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Sobre bolsa, blogueros y blogueros de bolsa
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Salvador Mas

Asesor Financiero 3.0

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Sobre bolsa, blogueros y blogueros de bolsa

Suele decirse que hay dos tipos de inversores: los que no saben qué hará la bolsa mañana y los que no saben que no lo saben. También se

Suele decirse que hay dos tipos de inversores: los que no saben qué hará la bolsa mañana y los que no saben que no lo saben. También se suele decir que en bolsa en cada minuto nace un incauto, y que normalmente ese incauto se fiará de un tipo que no sabe que no sabe (o que hace como que no lo sabe) y vive presumiendo siempre de sus recomendaciones acertadas (“ya lo dije yo”) y tapa sus errores con un tupidísimo velo. 

Sin duda, todos estos perfiles se acentúan todavía más en jornadas locas de mercado como las que vivimos las últimamente. Y de manera cada vez más amplificada por herramientas tan propicias al autobombo de traders accidentales como son los foros, blogs, programas de radio, chats twitters bursátiles, en los que lo normal es enterarse (a toro pasado, claro) que fulanito compró en mínimos y vendió en máximos y en los que rara vez oiremos algo que suene a un “me equivoqué”.  

También es habitual por esos lares no sólo criticar a los gestores profesionales de carteras sino creerse más listos que ellos, aprovechando la asimetría que da un pequeño detalle: la rentabilidad de un gestor de fondos o SICAVs es pública y auditada, mientras que la del trader “ya lo dije yo” no queda registrada a menudo ni en un triste excel, "ese programa que te dice lo que quieres oir si te quieres engañar" via Alvaro Gutierrez.    

Desde luego, no seré yo quien ponga el grito en el cielo  por el hecho de que se critique a los gestores profesionales; gremio en el que, como en todos, hay buenos, regulares y malos. Pero sí creo que para compararse es exigible cumplir unas reglas mínimas en las que se puedan demostrar esos supuestos “siempreaciertos” en igualdad de condiciones. Y lo que no se puede medir no se puede valorar, aunque haya siempre mucha gente (en un entorno de muy baja cultura financiera como el nuestro) que cree en los bálsamos de Fierabrás y en sus procuradores. 

En general, pienso que el desarrollo de la blogosfera financiera española ha aportado cosas muy buenas al inversor particular. Sin salir de Cotizalia, blogs como los de Jesús Sánchez-Quiñones, McCoy o Enrique Roca; o saliendo de aquí, los de Marc Garrigasait, Gurusblog o nadaesgratis son contenidos valiosísimos que no existirían de no ser por el desarrollo del formato blog.

Pero veamos una cosa: estos bloggers y algunos otros que (no se me vayan a enfadar no menciono por falta de espacio) son o han sido muy buenos profesionales en el sector financiero, insiders que toman o han tomado decisiones financieras “de verdad”.  

El elogio del amateurismo como valor per se que a menudo se hace en el mundo bloguero no me parece en absoluto interesante. En general, no siendo amigo de consensos de analistas, lo soy mucho menos de blogueros. Ni de otras falsas verdades estadísticas. Que el valor preferido de los usuarios de un portal sea “ZELTIA”, por ejemplo, no me aporta nada de nada.

Me aporta mucho, en cambio, saber qué recomienda una persona en la que admiro su talento y conocimiento (y trabajo), que me ayuda a entender cosas y a establecer un marco para mis decisiones. Seguramente le siga en alguna decisión y si gestiona un fondo o SICAV, quizás ponga algo de mi poco dinero en él.  

La educación en criterios de selección de “fuentes” es cada día más clave. Debería ser asignatura obligatoria en la escuela. 

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Suele decirse que hay dos tipos de inversores: los que no saben qué hará la bolsa mañana y los que no saben que no lo saben. También se suele decir que en bolsa en cada minuto nace un incauto, y que normalmente ese incauto se fiará de un tipo que no sabe que no sabe (o que hace como que no lo sabe) y vive presumiendo siempre de sus recomendaciones acertadas (“ya lo dije yo”) y tapa sus errores con un tupidísimo velo. 

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