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COP26: ahora hay que pasar de las palabras a los hechos
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COP26: ahora hay que pasar de las palabras a los hechos

Después de dos semanas cargadas de noticias sobre la cumbre del clima de Glasgow, y tras su conclusión este pasado fin de semana, llega el momento del análisis

Foto: Manifestantes en Glasgow, durante la COP26. (EFE/Robert Perry)
Manifestantes en Glasgow, durante la COP26. (EFE/Robert Perry)

Desde la perspectiva del Gobierno británico, esta cumbre tenía una meta muy clara: mantener el objetivo de limitar el calentamiento del planeta a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Porque cada fracción de grado de más supone la pérdida de muchas más vidas y graves perjuicios en los modos de vida. Ya estamos sufriendo los efectos del cambio climático —inundaciones, cambios drásticos de temperatura, incendios sin precedentes—, y estas catástrofes naturales serán más habituales si las temperaturas siguen subiendo. La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, lo advirtió al comienzo de la cumbre: “Dos grados son una sentencia de muerte”.

"Es una victoria frágil que solo sobrevivirá si los países cumplen sus promesas y estas se traducen en acciones rápidas"

El resultado de dos años de intensa actividad diplomática global se ha plasmado en el Pacto Climático de Glasgow, acordado tras mucha expectación en la recta final de esta cumbre. ¿Por qué es importante?

  • Mantiene el objetivo de los 1,5 grados del Acuerdo de París, y los países se han comprometido a no esperar hasta dentro de cinco años para actualizar sus metas de reducción de emisiones, sino que el año que viene presentarán nuevos compromisos que se alineen con este objetivo.
  • Es el primer acuerdo que hace mención explícita a la necesidad de reducir el uso del carbón y las subvenciones a las energías fósiles.
  • Incluye el compromiso específico de duplicar la cantidad de financiación destinada a proyectos que ayudan a los países a adaptarse a un clima ya cambiante.
  • Por último, introduce más transparencia en la forma en que los países informan sobre su acción climática. También se han acordado las reglas para los mercados internacionales de carbono que tienen el potencial de movilizar más inversiones en proyectos climáticos en todo el mundo.

En Glasgow, también se ha avanzado con: compromisos en la neutralidad de carbono a largo plazo que abarcan al 90% de la economía mundial, acuerdos para poner fin a la deforestación, reducir las emisiones de metano a nivel mundial y proporcionar más financiación a los países más vulnerables al cambio climático.

placeholder Alok Sharma, presidente de la COP26 de Glasgow. (EFE/EPA/Andy Rain)
Alok Sharma, presidente de la COP26 de Glasgow. (EFE/EPA/Andy Rain)

Además, el sector privado ha aumentado su compromiso con la descarbonización, especialmente el sector financiero. La Net-Zero Banking Alliance, cuyos miembros controlan más de 130 billones de dólares en activos e incluye a 6 de los bancos más grandes de España, hará que gran parte del sector financiero alinee sus carteras con el Acuerdo de París, abandonando progresivamente la financiación de actividades contaminantes e impulsando inversiones en tecnologías limpias. La ONU también ha anunciado medidas para vigilar los compromisos de las empresas para evitar el llamado 'greenwashing' (las malas prácticas de algunas empresas, que presentan productos como respetuosos con el medio ambiente cuando en realidad no lo son) y garantizar la integridad de los compromisos del sector privado.

Por parte española, el presidente Pedro Sánchez anunció al comienzo de la cumbre que España aumentará hasta un 50% su contribución financiera para ayudar a los países más pobres a desarrollar su transición energética, hasta alcanzar la cifra de 1.350 millones de euros anuales a partir de 2025, de modo que puedan afrontar una transición energética sostenible y justa. Este compromiso contribuirá a alcanzar la meta de los 100.000 millones de dólares en financiación anual para los países en desarrollo antes de 2023. Sin olvidar que el Gobierno español ha sido un socio importante desde que el Reino Unido tomó el relevo de la COP25, una cumbre que España organizó con éxito y en tiempo récord en Madrid en 2019.

Foto: Foto: Reuters.

No podemos bajar la guardia

El Pacto Climático de Glasgow mantiene vivo el objetivo de 1,5 °C y esto es una buena noticia. Sin embargo, no debemos ser complacientes: es una victoria frágil que solo sobrevivirá si los países cumplen sus promesas y estas se traducen en acciones rápidas. Los compromisos actuales de reducción de emisiones para el año 2030 son claramente insuficientes y nos llevará a un incremento de las temperaturas de 2.4 grados, muy por encima del objetivo. Por ello, todos debemos hacer más, porque el reto nos incumbe a todos.

Con el fin de la cumbre en Glasgow concluyen dos semanas en las que la emergencia climática ha acaparado las portadas de los medios de comunicación en gran parte del mundo y ha sido el asunto central de las conversaciones entre los líderes mundiales. Pero sigue siendo urgente tomar más medidas, y el balance final se juzgará no por los compromisos realizados sino por su grado de cumplimiento.

Foto: Muestra de petróleo para pruebas de calidad. (Reuters/Carlos Garcia Rawlins)

Desde que asumimos la presidencia de la COP26, la lucha contra el cambio climático ha sido una prioridad máxima para el Gobierno británico. Reiteramos la necesidad de tomar más medidas para reducir las emisiones y apoyar a los países en desarrollo con financiación y acceso a nuevas tecnologías limpias. Por delante tenemos una agenda amplia de cooperación entre todos, y seguiremos colaborando estrechamente con países ambiciosos como España para alcanzar logros en los sectores clave del acero, hidrógeno y sistema eléctrico a través de la iniciativa de los Glasgow Breakthroughs, cuyo objetivo es que las tecnologías limpias sean la opción más asequible, accesible y atractiva en los sectores más contaminantes para 2030.

Es el momento de pasar de las palabras a los hechos: nuestro planeta no tiene otra oportunidad.

*Hugh Elliot es el embajador británico en España.

Desde la perspectiva del Gobierno británico, esta cumbre tenía una meta muy clara: mantener el objetivo de limitar el calentamiento del planeta a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Porque cada fracción de grado de más supone la pérdida de muchas más vidas y graves perjuicios en los modos de vida. Ya estamos sufriendo los efectos del cambio climático —inundaciones, cambios drásticos de temperatura, incendios sin precedentes—, y estas catástrofes naturales serán más habituales si las temperaturas siguen subiendo. La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, lo advirtió al comienzo de la cumbre: “Dos grados son una sentencia de muerte”.

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