Es noticia
Botando el Argos
  1. Mercados
  2. A Bordo del Argos
Miguel de Juan Fernández

A Bordo del Argos

Por

Botando el Argos

“El poema épico de Apolonio de Rodas narra la epopeya que, a bordo del Argo, emprendieron Jasón y sus acompañantes en la misión de encontrar el

El poema épico de Apolonio de Rodas narra la epopeya que, a bordo del Argo, emprendieron Jasón y sus acompañantes en la misión de encontrar el Vellocino de Oro; los argonautas, marineros del Argo, eran unos cincuenta héroes que partiendo de Yolco, en Tesalia, llegaron hasta la Cólquide en busca del Vellocino. Entre esos héroes estaban Acasto, hijo del rey Pelias, Etálides, hijo de Hermes, Anceo, hijo de Licurgo (o de Poseidón), Laertes rey de Ítaca, Peleo, rey de los mirmidones y padre de Aquiles y el gran Heracles (Hércules en la mitología romana). 

A partir de este momento, otro Argos emprende su singladura contando con otros cincuenta héroes y príncipes. Argos Capital FI nace como el vehículo que nos permita implementar el concepto de inversión desarrollado por Graham y amplificado por Warren Buffett; concepto que hasta ahora habíamos venido utilizando en forma más personal.”

Miguel de Juan, carta de lanzamiento del ARGOS CAPITAL 

“Los fundadores de Baupost se vieron sorprendidos por lo que ellos definían como una gran desconexión entre lo que las posibles firmas gestoras estaban haciendo con el dinero de sus clientes y lo que hacían con el suyo propio. También desaprobaron el comportamiento de grupo que observaron, ya que la mayoría de los gestores generalmente invertían en los mismos valores. Mientras, Poorvu y sus amigos estaban impresionados con el tipo de preguntas que Klarman realizaba. Así que, decidieron que él era la mejor persona para gestionar su dinero. “Tomaron un gran riesgo con una persona relativamente inexperta”, dice Klarman.

The Value of Seth Klarman- ALPHA Institutional Investor

 

Como hablando con alguno de los participantes del foro me habéis pedido que os contara cómo fue la génesis del Argos y, advirtiendo de antemano que no quiero que lo veáis en ningún caso como publicidad u oferta de inversión, voy a intentar explicaros cómo diseñamos el Argos y qué buscábamos.

Reconozco que plantearse desde una pequeña ciudad como León (pero eso sí, una gozada de ciudad, ¿eh?) el montar un fondo de inversión suena cuanto menos raro. Por lo pronto, no es lo más habitual, por algo es el primer y único fondo de inversión diseñado y asesorado desde León y, hay que reconocerlo, aunque León es tan grande que TODO lo demás está en sus afueras (se aceptan sonrisas por la broma), lo cierto es que está bastante alejado del centro financiero de España y, por supuesto de la City o de Wall Street. ¡Qué le vamos a hacer, ellos se lo pierden! El caso es que partimos ya de un lugar no muy común a la hora de plantearse crear un fondo.

Aunque en la carta de lanzamiento, que algunos habéis leído, indico exactamente el por qué, intentaré hacer un breve resumen ahora. Tras pasar varios años en diferentes entidades de banca privada, y observar los diferentes conflictos de intereses que existen y que os relataba en el tercer artículo que escribí para Cotizalia, varios de mis amigos me plantearon el irme de la entidad y gestionarles el patrimonio de una forma ajena a las entidades financieras. La idea ya venía rondando por mi cabeza varios años atrás, pero finalmente en noviembre de 2010, coincidiendo con la última de las cartas del libro, decidimos emprender un nuevo rumbo. Un rumbo en el que ya no tuviera que lidiar entre lo que consideraba que era mejor para un inversor y lo que las entidades estaban interesadas en ofrecer. Buscábamos la libertad de tener un vehículo que nos permitiera hacer el trabajo que los clientes generalmente esperáis de vuestros asesores -sean de banca personal, privada, gestores de sicav o family office-: buscar las mejores alternativas sin más conflictos. Dado que esos inversores iniciales me ofrecían su confianza yo no podía defraudársela -sí, ya sé que estamos casi en Navidad y suena muy bonito, pero es cierto- por lo que no podía montar un chiringuito financiero. Precisaba una entidad que les resguardara. Aunque algunas con las que hablé fue patético, finalmente llegamos a un acuerdo con Renta4, que facilitó completamente -y lo sigue haciendo- el poder crear el Argos.

