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El inversor español... ¿no sabe leer?
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Javier Molina

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El inversor español... ¿no sabe leer?

Si en vez de perder tiempo en reclamaciones posteriores dedicasen unos minutos a observar la documentación, les aseguro que se ahorrarían muchos problemas

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El inversor español ¿no sabe leer?

Me perdonará el lector por el atrevimiento del titular de hoy, pero al abrigo de los últimos datos de suscripciones netas acumuladas este año y hasta octubre en fondos de inversión, uno no puede permanecer callado. Al menos en esta sección donde intentamos sentar algunas bases para aprender a invertir. No puedo pretender comunicar la idea de que, todo inversor siempre debe contar con una estrategia y un plan definido, si éste no es capaz ni de leer las primeras líneas de los documentos legales de los productos que compra. Prefiero pensar que se trata de pereza mental y no de una falta de instrucción con respecto a la capacidad de leer.

En esta ocasión, no se puede culpar ni a la banca ni a las empresas de servicios de inversión. La nueva regulación les ha hecho, por lo menos, graficar el nivel de riesgo que se asume con cada producto y siempre en relación a la complejidad y liquidez del instrumento en cuestión. De esa forma, de un simple vistazo cualquiera puede saber a qué tipo de inversión se enfrenta. No tiene ni que leer. Si en vez de perder tiempo en reclamaciones posteriores, últimamente muy de moda en el sector, dedicasen unos minutos a observar la documentación, les aseguro que se ahorrarían muchos problemas, noches sin sueño y hasta su probabilidad de obtener mayor rentabilidad subiría.

Este es el último cuadro de entrada de euros en todo tipo de familia de fondos. Si se fija, las dos primeras corresponden a fondos de Rentabilidad Objetivo y fondos garantizados de rendimiento variable. En el segundo cuadro, puede ver el incremento de partícipes y el número actual (fuente Inverco octubre 2016).

Habiendo dedicado la mitad de mi vida laboral a crear los derivados que van tras ese tipo de fondos, nunca hasta la fecha había visto unos productos tan malos. Es cierto que no trabajé en un entorno de tipos de interés 0, lo cual no es menor, pero siendo este ahora el caso igual la industria debería dedicarse a buscar nuevas alternativas o simplemente, a quitarlos de mercado.

Dejando de lado esa capacidad que tengo últimamente de crearme enemigos en el sector y, pasando al tema en cuestión, todos esos productos arriba graficados tienen una información legal que sustenta su comercialización. En primer lugar, en esa documentación se incluye una escala de riesgo que puede tener estas formas:

En función del tipo de producto y de las características del mismo, le señalarán un número u otro. Si tiene un nivel 1, significa que se trata de un depósito bancario, seguro de vida o instrumento financiero no subordinado con 100% de capital garantizado y calificación (rating) equivalente al Reino de España. Asimismo, la rentabilidad de estos productos será la mínima del grupo. Un nivel 7 (o 6 si se usa la otra forma de expresarlo) significará riesgo máximo con potencial de pérdidas incluso superiores a la del coste de compra. Puede ver un resumen bastante bueno aquí.

Además, señalan marcando con una X las opciones que correspondan de las siguientes y añaden una alerta final del grado de complejidad del producto.

Es decir, le avisan bastante bien del tipo de activo que le están ofreciendo y de una forma visual, uno puede intuir lo que puede esperar en términos de riesgo y rentabilidad. Como siempre, eso es sólo un pequeño aviso y lo suyo sería que siguiera investigando un poco. Cuando se va de vacaciones y quiere reservar un hotel, uno pierde el tiempo mirando el feedback o comentarios de otros usuarios, entra en la web del establecimiento y hasta hace un barrido por google earth para ver la ubicación. En cambio, a la hora de invertir parece que esa pereza mental acompaña al inversor.

Tomemos un depósito real que se ha estado comercializando y cuyas réplicas puede adquirir ahora mismo. A un año, paga un tipo del 0,50% y mientras no se coloquen más de 100.000 euros, cae bajo el paraguas de la garantía de depósitos.

Entonces ¿por qué tiene un riesgo de 6 sobre 6? Pues muy sencillo, como bien indica se trata de un depósito tradicional a plazo pero que se coloca en divisas. Aprovechando que el USD en este caso paga unos tipos más altos que el EUR, las entidades se han lanzado a sacar estos productos. El tipo de interés no es malo, pero el riesgo es máximo. Debido a que tiene que convertir sus EUR en USD para poder invertir y luego, a vencimiento, devolver de nuevo los USD a EUR usted asume un riesgo de cambio sobre el total de la operación. Si le favorece, recibirá más que el cupón prometido, pero si el tipo de cambio le va en contra, las perdidas serán equivalentes al movimiento de la divisa más los gastos ocasionados en los cambios. Un inversor que simplemente mira ese primer cuadro, salvo que quiera jugar a divisas, no invertirá para nada en este depósito. Mucho a perder y poco a ganar. El famoso ratio rentabilidad/riesgo que ya vimos.

