Es noticia
¡Larga vida a las oficinas bancarias!
  1. Mercados
  2. Aprender a Invertir
Javier Molina

Aprender a Invertir

Por

¡Larga vida a las oficinas bancarias!

Igual que no entiendo por qué sigue comprando acciones y bonos sin importarle el precio que está pagando, tampoco logro encontrar el sentido a la operativa

Foto: Una sucursal de BBVA. (EFE)
Una sucursal de BBVA. (EFE)

Igual que no entiendo por qué sigue comprando acciones y bonos sin importarle el precio que está pagando, tampoco logro encontrar el sentido a la operativa que está llevando a cabo con fondos de inversión. No voy a contarles nada profundo sobre estos activos pues, en esta misma sección de Cotizalia, el próximo lunes José María Luna ya se encargará de eso. Hoy se trata de hacerle ver que, por lo menos, debería leerse la información básica de los fondos que contrata y hacer unos mínimos cálculos antes de lanzarse a invertir.


No pongo en duda que los fondos de inversión son, a priori, uno de los mejores instrumentos por su simplicidad, diversificación y fiscalidad para quienes desean encargar a un tercero la gestión de sus ahorros. Pero una cosa es contar con un vehículo aceptable y otra, que se lance a comprar lo primero que le ofrezcan.

Son ahora más de 9,2 millones las cuentas de partícipes en fondos de inversión y, el importe aquí colocado está en máximos históricos, alcanzando los 247.000 millones de euros (fuente inverco abril 2017). Hasta mayo de este año, se ha producido una entrada global positiva de dinero mayor a todo lo acumulado en 2016. Me permitirá el lector que comente que, de nuevo, el inversor entra tarde y caro (a un 4% del máximo histórico en caso del Ibex con dividendos) y encima, es interesante ver que lo hace asumiendo mayor riesgo. Más argumentos para mi visión pesimista de un mercado sobrevalorado, con llegada del pequeño inversor para el impulso final.

De este modo, se está asumiendo cada vez más riesgo y fondos como los monetarios o los de rentabilidad objetivo están en negativo (salidas mayores a las entradas) y fondos con mayor exposición a renta variable, como los Globales o los puros de bolsa, dan lecturas positivas. En algunos casos se dan compras muy significativas como es el caso del BBVA Quality Inversion Conservadora (cerca de 2000 millones) o el Bankia Soy Así Cauto (más de 1000 millones).

Trasvase entre fondos

Y es aquí cuando tengo que reconocerle que, gracias a estos inversores, las oficinas bancarias nunca cerrarán. Al menos, del todo. Resulta que, si analizamos las 5 mayores gestoras nacionales y vemos las entradas y salidas de toda su gama de fondos, no se produce una pérdida de patrimonio global sino un trasvase entre categorías. Puede ser casualidad, pero este movimiento de fondos parece obedecer a una estrategia orquestada por esas gestoras.

Una encuesta del año pasado de inverco sobre comercialización de fondos de inversión, concluye que el que compra uno de estos activos, prefiere hacerlo físicamente y es la oficina bancaria la principal referencia para ese ahorrador. A mayor edad, mayor aceptación de este método. Es interesante ver cómo 9 de cada 10 encuestados valora positivamente el trato en la oficina a la hora de adquirir un fondo. Así mismo, se percibe como un servicio que no incluye pago explícito…

De esta forma, nos encontramos con un ahorrador que entra en fondos de mayor riesgo, en máximos históricos, pidiendo consejo en la oficina bancaria y en un entorno donde ni se analiza lo que se puede ganar ni lo que se paga por la gestión.

Un estudio reciente de Indexa Capital analiza la rentabilidad de las 5 principales gestoras españolas frente a su índice de referencia. A finales de 2015, tienen el 59% del total importe gestionado y según este análisis en el período 2006-2015, ninguna de esas gestoras logra superar a sus respectivos benchmarks en ninguna categoría.

Respecto a los costes (comisiones) que se pagan en ese entorno donde no se gana más que el activo de referencia, deberíamos tener presente lo que podemos ganar contra lo que nos cobran. Aunque le parezca que ir a la oficina es gratis, cada vez que compra un fondo se le aplican unas comisiones. Por supuesto que, como en todo bien o servicio, hay que aplicar un margen para poder mantener y potenciar la estructura. Pero comisión y rentabilidad deben tener un punto de equilibrio.

Veamos las razones con 2 cálculos simples sobre los fondos arriba comentados. Si tomamos el BBVA Quality Inversión Conservadora FI veremos que los gastos corrientes (que son los que importan al concentrar todos los soportados por el fondo) son del 1,82%. Teniendo en cuenta que se trata de un fondo conservador, podemos esperar una rentabilidad del Euribor + 2%/3%. Si observamos la histórica del fondo en concreto, la rentabilidad media desde 2010 hasta 2016 no ha llegado al 1% anual. Luego entonces, pagar 1,82% por algo que ha rentado un 1% y no parece dará más del 3%, no me parece muy buena idea. Así que esos 150.000 partícipes y esos 5.765 millones de euros invertidos, son los que ayudan a que usted pueda seguir pasando por la oficina.

El Bankia Soy Así Cauto con 2.670 millones de patrimonio, plantea un panorama similar. Con gastos corrientes del 0,80% ofrece una rentabilidad media desde 2010 hasta 2016 del 2%. Pero se trata de un mixto defensivo y su rentabilidad esperada no será mucho mayor a la anterior. Pese a que el desempeño histórico es superior, los gastos son más altos dada la estructura que tiene para invertir. Se trata de un fondo de fondos que nos lleva a soportar unos costes indirectos que colocarían la comisión final por encima del 2%.

Así las cosas, mientras que siga buscando consejo en las oficinas bancarias y no se le ocurra hacer un mínimo cálculo entre lo que puede ganar y lo que va a pagar, me temo que su patrimonio no crecerá de forma significativa. Aunque le guste el trato personal, pierda un poco de tiempo surfeando por internet entre los proveedores de información y servicio que existen sobre fondos. Es cierto que eso no le garantizará una mayor rentabilidad, pero al menos le ayudará a seleccionar correctamente el tipo de producto a incorporar en su cartera.

Igual que no entiendo por qué sigue comprando acciones y bonos sin importarle el precio que está pagando, tampoco logro encontrar el sentido a la operativa que está llevando a cabo con fondos de inversión. No voy a contarles nada profundo sobre estos activos pues, en esta misma sección de Cotizalia, el próximo lunes José María Luna ya se encargará de eso. Hoy se trata de hacerle ver que, por lo menos, debería leerse la información básica de los fondos que contrata y hacer unos mínimos cálculos antes de lanzarse a invertir.

Rentabilidad
El redactor recomienda