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Las cinco reglas del inversor pasivo
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Javier Molina

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Las cinco reglas del inversor pasivo

Esta semana ha sido muy interesante a nivel formativo. Hemos tenido de todo, desde pánico hasta euforia y recuperación parcial. Buen momento para examinarse y ver en qué tipo de gestión se ubica

Foto: Bolsa de Hong Kong. (Reuters)
Bolsa de Hong Kong. (Reuters)

La semana pasada vimos en esta misma sección de 'Aprende a Invertir' cuáles eran las ventajas y problemas de la gestión pasiva. Esta semana que hemos pasado es, desde luego, un buen ejemplo del impacto en los resultados de las carteras de los distintos tipos de gestión. Desde el lado de la gestión activa, hemos visto como fondos que tenían posiciones fuertes en acciones españolas de las más castigadas (Santander, IAG, Telefónica, etc.) han sufrido mucho más que el Ibex-35 y, por el contrario, aquellos gestores activos que habían tomado exposición en sectores menos penalizados lo han pasado menos mal. Le invito a que entre en cualquier web de fondos y examine los resultados a cierre del día 24 y los compare. Luego puede ver cómo se han recuperado a lo largo de la semana. Hay verdaderas curiosidades.

Por poner un ejemplo, y sin nombrar a las gestoras, tomando dos fondos de la misma categoría (RV España) y estrellas de morningstar (5), fíjese como el primero lleva una rentabilidad negativa del año del 3,59% a 29 de junio, mientras que el segundo lleva un -19,36%. Un inversor se puede dejar llevar por encontrar los fondos dentro de un similar tipo de gestión pero cada uno es diferente y se rige por gestores diferentes. Unas veces consiguen cumplir su objetivo y otras, sin embargo, quedan lejos de batir al índice. En el caso del segundo, obtiene una rentabilidad peor que el índice español en un 5,35% anual a la fecha del cálculo de arriba.

Fondo 1

Fondo 2

Regresando a la gestión pasiva, es decir, a aquel inversor que quiere replicar al índice sin más florituras, si tomamos en esta misma categoría de RV España el ETF correspondiente, nos encontramos con estos resultados:

ETF

Se ha obtenido una caída similar a la del índice, incluso un poco mejor, pero en línea con lo que buscábamos al optar por la indexación. Este tipo de gestión nos da justo la rentabilidad menos sus costes del activo perseguido. Luego sólo hay que seguir las siguientes reglas para poder obtener lo deseado.

  1. Una vez conocido el perfil de riesgo que tiene, hay que decidir en qué mercado se va a posicionar. Una regla sencilla es replicar, con fondos índices, el peso de las economías a nivel mundial. De esa forma, tanto para la parte de renta fija como de renta variable, hará prevalecer la importancia económica de cada país. A este respecto, hay un ETF de Vanguard que puede mirar, por su composición y coste muy reducido, para tomarlo como idea. Es el Vanguard Total World Stock (VT) que tiene un 0,14% de comisión total. Para la parte de bonos puede utilizar dos referencias, una para Estados Unidos como el Vanguard Long Term G. Bond (VGLT) y otra para el resto como el Vanguard Total International Bond (BNDX). Los defensores más duros de la gestión pasiva en Estados Unidos toman exclusivamente aquellos mercados que conocen, es decir el mercado doméstico. Imagino que es fácil de justificar este detalle pues, si se fija, el S&P ha dado rentabilidad positiva a largo plazo en toda su historia.
  2. El re-balanceo entre la parte de renta variable y fija no lo haga más de una vez al año y cuando sea necesario por el cambio de riesgo al que puede haber llegado su cartera, bien por alzas o bajas de una de las partes (o varias).
  3. La cartera que establezca con los Fondos Índices o ETF tiene que ser simple y fácil. Algo que se pueda seguir y monitorizar de forma sencilla. No incorpore muchos fondos ni busque diversificación imposible.
  4. No se deje llevar por situaciones de pánico ni euforia. Si realmente decide invertir de forma pasiva, es el plazo que usted establezca al principio, el que le marcará las necesidades de liquidez. Luego haga caso omiso de todo el ruido que siempre persigue al inversor.
  5. La regla más importante y relacionada con las anteriores es, bajo mi punto de vista, hacer aportaciones periódicas. Es el verdadero detalle que hace que una gestión pasiva sea eficiente. Si vamos incorporando fondos, digamos que una vez al mes, eso permite captar los distintos niveles de mercado y, de esa forma, se puede optimizar mucho más la posición.

Así las cosas, esta semana ha sido muy interesante a nivel formativo y de ubicación en mercado. Hemos tenido de todo, desde pánico hasta euforia y recuperación parcial. Es un buen momento para que se examine y vea en qué tipo de gestión se ubica usted y, de ese modo, poder actuar en consecuencia. Siempre se aprende de estas situaciones de mercado y nos ha servido para ver las diferencias entre los tipos de gestión. Así mismo, la semana que viene continuaremos con los detalles de la gestión activa.

La semana pasada vimos en esta misma sección de 'Aprende a Invertir' cuáles eran las ventajas y problemas de la gestión pasiva. Esta semana que hemos pasado es, desde luego, un buen ejemplo del impacto en los resultados de las carteras de los distintos tipos de gestión. Desde el lado de la gestión activa, hemos visto como fondos que tenían posiciones fuertes en acciones españolas de las más castigadas (Santander, IAG, Telefónica, etc.) han sufrido mucho más que el Ibex-35 y, por el contrario, aquellos gestores activos que habían tomado exposición en sectores menos penalizados lo han pasado menos mal. Le invito a que entre en cualquier web de fondos y examine los resultados a cierre del día 24 y los compare. Luego puede ver cómo se han recuperado a lo largo de la semana. Hay verdaderas curiosidades.

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