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¿Te preocupa el medio ambiente? Pues compra en consecuencia
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Jose Luis Gallego

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¿Te preocupa el medio ambiente? Pues compra en consecuencia

El consumo responsable es la gran baza para frenar el impacto ecológico de nuestras compras. No se trata de cambiar de hábitos sino de incorporar el de ayudar al planeta.

Foto: Mercado ecológico. EFE
Mercado ecológico. EFE

La conciencia medioambiental va en aumento. Cada vez somos más los que nos preocupamos por el avance de la crisis climática, la contaminación del aire que respiramos, la pérdida de biodiversidad, la plastificación de los mares… Sin embargo seguimos siendo pocos los que actuamos en consecuencia cuando tenemos más poder para cambiar las cosas: al comprar.

Cuando nos encontramos frente al mostrador o el lineal del supermercado, asidos al carrito, examinando las diferentes ofertas, es cuando en verdad estamos a los mandos de la nave. Nosotros conducimos porque nosotros decidimos: comparamos, razonamos y votamos. Porque comprar es votar: votar contra lo arriba expuesto; votar por el planeta que vamos a dejarle a nuestros nietos.

Existen pocas oportunidades tan claras y directas de ayudar al planeta como al elegir un producto o un servicio

Al escoger una marca realizamos algo más que un mero acto de abastecimiento: estamos cincelando el mercado, marcando tendencias, cambiando el mundo. Al otro lado de cada acto de consumo hay gente que toma nota, analiza y corrige. Por eso, si queremos ayudar al medio ambiente, es muy importante actuar como consumidores responsables.

Dicho de modo más claro: dime lo que compras y dónde lo compras y te diré qué factura le estás pasando al planeta. Aunque no te importe, aunque no lo consideres trascendente, lo cierto es que lo es, y mucho. Porque toda acción de consumo tiene una consecuencia medioambiental.

placeholder Es necesario atender al impacto ambiental de la compra. EFE
Es necesario atender al impacto ambiental de la compra. EFE

Ante una elección de compra el consumidor toma las riendas del mercado y adquiere plenas facultades para modularlo. Por eso resulta tan importante que incorporemos la variable medioambiental a la hora de elegir un producto o servicio y nos preguntemos qué factura le estamos pasando al planeta al elegir entre una opción u otra.

Ése impulso que nos lleva a escoger un producto u otro es en realidad el que mueve el mundo hacia un lado u otro. Tal y como están establecidas hoy en día las reglas de mercado quien marca tendencia es quien más vende, por lo que de esa acción en apariencia cotidiana y personal se derivan toda una serie de consecuencias globales que determinan la importancia que las marcas y los fabricantes van a dar al medio ambiente.

Ejercer el consumo responsable

Resulta del todo contradictorio que exijamos un mayor compromiso de las empresas con el planeta y que las señalemos como culpables de la situación que estamos atravesando mientras por otra parte seguimos consumiendo sus productos y servicios sin tener en cuenta lo que tanto les recriminamos. No, el verdadero compromiso con el planeta se demuestra castigando las actitudes hostiles hacia el medio ambiente a la hora de consumir y premiando a aquellas marcas que apuestan por la sostenibilidad y el respeto a la naturaleza, aunque ello nos exija determinados sacrificios, incluso económicos.

Foto: La sobreexplotación de los océanos ha llegado a su límite (EFE)

Un ejemplo. Todos somos conscientes de que el transporte de mercancías y la globalización del mercado alimentario han multiplicado las emisiones de gases con efecto invernadero que están provocando el calentamiento global del planeta. Por eso desde las organizaciones ecologistas nos proponen apostar por los productos locales a la hora de consumir y comprar en los comercios del pueblo o del barrio.

Compra local: compra cerca

Por eso lo más sensato y sostenible es adquirir naranjas de aquí en lugar de las que nos llegan desde Sudáfrica, aunque éstas resulten inexplicablemente más baratas que las nuestras debido a los acuerdos comerciales de la UE. Como lo es comprar en la tienda del barrio en lugar de desplazarnos al hipermercado: hagan cálculo de los costes de tiempo y desplazamiento y caerán en la cuenta de que, además de ser una manera activa de posicionarnos en favor del medio ambiente y en contra el cambio climático, lo mejor es la compra de proximidad.

placeholder Compradores en un mercado de abastos. EFE
Compradores en un mercado de abastos. EFE

Incorporar la variable medioambiental a nuestras necesidades de consumo a la hora de ir a comprar es tan importante como desplazarnos en transporte público, reciclar los residuos que generamos en el hogar o hacer un uso responsable del agua y la energía.

Sin embargo ¿cuánta gente atiende al coste medioambiental a la hora de valorar el coste real de su compra? Lo cierto es que poca, muy poca. Por eso es necesario insistir en la importancia de que nuestra compra le salga barata también al planeta: de elegir, siempre que podamos claro está, producto local y de optar comprar lo del día a día en el comercio de proximidad.

La conciencia medioambiental va en aumento. Cada vez somos más los que nos preocupamos por el avance de la crisis climática, la contaminación del aire que respiramos, la pérdida de biodiversidad, la plastificación de los mares… Sin embargo seguimos siendo pocos los que actuamos en consecuencia cuando tenemos más poder para cambiar las cosas: al comprar.

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