Es noticia
To be or not to be, that is the question: sobre los aranceles de Trump al cine
  1. Jurídico
  2. Tribuna
Colaboradores ECJurídico6

Tribuna

Por

To be or not to be, that is the question: sobre los aranceles de Trump al cine

España debería seguir avanzando en la utilización de las novedosas fuentes de financiación del sector, considerándolas una mera herramienta para la consolidación de esta industria cultural

Foto: Donald Trump, presidente de Estados Unidos. (Reuters)
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. (Reuters)

No se ha dejado de percibir en los últimos diez años de vigencia de la actual normativa fiscal de sociedades, que la industria audiovisual ha mantenido buenos ritmos de crecimiento y creación de empleo en España en términos agregados.

Fruto de lo deslocalizable que son las industrias intelectuales, a lo largo de este período han sido varias las situaciones que han puesto en entredicho la fortaleza de nuestro sector audiovisual. Ocurrió durante la pandemia del COVID, donde los rodajes se suspendieron provocando pérdidas que no alcanzaron a cubrir los procedimientos de ERTE. Posteriormente el Brexit generó situaciones en las que proyectos confirmados procedentes de Reino Unido veían como se cancelaba su ejecución por la falta de seguridad en la obtención de permisos de trabajos de los equipos y artistas británicos. Y, por último, la huelga de los sindicatos de guionistas y actores (el primer parón desde 1980 y por el período más prolongado de la historia) hacía que de nuevo las producciones audiovisuales extranjeras que tenían previsto producir sus proyectos en España, retiraran sus inversiones.

En los casos anteriores algunas alertas previas anticipaban la paralización del sector por lo que el mensaje del presidente Trump en redes sociales, ha provocado gran alarma en un sector cuyos tiempos de producción son amplios. El anuncio recoge un arancel del 100% a las producciones que se realizan fuera de Estados Unidos en el ánimo de aprovechar los incentivos fiscales que otros territorios ofrecen a las producciones audiovisuales. No aclara el escueto mensaje a qué tipo de producciones afectaría, si es solamente a aquellas que se puedan considerar extranjeras, si es aquellas americanas que se ruedan fuera de Estados Unidos, si el personal creativo o el origen de la financiación pueden ser elementos determinantes para la aplicación o no de este posible arancel.

Es necesario reconocer que, tal y como confirman las Instituciones Comunitarias, la gran mayoría de los países de nuestro entorno ha iniciado una carrera competencial para la implementación de incentivos fiscales y bonificaciones de costes con el ánimo de atraer el rodaje de grandes producciones. Estos apoyos públicos se comprenden como una inversión por parte del Estado que luego se compensa con retornos en exacciones tributarias, sociales o turísticas. España mantiene apoyos a la producción que pueden alcanzar hasta el 70% de los gastos de producción por lo que teóricamente podría entrar en el foco del ánimo protector de la administración Trump. Y aquí lo que se debate no es la exportación de las películas o series españolas a Estados Unidos sino la pervivencia del ecosistema económico creado con la atracción de rodajes a España y el establecimiento de hubs de producción por parte de algunas plataformas. Debemos reconocer que este apoyo presupuestario del Estado ha permitido que nuestro país haya conseguido situarse como un territorio receptor de inversión extranjera en forma rodajes como Star Wars en diferentes formatos, El Señor de los Anillos, Juego de Tronos, The Queen, Arcane, universo Marvel -entre muchas otras-, o en forma más estable con la localización del centro de producción de Netflix en Madrid.

No cabe duda de que el objeto esencial de los aranceles es la comercialización internacional de productos físicos, pero no hay uniformidad doctrinal acerca de si es posible la aplicación de derechos de aduana en la importación de servicios, ni siquiera en los casos de prestaciones electrónicas -que quedan englobadas en las diferentes moratorias temporales de las Conferencias Ministeriales de la OMC aplicables desde 1998-.

Y debe igualmente reconocerse las especialidades del audiovisual no solamente en el desarrollo y producción del contenido audiovisual, sino en la propia explotación a través de licencias internacionales de las obras. España es el país de la Unión Europea donde mayor cuota de pantalla copan las producciones estadounidenses del total de la recaudación. De todas las entradas vendidas en nuestro país en 2024, un 77% son para películas de Estados Unidos, lo que supone 369 millones de euros de recaudación. En términos europeos, el porcentaje de cuota es del 69% con una clara tendencia al alza en los últimos años, según el Observatorio Europeo Audiovisual.

Esta demanda de producto norteamericano fuera de sus fronteras provoca un superávit comercial de 15.300 millones de dólares anuales, soportado por la escasa distribución de producción extranjera independiente en Estados Unidos.

En contraposición a esta tendencia creciente del producto audiovisual de Hollywood, la producción en el Estado de California cayó un 5,6% con respecto al ejercicio pasado (hasta un 26% en el conjunto del país según algunos estudios) y los días de rodaje en Los Angeles se mantienen en los mismos niveles que en los momentos de parón por la huelga sindical. Es posible por tanto que los problemas de la industria estadounidense se deban a factores más internos que exógenos, donde la madurez del sector ha determinado unas relaciones laborales excesivamente rígidas y poco competitivas para un ámbito tan deslocalizable como el audiovisual.

España debería seguir avanzando en la utilización de las novedosas fuentes de financiación del sector, considerándolas una mera herramienta para la consolidación de esta industria cultural.

* Jaime Sanz, Doctor en Derecho y socio del área Fiscal de KPMG Abogados.

No se ha dejado de percibir en los últimos diez años de vigencia de la actual normativa fiscal de sociedades, que la industria audiovisual ha mantenido buenos ritmos de crecimiento y creación de empleo en España en términos agregados.

Donald Trump Aranceles