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Yosi Truzman

Análisis Técnico

Por
Yosi Truzman

Tiemblan los cimientos del mercado

Si quedaban dudas, la reacción de los índices ayer dejó claro el inicio de un proceso correctivo. Y tiene visos de ser más profundo que los últimos

Si aún quedaba alguna duda, la reacción de los índices bursátiles en la sesión de ayer dejaron claro que se ha iniciado un proceso correctivo. Este proceso tiene visos de ser más profundo que las correcciones a la que nos tiene acostumbrado el mercado en este momento. Sin embargo, hay que tener presente que no hay base técnica para poder hablar, por el momento, de la formación de un gran techo desde el que se pudiera producir un cambio de tendencia general.

En este gráfico se analiza la evolución del Ibex contado en base diaria. El selectivo no abrió con un hueco a la baja respecto del mínimo del día previo pero lo perforó poco después de la apertura lo que ‘abrió el grifo’ de las tomas de beneficio. Además, formó una vela bajista de gran envergadura que situó el cierre muy cerca del mínimo del día, y se rompió el máximo creciente de grado menor y la parte alta del gallardete que se superó en junio (10.827 a 10.879). Por último, tuvimos una confirmación bajista desde el punto de vista de la Teoría de Dow puesto que ya tenemos dos máximos y dos mínimos decrecientes desde el máximo de junio.

Este comportamiento indica que el proceso correctivo debería continuar. Sin embargo, se debe tener presente que la estructura de máximos y mínimos crecientes de grado mayor seguirá vigente mientras el índice no pierda los 10.000 puntos. Además, la configuración de las medias móviles sigue siendo claramente alcista, pese a que el cierre de ayer se situase por debajo de la media de 50 sesiones.

Por lo tanto, si se ha iniciado alguna posición corta en la sesión de ayer, se debe mantener. En caso contrario, se puede aprovechar cualquier vuelta a la zona comprendida entre 10.800 y 10.850 para vender, situando el stop por encima del máximo de ayer (10.920) en términos de cierre. El objetivo de beneficios debe colocarse entre el 10.500 y el 10.550. Y a partir de 10.550 y hasta el 10.350 se puede iniciar una posición larga la cual debería liquidarse solo en caso de cierre por debajo de 10.000.

En este gráfico se analiza la evolución del Eurostoxx50 contado en base diaria. Al igual que ocurrió con el selectivo español, la media europea no abrió rompiendo el mínimo del día previo pero lo perforó enseguida. Además, cerró por debajo de 3.230 y por debajo de los mínimos intradiarios que se marcaron la semana pasada (3.211) generando con ello la aparición de un segundo mínimo decreciente desde los máximos. Por si fuera poco, se cerró el hueco de mayo que fue el artífice de la superación de la resistencia de los 3.200 puntos, y el cierre del día se situó en mínimos.

Todo ello nos indica que la presión bajista se ha incrementado de manera drástica. Sin embargo, no hay que olvidar que las estructuras de plazo mayor siguen vigentes. No en vano vemos que la estructura de mínimos crecientes sigue vigente, que la configuración de las medias es alcista y que no se ha roto ni siquiera la base del canal alcista que se puede construir desde noviembre del año pasado. Se deben, por tanto, percibir, al menos por ahora, las señales de corte bajista aparecidas como una señal de techo de corto plazo.

Por lo tanto, si se han abierto posiciones cortas en la sesión de ayer, se deben mantener e incrementar en caso de vuelta a la zona comprendida entre 3.210 y 3.230, colocando el stop por encima del máximo de ayer (3.239) en términos de cierre. El objetivo de beneficios debe situarse entre 3.150 y 3.130. Y a partir del 3.130 y hasta el 3.090, se debe volver a construir una posición larga la cual deberá ir ligada a un stop por debajo de 3.044.

Si aún quedaba alguna duda, la reacción de los índices bursátiles en la sesión de ayer dejaron claro que se ha iniciado un proceso correctivo. Este proceso tiene visos de ser más profundo que las correcciones a la que nos tiene acostumbrado el mercado en este momento. Sin embargo, hay que tener presente que no hay base técnica para poder hablar, por el momento, de la formación de un gran techo desde el que se pudiera producir un cambio de tendencia general.