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Carlos Doblado

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Algo huele a podrido en Bullishlandia

Las banderas alcistas que eran el protagonista generalizado del rebote europeo de las dos últimas semanas son formaciones de continuidad bajista, y se rompieron a la baja de forma impenitente

Foto: Última sesión de noviembre del Dow Jones. (EFE)
Última sesión de noviembre del Dow Jones. (EFE)

Noviembre nos ha despedido con un sabor muy agridulce y cierto aroma a podredumbre en la tendencia. Europa ha fracasado, desplegando patrones potencialmente bajistas de corte mensual un mes después de hacer historia en conjunto. Confirmados el jueves, el mercado no tardó en mostrar qué fuerza domina el corto plazo, pulverizándose ayer viernes a la baja el rebote canalizado en gráfico diario de las últimas semanas.

Incluso el SMI suizo, díscolo él en Europa, persistente en su intento de romper zona de resistencia ascendente, ha dejado una vela semanal muy inquietante. Y es lo único que queda firmemente asentado en Europa en lo que al corto plazo se refiere.

Las banderas alcistas que eran el protagonista generalizado del rebote europeo de las dos últimas semanas son formaciones de continuidad bajista, y se rompieron a la baja de forma impenitente ayer, incluso con Wall Street viviendo aún en su propio cielo, horas antes de la sesión de locos de ayer viernes en Nueva York, donde se vivió la mayor caída intradiaria en muchos meses aunque quedase casi revertida al cierre. Aviso para navegantes, llegó a llevarse el 3,5% de un Russsell2000 que esta semana marcó nuevos altos históricos total return y que ha dejado claramente atrás el proceso lateral/alcista de los tres primeros trimestres del ejercicio. De hecho ayer al cierre se dejó un modesto 0,5% para un avance semanal de un 1,20%. El baño de volatilidad que algunos añoran empieza a ser evidente.

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De hecho, toda la semana fue de auténtica locura al otro lado del charco. El movimiento del Dow Jones Transportes al alza, que recuerda al vivido tras la elección de Trump, le ha impulsado a batir altos históricos para presionar resistencias crecientes de mucha relevancia en gráfico de medio plazo, convivió con un desplome en toda regla del Nasdaq100. Merecido, ciertamente, pero un tanto fuera de lugar y en medio de circunstancias muy llamativas técnicamente hablando, y no precisamente alcistas. Conviene considerarlas.

¿Está Wall Street en fase de pánico comprador?

Puede que estemos entrando o hayamos ya entrado en una fase de pánico comprador, y no tengo duda de que el riesgo de corrección relevante ya es importante. Cierto es que el Nasdaq, el auténtico líder de la fiesta, se desplomó ayer hasta su línea de tendencia en corto plazo y que, sin embargo, ha quedado también muy alejado de la zona de mínimo semanal tras un fuerte rebote sobre la misma. Cierto es que el Dow Jones Transportes ha hecho maravillas y que con ello deshace la cuarta o quinta divergencia por teoría Dow de los últimos dos años, cierto es que el S&P500 aún no ha tocado su resistencia creciente y que el Industrial podría irse hasta techo de canal alcista… Pero eso no está muy lejos.

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Hemos además vivido una semana en medio de una volatilidad creciente, y el elemento que vengo trayendo para tranquilizar los ánimos se ha desplomado para alcanzar de nuevo la zona que en cada paso de los últimos meses ha traído consigo una corrección lateral o bajista de corto plazo antes de que las alzas se retomen. De menor entidad para el Nasdaq y el S&P500, ciertamente, pero la ha traído. Y créame, lo peor que le puede pasar al mercado es seguir subiendo sin que el put/call se detenga a este nivel que ya alcanzamos. De no ser así, si la reducción del ratio nos lleva a la zona 0,75, habremos ya conseguido lecturas de opinión contraria asimilables a las que les planteé en febrero de 2016 para pensar en comprar cuando todos vendían. Esta vez las lecturas no serían potencialmente alcistas sino, lógicamente, potencialmente bajistas.

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Si tal cosa sucede el pánico comprador estaría sobre la mesa, tendríamos los elementos de sentimiento inversor necesarios para afirmar que entramos en zona de alto voltaje, que el mercado se calienta ya sin remedio y nos acercamos al final de la tendencia que nacía en febrero de 2016. Puede que incluso a la fase que deberá llevar a que se corrija el mercado alcista que nació en 2009. No para acabar con él, pero sí para ajustarlo en tiempo o profundidad: lo que nos acercaría a la mayor corrección que haya registrado Wall Street en una década. Y eso, que cada día está más cerca porque así sucede cuando se gana tanta altura. Llegaremos a ello inevitablemente, y nos alejará de las mieles de estos años por un tiempo más largo del que estamos acostumbrados tras casi dos lustros de mercado alcista.

Las amistades peligrosas

En el frente correlaciones no ha sido una buena semana por muy bien que lo hayan hecho los persistentes chicos de los cuernos en Wall Street. No sólo hemos visto subir al VIX con fuerza -aunque hay que decir que con un rechazo brutal en zona clave en tendencia en el día de ayer-, sino que hemos visto moverse al alza a los bonos con intensidad y desde primeros soportes en las dos últimas sesiones. Ojo al 30 años y su primera resistencia porque llevamos meses en un proceso de descenso de tipos que a mi juicio plantea una vulnerabilidad dentro del proceso de máximos que mantenemos desde principios de ejercicio.

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El petróleo, que se mantiene fuerte y está respaldando cada soporte que pone a prueba, se encuentra también frente a una importante resistencia ascendente en tendencia. Como lo estaban los emergentes, que han resultado los grandes perdedores de la semana con una impresionante recaída que los mantiene bajo la zona de máximos de 2008 y, por tanto, en niveles en los que las correcciones deben tomarse más en cuenta.

El euro, por supuesto, ha rubricado una vuelta mensual sobre su primer soporte y es un elemento que juega directamente en contra de los activos europeos aunque ofrezca soporte para Wall Street -que en realidad ha subido lo que se ha dejado su divisa y poco más si apartamos al Nasdaq a lo largo de 2017-. En el terreno de las divisas, conviene echarle un ojo también al dólar/yen en los próximos días, porque puede frenar a la otra gran plaza que aún se mantiene sin titubeos serios como es Japón. La ruptura del 110,6 podría reflejar la claudicación más o menos temporal de los activos de riesgo para un mercado nipón que este año ha aprendido, por fin, a vivir de espaldas al estímulo que le ha venido brindando su divisa.

Noviembre nos ha despedido con un sabor muy agridulce y cierto aroma a podredumbre en la tendencia. Europa ha fracasado, desplegando patrones potencialmente bajistas de corte mensual un mes después de hacer historia en conjunto. Confirmados el jueves, el mercado no tardó en mostrar qué fuerza domina el corto plazo, pulverizándose ayer viernes a la baja el rebote canalizado en gráfico diario de las últimas semanas.

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