Aprender a Invertir
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Aprenda a gestionar el riesgo
El simple hecho de que se cuestione la ejecución de un plan que tenga que fijar un stop de pérdidas o, por lo menos, de control de riesgos férreo, me dejó bastante aturdido
Cuando se invierte en bolsa, son varias las estrategias o motivos por los que los inversores pueden obtener beneficios. Sin embargo, del lado de las pérdidas, esas razones se reducen y se pueden centrar en dos: el no tener un plan con su disciplina de inversión establecido y, por supuesto, el no entender cómo controlar el riesgo. Sólo conociendo los motivos que nos han llevado a pérdidas y, evitándolos en el futuro, conseguiremos obtener el éxito en los mercados. La operativa, de facto, lleva a generar muchas más pérdidas que beneficios pero, obviamente, el montante de aquellas tiene que ser muchísimo menor que el de los beneficios.
Y a ese respecto, me resulta curioso el debate que se originó hace unas semanas en esta misma sección, cuando justo hablamos del control de pérdidas. El simple hecho de que se cuestione la ejecución de un plan en el cual se tenga que fijar un stop de pérdidas o, por lo menos, de control de riesgos férreo, me dejó bastante aturdido y hoy lo abordaré, desde otro punto de vista.
Una de las formas de controlar el riesgo asumido al operar en los mercados es mediante el control del importe de cada operación. Esta es una estrategia común cuyo objetivo es tener claro el riesgo que se asume cada vez que se compra o vende cualquier activo.
Supongamos que queremos abrir una posición larga en Repsol, cuya evolución de precios es esta y la acción cotiza a 11,40 euros. La media móvil de 200 sesiones cruza sobre los 10,68 euros.
Lo primero que debo hacer, antes de comprar nada, es determinar el importe máximo que estoy dispuesto a arriesgar. Una de las reglas que tengo establecidas en mi plan de inversión es el no arriesgar más de un 1,5% del importe total que tengo destinado a operar en bolsa. Ese nivel del 1,5% puede ser modificado ligeramente pero, en cualquier caso, me parece ajustado para continuar con la disciplina de inversión que sigo. Además, siempre debo tomar acciones líquidas y el stop que se establezca debe ser con precios de cierre. Es la mejor forma de evitar manipulación en momentos puntuales.
Lo siguiente que debo analizar es qué cantidad de mi capital voy a destinar ahora a esta operación. El no establecer una cantidad óptima en cada operación es la causa de la descapitalización de muchos inversores. No olvide que el preservar su capital es el concepto más importante a tener siempre en cuenta.
Supongamos entonces que tenemos un total de 40.000 euros destinados a riesgo. Si fijo en un 1,5% lo máximo que estoy dispuesto a perder en esta operación de Repsol, significa que son 600 euros que quiero exponer como máximo.
Siempre debo tomar acciones líquidas y el stop que se establezca debe ser con precios de cierre. Es la mejor forma de evitar manipulación en momentos puntuales
Si establezco mi Stop de protección en un 10% del precio de la acción, y Repsol cotiza a 11,40 euros, esto son 1,14 euros o un precio del título de 10,26 euros. Eso significa que, a precios de cierre, me salgo de la operación con pérdidas a ese nivel. Entonces, si el máximo importe que estoy dispuesto a perder es de 600 euros, la forma de calcular el montante destinado a esta operación es muy sencillo.
Abriremos el camino hacía una operativa más planificada y de éxito
Se divide lo que se arriesga, 600 euros, entre el importe por acción que estoy dispuesto a perder como máximo, es decir, 1,14 euros. 600/1,14 = 526 acciones o, a precios de mercado (11,40) un importe de 5996 euros.
De esta forma, si nos equivocamos y Repsol empieza a caer, la máxima pérdida será de 526 acciones * 1,14 euros, es decir, 599,64 euros.
Ya tengo establecida la cantidad máxima a invertir en esta operación. Obviamente, si quiero fijar un Stop más ceñido, la posición abierta será mayor.
Si en vez de colocar un 10% de pérdida máxima, quiero tomar (por ejemplo) la media móvil de 200 sesiones como Stop, eso supone un precio de Repsol de 10,68 euros. Luego, la pérdida en euros es de 0,72 por acción, lo que implica comprar un máximo de 833 acciones (600/0,72) que significan 9496 euros. En este caso, si nos equivocamos, pérdida máxima es de 833*0,72 = 599,76 euros. La que habíamos definido al inicio.
Con este pequeño ejemplo sólo he pretendido darles unas pistas para establecer los niveles máximos de riesgo a tomar. Se trata de definir un plan para gestionar el riesgo y preservar el capital. Implementando estas pequeñas estrategias conseguiremos evitar aquellos dos errores que hacen que los inversores se descapitalicen y, por tanto, abriremos el camino hacía una operativa más planificada y de éxito.
Cuando se invierte en bolsa, son varias las estrategias o motivos por los que los inversores pueden obtener beneficios. Sin embargo, del lado de las pérdidas, esas razones se reducen y se pueden centrar en dos: el no tener un plan con su disciplina de inversión establecido y, por supuesto, el no entender cómo controlar el riesgo. Sólo conociendo los motivos que nos han llevado a pérdidas y, evitándolos en el futuro, conseguiremos obtener el éxito en los mercados. La operativa, de facto, lleva a generar muchas más pérdidas que beneficios pero, obviamente, el montante de aquellas tiene que ser muchísimo menor que el de los beneficios.