Para poder crear un fondo, lo primero que necesitáis son al menos 3 millones de euros y una entidad gestora, en España una SGIIC como es el caso de Renta4 Gestora viene muy bien y son grandes brókers. Luego se necesitan los clientes que aporten ese capital y que vais (o vamos) a gestionar o asesorar. En el caso del Argos, que es muy jovencito y sólo va a cumplir dos añitos, ya son 157 argonautas. Es el único fondo donde los partícipes no son meros partícipes: son argonautas, reyes, príncipes y héroes. Después es importante que vuestros inversores conozcan vuestro estilo o concepto de inversión; el nuestro es Buffett-Graham y se cataloga como mixto flexible, porque queríamos tener la libertad de poder estar invertidos en bolsa o fuera de ella, según nos pareciera, de la misma forma que cualquiera de vosotros puede estar más o menos invertido en bolsa sin que la CNMV le diga que está incumpliendo tal o cual cláusula de los estatutos. En estos momentos, estamos con un 67% en bolsa aproximadamente. Sobre los estatutos, aunque aparentemente podemos utilizar los derivados, ni lo hemos hecho ni tenemos la menor intención de utilizarlos, pero fue una exigencia de la CNMV el indicar que podíamos tenerlos.

De la misma forma tenéis que plantearos cuáles serán vuestras restricciones -si las tenéis, las nuestras sólo son no endeudamiento y no derivados-, por ejemplo de divisa o de tipos de activos, deberíais indicar a vuestros inversores qué pueden esperar de vosotros. Por ejemplo, en cuanto a indexación o no, en cuanto a rotación de la cartera, etc. Mis argonautas iniciales ya conocían mis preferencias y pese a ello y para los posibles nuevos argonautas que se han ido incorporando fue por lo que preparé la carta de lanzamiento donde se indicaban estos asuntos,… al igual que el objetivo de rentabilidad. Que en el caso del Argos es superar, en al menos tres puntos, a los índices en el medio-largo plazo dado que, según los estudios de Bogle, sólo el 0,5% de los gestores lo consigue y si iba a merecer la pena estar en el Argos, debía ser honesto intelectualmente y plantearme un objetivo que tuviera sentido. Un amigo representante de otra entidad dedicada al value investing -con la salvedad (aparte del tamaño y el histórico) de que el Argos sí gestiona la renta fija- me decía que “sacarás entre 7-10 puntos”, y mi respuesta fue que yo no podía garantizar eso, que iríamos bien si conseguíamos el objetivo. Bueno, han pasado casi dos años y no nos podemos quejar, pero eso es otra historia y aún es poco tiempo para juzgar una buena gestión. (También es cierto que no creo que se pueda calificar como mala)

Al comenzar a operar, el Ibex estaba en 10.829 puntos y, según tendencias o la teoría del mercado eficiente, debería haber comenzado invirtiendo una inmensa porción del patrimonio en bolsa. Comenzamos aproximadamente con un 10% en bolsa. Y os aseguro que yo no tengo nada de adivino, pero creo que fue una buena decisión seguir la búsqueda del margen de seguridad, que por entonces me parecía escaso. En estos años, hemos hecho varias operaciones, hemos descartado muchas y, en general, no nos quejamos de cómo ha evolucionado. Pero el Argos tiene más un espíritu de partnership que de fondo y, por ello, sin tener obligación legal de hacerlo, pero sí moral con los auténticos dueños del patrimonio, cada mes les envío una carta que sigue los modelos de Buffett, Graham, Pabrai, Gad, Leither, Klarman y otros. Quiero decir, la idea era que el Argos fuera el vehículo que nos permitiera buscar las mejores oportunidades de inversión fueran las que fueran, desde empresas, reits, deuda corporativa, deuda distressed, arbitraje, etc, pero siempre teniendo presente que los auténticos propietarios del capital son los argonautas y, por ello, como dice Buffett, les doy la información que querría recibir si tuviéramos los papeles cambiados.

Durante estos casi dos años, no ha sido tan complicada la “gestión” en sí del Argos en cuanto la prueba de carácter necesaria para aguantar los vaivenes del mercado -que como dijo el viejo JP Morgan: fluctuará- y la situación personal, que los argonautas conocen y que saben cuánto les agradezco su preocupación. Fue un salto muy grande, en una época muy complicada, pero gracias a ellos está saliendo bien. Los argonautas pusieron su confianza en “una persona relativamente inexperta” pero, aun no siendo Klarman, les veo contentos.

Dicho todo esto, y recordándoos que se trata de responder a la curiosidad de alguno de vosotros, disculpadme por este “auto retrato” y a los que os haya parecido prescindible, disculpadme. Se trataba de explicaros la génesis no de un fondo cualquiera, la petición era en concreto sobre el Argos.

Nos vemos en el próximo artículo. Un abrazo a todos.

El poema épico de Apolonio de Rodas narra la epopeya que, a bordo del Argo, emprendieron Jasón y sus acompañantes en la misión de encontrar el Vellocino de Oro; los argonautas, marineros del Argo, eran unos cincuenta héroes que partiendo de Yolco, en Tesalia, llegaron hasta la Cólquide en busca del Vellocino. Entre esos héroes estaban Acasto, hijo del rey Pelias, Etálides, hijo de Hermes, Anceo, hijo de Licurgo (o de Poseidón), Laertes rey de Ítaca, Peleo, rey de los mirmidones y padre de Aquiles y el gran Heracles (Hércules en la mitología romana).