¿Por qué los ODS deben ser también nuestros objetivos?

En el otoño de 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso a los líderes mundiales un conjunto de objetivos comunes para su aprobación. Para ello planteo una agenda de trabajo a 15 años vista, la agenda 2030, en la que se marcaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que abarcan diferentes ámbitos y distintos retos.

Desde trabajar juntos contra la pobreza y el hambre y en favor de la paz y la justicia, hasta proteger la vida submarina y la de los ecosistemas terrestres: desde reinventar el concepto de ciudad para hacerlas más sanas y sostenibles, hasta asegurar el acceso de todos al agua potable y de saneamiento.

"Para alcanzar estas metas todo el mundo tiene que hacer su parte: los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil"

Promover las energías no contaminantes, reducir las desigualdades, impulsar la acción climática para hacer un frente común ante la amenaza del calentamiento global. Lograr una industria más innovadora y comprometida con el medio ambiente y una producción y un consumo más responsables. Una educación de calidad y un trabajo decente.

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El último de los ODS, el diecisiete, hace referencia a la colaboración necesaria para lograrlos. Para ello nos anima a establecer alianzas y unir voluntades, pues tal y como destaca la propia ONU en el documento que sirvió de base para el acuerdo: "para alcanzar estas metas, todo el mundo tiene que hacer su parte: los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, las personas como usted".

Y en ese 'usted' deberíamos vernos señalados todos los ciudadanos del mundo. No importa nuestro nivel de aporte ni la capacidad con la que creamos que podemos contribuir. La mayoría de las propuestas de acción ciudadana para alcanzar los ODS parten de gestos simples, tan sencillos que a menudo nos parecen banales y creemos que no generan cambio, cuando es exactamente lo contrario.

Como dice el famoso aforismo ecologista, 'los pequeños cambios son poderosos' y en ellos, en la suma de esos pequeños gestos, radica el éxito de las mejoras globales recogidas en ese colorido mosaico de buenos propósitos que forman los diecisiete ODS.

Seguro que serán muchos los que crean que faltan objetivos, y que se debería añadir este o aquel. Por mi parte solo incorporaría uno: el de recuperar el optimismo, la alegría de vivir.

Opinión

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El tránsito de la pandemia del covid ha sido demasiado largo, demasiado áspero. Ahora que alcanzamos a ver el final del túnel somos conscientes del alto nivel de dolor que nos va a dejar, especialmente a quienes han perdido a un ser querido. Por eso es necesario que nos vengamos arriba como sociedad.

De ahí que tal vez fuera oportuno incorporar, tras la enseñanza adquirida durante todo este tiempo, el objetivo de poner en valor el hecho de estar aquí y ahora. Ser conscientes de la enorme fortuna de habitar este planeta y dirigir nuestra actitud personal hacia la vida simple y el aprecio por todo lo que nos rodea, ya sea naturaleza o creación humana. Tal vez desde esa actitud vital y optimista podamos recuperar el rumbo de la felicidad y alejarnos de la incerteza.

Y acaso una de las mejores formas de lograrlo sea la de dotar a nuestra vida de propósito: o mejor aún, de propósitos: como los que recogen los ODS. Por eso estaría bien que todos los aceptásemos como propios.