¿De qué valieron las dos grandes huelgas de Hollywood de 2023?

Si por algo será recordado Hollywood en 2023 es por haber sido el epicentro de dos de los parones más largos de su historia: la huelga de actores y la de guionistas.

El 2 de mayo de 2023, la meca del cine vio su actividad interrumpida cuando el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA), no siendo capaz de llegar a un nuevo acuerdo viable en las negociaciones del 20 de marzo con la Alliance of Motion Picture and Television Producers (AMPTP), se declaró en huelga. Un parón al que también se unió el Sindicato de Actores (SAG-AFTRA) a mediados de julio por el mismo motivo.

Ambos gremios plagaron las calles de ciudades como Nueva York o Los Ángeles denunciando la necesidad de un nuevo acuerdo que abordara los desafíos del streaming, aumentos salariales, mayores ingresos residuales y que les protegiera contra el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la industria.

Después de 148 días, el 25 de septiembre el WGA logró un acuerdo con la AMPTP que fue ratificado, más adelante, prácticamente por unanimidad: de los 8.525 votos válidos emitidos, 8.435 votaron a favor y 90 votaron en contra. En el caso de la huelga convocada por el Sindicato de Actores, fue el 9 de noviembre la fecha que, tras 118 días de parón, marcó el fin de la misma y, por consiguiente, la entrada en vigor de un nuevo acuerdo. Así, con la entrada del nuevo año conviene recordar, grosso modo, los aspectos más relevantes de los acuerdos que regirán la industria hasta 2026.

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El nuevo acuerdo entre la WGA y la AMPTP, que estará en vigor hasta el 1 de mayo de 2026 establece, entre otras, un incremento del salario mínimo en tres escalas: un 5% tras la ratificación, otro 4% en mayo de 2024 y otro 3,5% en mayo de 2025; un incremento en las cotizaciones al fondo de salud y en las pensiones; y el derecho del guionista a recibir una bonificación basada en la audiencia generada por los contenidos de streaming – que, se calculará, teniendo en cuenta el presupuesto de la producción, la extensión de la serie o la película y el número de visualizaciones.

Además, fija una retribución mínima inicial de 100.000 dólares por una historia y un guion para plataformas de streaming en las que el presupuesto sea igual o superior a los 30 millones de dólares e impone a los estudios un mínimo de guionistas para desarrollar los proyectos de una temporada televisiva, siendo necesarios, por ejemplo, al menos tres para un programa de al menos seis episodios al que le dé luz verde de un estudio.

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En lo que se refiere al uso de la inteligencia artificial generativa, queda prohibida la utilización de esta para escribir o reescribir material literario, no pudiendo emplearse ni considerarse, en ningún caso, como una fuente de material. Esta medida responde a la necesidad de proteger a los guionistas de posibles acusaciones de plagio y a evitar que los estudios reclamen derechos sobre historias originales creadas por IA, sobre las que un guionista desarrolla un guion. No obstante, si bien restringido, su uso no está prohibido: los guionistas pueden emplear IA previo consentimiento de la productora y adhesión a las políticas implementadas a este respecto.

Por su parte, el acuerdo adoptado entre SAG-AFTRA y la AMPTP —en vigor hasta el 30 de junio de 2026- que, se asemeja al del sindicato de guionistas, en tanto en cuanto también contempla un incremento del salario mínimo en tres escalas: un 7% a partir del 9 de noviembre de 2023, otro 4% a partir del 1 de julio de 2024 y otro 3,5% a partir del 1 de julio de 2025 (un 2% superior al de los guionistas), así como un incremento en las contribuciones a las pensiones y salud y una bonificación basada en la audiencia generada por los contenidos de streaming.

La incertidumbre persiste (...) y solo el transcurso del tiempo podrá revelar la verdadera eficacia de ambos acuerdos

De igual manera, en aras de equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos de los artistas, define, regula y limita el uso de las “réplicas digitales” y el uso de la alteración digital, tanto para actores como figurantes que, en todo caso, estará sujeto a consentimiento previo, expreso y claro del intérprete.

Con todo, si bien es cierto que ambos acuerdos marcan un antes y un después en la industria, la incertidumbre persiste en cuanto a su capacidad para abordar de manera efectiva las demandas y complejidades que puedan surgir en un entorno que se encuentra en constante evolución y solo el transcurso del tiempo podrá revelar su verdadera eficacia. ¿Habrá otra gran huelga en los próximos meses?

* Sofía Martínez-Gallo, asociada de Santiago Mediano Abogados