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Si estás pensando en regalarlo, recuerda: un animal no es un juguete
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Jose Luis Gallego

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Si estás pensando en regalarlo, recuerda: un animal no es un juguete

Con cerca de 300.000 perros y gatos abandonados cada año, España encabeza el vergonzoso listado de países europeos que sufren esta lacra social. Casi la mitad de esos pobres animales fueron un regalo de Navidad

Foto: Imagen de un perro abandonado. (iStock)
Imagen de un perro abandonado. (iStock)

Mascota: horrible concepto. Aunque nuestro diccionario le otorga el significado de 'animal de compañía', siempre he pensado que en realidad, al catalogar de tal manera a ese fiel compañero de existencia lo estamos cosificando, convirtiéndolo en algo en lugar de alguien. Y acaso radique ahí el origen del grave problema del abandono animal. En entender a perros y gatos como cosas en lugar de como lo que son: un miembro más de la familia, un amigo leal. Por eso conviene abordar el problema antes de que tenga lugar, es decir ahora: en los días previos a la Navidad, cuando muchos se están planteando regalarlo.

Mucho antes que con el respeto a la naturaleza y a los animales, el abandono tiene que ver con la ética y la moral, o mejor dicho: con su falta

Según el último estudio elaborado por la Fundación Affinity el año pasado (2020) las protectoras de animales acogieron a 286.000 perros y gatos (162.000 perros y 124.000 gatos). El 25% de los casos de abandono de debió a motivos económicos, pero entre las principales causas (9%) también figura la de 'pérdida de interés por el animal'. Un concepto duro de aceptar que nos obliga a reflexionar al respecto.

Para los expertos que intentan mitigar esta lacra de nuestra sociedad, la primera medida que debemos observar y atender es la de no regalar nunca un animal de compañía sin haber consensuado previamente, y con toda la familia, que ese perro o ese gato será bien recibido y correctamente atendido. En caso contrario seremos en buena medida responsables de su posible desamparo. Por eso, para favorecer una tenencia responsable y eludir el riesgo de abandono, es totalmente desaconsejable jugar con el factor sorpresa y convertir al animal en un regalo: por muy deseado que nos pueda parecer.

Foto: El respeto a los otros y al entorno es la base de la convivencia. (EFE) Opinión
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Y en todo caso, si tras el imprescindible consenso con el entorno de convivencia del obsequiado llegamos a la certeza de que todos están de acuerdo en incorporar un animal al hogar y se responsabilizan de su cuidado y mantenimiento, lo que debemos hacer es buscar a ese fiel amigo en un centro de acogida, nunca acudir a una tienda de animales ni mucho menos comprarlo por internet.

Los centros de acogida (las mal llamadas 'perreras') velan por el bienestar de los animales abandonados y realizan una importantísima labor social al responsabilizarse de ellos, procurarles los cuidados básicos y propiciarles en la medida de lo posible las atenciones oportunas. Buena parte de ellas suelen tener webs con imágenes de todos los animales en acogida y ofrecen días de visita para que los posibles adoptantes puedan conocerlos personalmente y escoger el más adecuado a sus circunstancias. Un encuentro que puede dar lugar a una maravillosa historia de amor y de amistad.

placeholder Un gato en un centro de acogida aguardando su adopción (EFE/M. Dueñas)
Un gato en un centro de acogida aguardando su adopción (EFE/M. Dueñas)

Otro aspecto muy importante a tener en cuenta antes de adoptar un perro o un gato es conocer el ámbito legal que regula la tenencia de animales de compañía en nuestra comunidad y el de nuestra localidad de residencia. Y es que toda persona que vaya a adoptar a un perro debe conocer de antemano las obligaciones que exige la ordenanza municipal, así como aquellas que pudieran explicitarse en el contrato de arrendamiento de la vivienda o en las normas de convivencia que rigen en su comunidad de vecinos.

En los reglamentos municipales se recogen las normas que regulan y ordenan las condiciones de mantenimiento, salud y bienestar del animal, así como lo que exige la normativa de seguridad ciudadana respecto a su identificación y documentación.

Foto: Delaware Humane Association

Es imprescindible informarse al respecto antes de adoptar al animal y no al revés, de ese modo evitaremos las posibles incompatibilidades y situaciones de conflicto que pudieran surgir después. Y es que, aunque demasiados lo ignoran, al adoptar un perro o un gato como animal de compañía nos vemos obligados a atender a una larga serie de reglas que van más allá de cumplir con sus necesidades diarias de atención, alimentación, aseo, ejercicio o las visitas programadas al veterinario.

placeholder Campaña 'Los animales no son cosas' de la Fundación Affinity (F. Affinity)
Campaña 'Los animales no son cosas' de la Fundación Affinity (F. Affinity)

Por todo ello, ante la elevada responsabilidad que asume tanto quien regala como quien es obsequiado, es recomendable eludir el riesgo. Renunciar a recibir ese agradecimiento por 'el mejor regalo que podía imaginar', a provocar en el ser querido esas lágrimas instantáneas de felicidad, un bello sentimiento que, en cambio, puede ceder al hastío con el paso del tiempo hasta dar lugar a una de las situaciones más dramáticas que puede vivir un animal de compañía, que no es una cosa, sino un 'ser sintiente', tal y como reconoce la ley en la reciente modificación del Código Civil.

Mascota: horrible concepto. Aunque nuestro diccionario le otorga el significado de 'animal de compañía', siempre he pensado que en realidad, al catalogar de tal manera a ese fiel compañero de existencia lo estamos cosificando, convirtiéndolo en algo en lugar de alguien. Y acaso radique ahí el origen del grave problema del abandono animal. En entender a perros y gatos como cosas en lugar de como lo que son: un miembro más de la familia, un amigo leal. Por eso conviene abordar el problema antes de que tenga lugar, es decir ahora: en los días previos a la Navidad, cuando muchos se están planteando regalarlo.

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