Grifols presenta una estructura potencial de suelo

Grifols alcanzó, a principios del pasado mes de junio, la parte alta del canal alcista que se puede construir desde noviembre de 2011 lo que permitió que se superase, aunque de manera marginal, el máximo histórico anterior que se fijó en marzo. Desde esos máximos, inició un proceso correctivo que podría haber terminado.

Los motivos que pueden llevar a pensar en el final de ese proceso correctivo son básicamente tres. En primer lugar, la corrección presenta una estructura típica en ABC. La onda A habría recorrido una distancia de 2,84 (la diferencia existente entre el máximo del 20 de junio – 42,44 – y el mínimo del 30 de junio – 39,60). La onda C se habría iniciado en el máximo del 3 de julio (40,39). Si restamos el tamaño de la A al punto de inicio de la onda C, obtenemos un objetivo en 37,52 el cual se aproxima mucho a los mínimos de la semana pasada.

En segundo lugar, las últimas tres sesiones de la semana pasada han formado tres ‘hammers’ consecutivos. Aunque estas 3 sesiones no cumplen a la perfección la definición de la estructura compleja de velas japonesas conocida con el nombre de ‘three Starbullish’, existe la posibilidad de que se esté en esta situación. De hecho, los ‘hammers’ se han formado tras un movimiento definido a la baja y, además, un ‘hammer’ es una derivación de un ‘doji’.

Por último, cabe destacar que la estructura compleja de giro descrita se ha formado sobre el 61,8% de todo el movimiento alcista que se produjo entre abril y junio. Este porcentaje de retroceso se encuentra en el nivel de 38,3461, nivel que solo se logró perforar de manera muy marginal en términos de cierre el viernes pasado.

Por lo tanto, hay base técnica suficiente como para poder asumir el riesgo de abrir una posición larga alrededor de los niveles actuales de cotización. El stop debe ejecutarse en caso de apertura o de cierre por debajo de 37,85 o en el caso de que aparezca un cierre muy cercano a este nivel que invalide el soporte del 61,8% comentado.