Es noticia
El impacto del nuevo reglamento de IA en las empresas y la necesidad de adaptación
  1. Jurídico
  2. Tribuna
Colaboradores ECJurídico5

Tribuna

Por

El impacto del nuevo reglamento de IA en las empresas y la necesidad de adaptación

Estamos ante un momento de grandes cambios para el mundo empresarial y el nuevo reglamento de IA de la Unión Europea representa un desafío más

Foto: Foto: Reuters/Florence Lo
Foto: Reuters/Florence Lo

Hablar hoy de la Inteligencia Artificial (IA) no es ninguna novedad. De un modo muy rápido ha dejado de ser una tendencia emergente para convertirse en una pieza clave dentro del mundo empresarial. Y es que las inversiones en IA son cada vez más importantes. Las vemos para automatización de tareas rutinarias y procesos complejos, lo que permite reducir costes operativos y que los trabajadores puedan dedicarse a tareas de mayor valor. También para el análisis de grandes volúmenes de datos en tiempo real, lo que ayudará a tomar mejores decisiones. Y para fortalecer la relación con el cliente (a través de la creación de chatbots y asistentes virtuales que ofrecen atención y resuelven dudas en cualquier momento), crear nuevos productos o servicios o incluso predecir fallos y errores en maquinarias, identificar riesgos, incluso posibles fraudes.

En definitiva, invertir en IA es una apuesta por el futuro, en todos los campos y en todo tipo de empresas. Sin embargo, con la aparición y creciente adopción de esta tecnología, surge la necesidad de establecer un marco regulatorio que asegure el uso ético y seguro de la IA. Y, en este contexto, es en el que entra en juego el Reglamento de Inteligencia Artificial de la Unión Europea, que impone una serie de requisitos legales a las empresas que desarrollan, implementan o usan sistemas de IA. Este reglamento, también conocido como la Ley de IA, plantea desafíos y oportunidades para las empresas que ahora se ven obligadas a adaptarse a un entorno regulado para mantener su competitividad.

El reglamento se ha diseñado con el objetivo de garantizar que el uso de la IA sea seguro, ético y transparente. Este marco normativo regula la IA en función de su nivel de riesgo, estableciendo categorías según el impacto que un sistema de IA puede tener sobre los derechos fundamentales, la seguridad y la confianza pública.

Este enfoque basado en el riesgo es fundamental para este nuevo marco regulatorio y define claramente qué empresas estarán sujetas a mayores requisitos legales. Por tanto, las organizaciones deben analizar sus sistemas de IA para clasificar en qué categoría de riesgo se encuentran y, a partir de ahí, cumplir con las normativas correspondientes. Las empresas que utilizan la IA de alto riesgo son las que se exponen a desafíos mayores, aunque, en general, todas las organizaciones se verán afectadas por aspectos de cumplimiento legal, responsabilidad y transparencia, gestión del riesgo, innovación y competitividad, inversiones y costes.

Esta nueva realidad para las empresas les está obligando a adaptarse porque tienen que luchar por seguir siendo competitivas en este nuevo entorno regulado. Es esencial adoptar una estrategia proactiva hacia la implementación de la IA responsable y, sin duda, esto pasa por auditar los sistemas de IA actuales para determinar en qué categoría de riesgo se encuentra, integrar principios éticos desde la fase de diseño de sistemas de IA y apostar por la formación a empleados, no solo sobre el buen uso de la IA, sino también sobre cumplimiento normativo y la ética en el desarrollo y despliegue de estas tecnologías.

Estamos ante un momento de grandes cambios para el mundo empresarial y el nuevo reglamento de IA de la Unión Europea representa un desafío más.

En un mercado global, estas regulaciones debieran ser a nivel mundial ya que países tan importantes como China, Rusia, India o Pakistán no han suscrito aún nada sobre la regulación de la IA, lo que refleja una diferencia significativa en sus enfoques regulatorios.

Indudablemente, los abogados, sean “in house” o externos de la empresa, tenemos un papel fundamental en esta adaptación. Debemos asegurarnos de que nuestros clientes cumplan con esta normativa y no asuman riesgos legales innecesarios, protegiendo correctamente datos y privacidad, evitando violaciones a esta última, con discriminaciones de algoritmos y decisiones automatizadas. Actuando así se evitarán además de sanciones, posibles demandas posteriores.

Las compañías que logren adaptarse y cumplir con las normativas no solo evitarán posibles sanciones, sino que también podrán posicionarse como líderes en el uso responsable de la IA.

* Ángel Cardo, socio abogado de CE Consulting.

Hablar hoy de la Inteligencia Artificial (IA) no es ninguna novedad. De un modo muy rápido ha dejado de ser una tendencia emergente para convertirse en una pieza clave dentro del mundo empresarial. Y es que las inversiones en IA son cada vez más importantes. Las vemos para automatización de tareas rutinarias y procesos complejos, lo que permite reducir costes operativos y que los trabajadores puedan dedicarse a tareas de mayor valor. También para el análisis de grandes volúmenes de datos en tiempo real, lo que ayudará a tomar mejores decisiones. Y para fortalecer la relación con el cliente (a través de la creación de chatbots y asistentes virtuales que ofrecen atención y resuelven dudas en cualquier momento), crear nuevos productos o servicios o incluso predecir fallos y errores en maquinarias, identificar riesgos, incluso posibles fraudes.

Inteligencia Artificial Derecho