De igual forma, este otro producto puede parecer muy atractivo. Fondo capital asegurado a 2 años, con TAE mínima garantizada del 0,9 anual y máxima posible del 1,3% en función de lo que haga la acción de Starbucks. Si tuviera USD, no sería un mal producto.

El problema radica, como antes, en el tipo de cambio. El capital está 100% garantizado en USD no en EUR. Luego, si tiene que convertir al inicio y al final de la vida, corre el mismo riesgo que en el caso anterior. Le devolverán la misma cantidad en USD, pero no en EUR si el tipo de cambio se ha movido. Y esta es la evolución del tipo de cambio. De todo menos algo “tranquilo”.

En segundo lugar, en esos fondos garantizados, la entidad hasta coloca un cuadro con unos escenarios posibles. Es cierto que se hace en base a datos históricos (backtesting) pero, si hasta esos datos pasados son malos, ¿que cabe esperar del futuro?

Veamos un ejemplo de un fondo en período de comercialización. Estos son los datos básicos.

Y con su cuadro de riesgo correspondiente.

El nivel 2 indica que, aun tratándose de un fondo conservador, se expone a riesgo una parte limitada del capital, en este caso un 5% para poder optar a un alza del 75% de lo que suba el Eurostoxx50, con un máximo del 15% (Cap). El plazo es a poco más de un año y la comisión total que se lleva la entidad es del 0,74%.

Lo segundo que le dicen es que la TAE máxima calculada es del 5,231% y la mínima garantizada es del 4,222%. Es decir, tiene un ratio rentabilidad/riesgo de 1,23:1. Poca cosa para ser un producto sin ningún tipo de gestión y donde tengo tantos condicionantes. Arriesgando un 5% igual me conviene más comprar un ETF sobre el Eurostxx50 y no limitar mi escenario alcista si ese se produce. Pero bueno, podría hasta seguir leyendo la documentación.

Y aquí viene lo bueno. La entidad, como decía, realiza un backtesting para presentar una serie de resultados posibles y ver qué habría ganado caso de lanzar ese producto con esas características. Es decir, se hacen simulaciones como si hubiera comprado el fondo y esperado a vencimiento, cada día desde el 2006 hasta hoy. Esos resultados se los muestran a modo de ejemplos ilustrativos y les muestran la probabilidad de que se produzca un escenario u otro.

De ese modo y en este ejemplo concreto, existe un 65% de probabilidad de obtener la TAE mínima garantizada del -4,22%. Y, como ellos mismos nos dicen, un 79,74% de probabilidad de no conseguir la TAE máxima posible del 5,23%. Vamos, que es mejor que se compre un ETF sobre el Eurostoxx50 y se la juegue usted solito. Al menos, se ahorrará la parte de la comisión.

Como le decía, perdone que no se vea bien la información de arriba, pero, así está en los folletos registrados y a los que puede acceder.

Así las cosas y dado que más del 55% de todo el dinero que ha entrado en fondos en lo que llevamos de 2016 lo ha hecho en esas categorías, no estaría de más que antes de inmovilizar su dinero echara un vistazo a esos documentos. No le pido que entre en las fórmulas ni en la letra pequeña. No hace falta. Con ver el nivel de riesgo y la probabilidad de ganar que esa misma entidad introduce en los folletos, usted tendrá ya la mínima información para decidir invertir o no.

Ahora no tiene la excusa de que le “han colocado” ese u otro producto sin usted saberlo. Los requisitos mínimos fácilmente observables están a su disposición y con un mínimo de esfuerzo, me apuesto lo que quiera a que puede encontrar alternativas mucho mejores.

Buen fin de semana.

Me perdonará el lector por el atrevimiento del titular de hoy, pero al abrigo de los últimos datos de suscripciones netas acumuladas este año y hasta octubre en fondos de inversión, uno no puede permanecer callado. Al menos en esta sección donde intentamos sentar algunas bases para aprender a invertir. No puedo pretender comunicar la idea de que, todo inversor siempre debe contar con una estrategia y un plan definido, si éste no es capaz ni de leer las primeras líneas de los documentos legales de los productos que compra. Prefiero pensar que se trata de pereza mental y no de una falta de instrucción con respecto a la capacidad de leer.

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