios. Fue una gran velada en la que se puso de manifiesto el excelente momento que vive el sector de la abogacía en nuestro país. Además de asistir, tuve la oportunidad de entregar el premio al mejor despacho en la categoría Procesal y Arbitraje. Esta práctica del derecho (que involucra tanto a general counsels como a despachos) es clave para ayudar a las compañías a prepararse para una resolución eficaz de conflictos, más aún considerando que vivimos en España una época altamente litigiosa. La preparación en este campo puede marcar el éxito (o fracaso) de la gestión empresarial en 2023.

No solo estamos pasando por una etapa muy litigiosa, sino que se espera que se continúe incrementando en los próximos meses y años. El actual contexto económico y político es probable que potencie este incremento de las disputas. En los últimos años, ha habido un gran número de programas de inyección financiera que deberán ser analizados y evaluados. De la misma forma, la inflación y el aumento del coste de financiación se traducirán en la necesidad de revisar el equilibrio de las contraprestaciones entre las partes.

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No es de extrañar, por tanto, que la litigiosidad sea una preocupación latente entre los ejecutivos de las empresas. En un informe que publicamos recientemente, una muestra representativa de directivos de grandes corporaciones aseguraba que aunque se sienten preparados para afrontar una mayor litigiosidad, pocos tienen confianza en que sus organizaciones lo estén suficientemente, sobre todo en las categorías consideradas como críticas. Para incrementar este nivel de preparación, los abogados in house deben trabajar juntamente con los despachos de abogados, y consultoras especializadas en servicios de soporte a los litigios (litigation support services), de forma que las disputas legales puedan preverse, controlarse y, en el mejor de los casos, resolverse antes de llegar a los tribunales.

En cuanto a los sectores específicos de los que puedan venir estos litigios, tanto los abogados in house como los despachos deberían prestar especial atención en los siguientes ámbitos:

1. Activos digitales. Dentro del universo digital, la ciberseguridad y la protección de datos son las materias principales que pueden acaparan mayor atención en las empresas por los riesgos de litigiosidad que acarrean. La solvencia en la capacidad de respuesta ante las nuevas tecnologías, como Blockchain, criptos y sistemas de comunicación (chats, audio, vídeo o redes sociales), aún tienen mucho margen de mejora en las organizaciones.

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2. Infraestructuras. Aquí hay que tener en cuenta que el incremento del precio de materiales y materias primas, primero resultado del covid-19 y ahora por el contexto geopolítico y económico en general, se está traduciendo en retrasos y sobrecostes en la ejecución de proyectos, o bien desequilibrios en contratos de suministro. Esto sin duda se traducirá en disputas y arbitrajes. Para las empresas o diferentes partes implicadas, es clave entender la conjunción de aspectos globales y locales que afectan a las compañías en esos procesos y tener la capacidad de poder plantear soluciones con un impacto real. Es necesario no solo conocimiento económico-financiero, sino también experiencia sectorial.

3. Energía (y especialmente todo lo relacionado con las energías renovables). Este sector seguirá siendo una de las principales fuentes de disputas en arbitrajes internacionales. Ejemplo de ello lo hemos visto estos días con lo ocurrido en los litigios recientes entre el Estado español y distintos fondos de inversión. El arbitraje internacional ha sido durante mucho tiempo el método preferido para resolver este tipo de disputas transfronterizas, ya que las partes valoran la capacidad de estas cortes para tomar decisiones con relativa rapidez debido a su flexibilidad.

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¿Cómo pueden las empresas y sus asesores (despachos y consultoras) prepararse para afrontar con éxito este contexto tan movido? Es necesario acostumbrarse a la falta de certezas, a un mundo que está cambiando de manera drástica, para bien y para mal. Y plantearse, de manera rigurosa, la implementación de procesos más innovadores que den seguridad y puedan contribuir a que las compañías estén mejor preparadas para afrontar situaciones especiales.

*José Piñeiro, responsable de Forensic & Litigation de FTI Consulting.

*Juan Rivera, responsable de Strategic Communications de FTI Consulting.