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¿La web huele a muerto? ¡Pues yo no he sido!
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Salvador Mas

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¿La web huele a muerto? ¡Pues yo no he sido!

Como los gurús del mundillo internet también se aburren bastante en la playa, eligen una “canción del verano” para entretenerse. La última se titula “The web

Como los gurús del mundillo internet también se aburren bastante en la playa, eligen una “canción del verano” para entretenerse. La última se titula “The web is dead”  y la canta Chris Anderson, todo un Georgie Dann de la blogosfera.

La tesis es interesante y provocativa: las webs han muerto como medio para conseguir usuarios o generar negocio en internet. Estamos ya en la “era de las aplicaciones”, que “desintermedian” al navegador en la relación del contenido o la marca con el usuario. Ya debe haber más de un millón aplicaciones desarrolladas para iphone (el rey de las apps), Twitter, Android, Facebook...los dispositivos móviles y lo 2.0 son los catalizadores de esta tendencia.

Más allá de la exageración de lo afirmado (recurso cada vez más aceptado porque parece ser que lo que no es exagerado no existe) e incluso más allá de la conveniente manipulación de los datos para llegar a esas conclusiones, el artículo abre un debate bastante artificial (“la web no ha muerto, estaba de parranda”, como dice Julio Alonso), pero que sí tiene la virtud de hacer ver que el marketing ya nunca será lo mismo.

De hecho, en casi todos los sectores, a base de prueba y error, el marketing va evolucionando desde las campañas (puntuales, periódicas, aisladas) en medios / webs “tradicionales”  hacia las aplicaciones / redes sociales. Esto requiere un cambio de chip, porque de lo que se trata es de explotar una capacidad de diálogo permanente con el usuario.

El sector financiero anda bastante rezagado con respecto a otros en este viraje del marketing “de la campaña hacia la relación”, “del producto al cliente”. Es algo paradójico puesto que, bajo mi punto de vista, debería ser sector líder en innovación 2.0.

Primero, porque el producto financiero es virtual por definición. La venta de un depósito o un fondo se puede cerrar por internet con mucha más facilidad que un BMW o una Coca Cola, dos de las marcas que sacan más partido al fenómeno.

Segundo, porque si hay un sector que hoy en día necesita mejorar su percepción de marca ante sus clientes, ese es el financiero. Es muy difícil (o imposible) mejorar el la apreciación emocional de tus clientes y potenciales, sin contar con las aplicaciones sociales.

Y tercero, porque algo tendrán que hacer los bancos para sustituir la merma de capacidad de captación y relación con cliente que supondrá tener muchas menos oficinas físicas. Además, cada vez es más grande la intersección entre el grupo de cliente “más rentable” y el grupo “no pisa la oficina”. No sólo de población joven sino también de los no tan jóvenes tirando a maduritos interesantes (al menos para las entidades). No esperen que ese cliente se pase por la oficina del barrio a abrir espontáneamente una cuenta. Sobre todo si han cerrado la oficina del barrio.

Pero algo se va haciendo, claro. En España un 30% de los bancos y cajas utilizan las redes sociales, (siendo La Caixa, BBVA y Sabadell las más activas según un estudio). Como ejemplo de aplicación 2.0, no nos vamos muy lejos: i-cotizados, aplicación de gestión de carteras recién lanzada: sólo en menos de un mes, ya casi 3.000 usuarios de Cotizalia comparten ideas de inversión para mejorar la gestión de sus carteras gracias a esta comunidad de inversores.

Concluyendo que es gerundio. La web no ha muerto ni mucho menos. Presenta una buena salud. Pero al margen de eso, sí hay una oportunidad clara para el que explote las posibilidades de este nuevo entorno “social” de relación con sus clientes.

Más en www.twitter.com/openfinance

Como los gurús del mundillo internet también se aburren bastante en la playa, eligen una “canción del verano” para entretenerse. La última se titula “The web is dead”  y la canta Chris Anderson, todo un Georgie Dann de la blogosfera.