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¿Viste como esto iba a ser de locos?
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Carlos Doblado

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¿Viste como esto iba a ser de locos?

Hacía tiempo que no se nos ponía en el brete de tener que vivir un desplome desde un máximo histórico, que es donde realmente es complicado verlos venir

Foto: Bolsa de Nueva York. (EFE)
Bolsa de Nueva York. (EFE)

En mi tribuna del fin de semana pasado ya deslicé que el año 2018 iba a ser muy distinto a 2017. A mano alzada, dibujé una caída de los precios hacia suelo de canal alcista como paso previo a nuevos altos. Algo que podía pasar en días o en semanas. El mercado, que es un gran cabrón -pido disculpas pero ha sido una semana dura-, no dio opciones paliativas a los que no las hubieran tomado a finales de la semana previa. El que no se curó de espanto y tiene en su mandato proteger capital en mayor o menor grado ha perdido un año de vida. Lo visto no es nuevo, por supuesto, pero hacía tiempo que no se nos ponía en el brete de tener que vivir un desplome desde un máximo histórico; que es donde realmente es complicado verlos venir aunque algunos vendan lo contrario un mes tras otro hasta la victoria final.

El mercado corrige en tiempo o en profundidad, y en cualquier caso suele ocupar tres capítulos: A, B y C. Estrictamente, y con un hundimiento que nos ha llevado más allá de los primeros soportes en tendencia, no tendría por qué haber más si mi dibujito a mano alzada es correcto. No importa que nos hayamos quedado sin canales alcistas en el Nasdaq y el SP500. Era de esperar, demasiada pendiente… Cabe aún la idea de que tengamos pendiente un último impulso que complete el movimiento vigente desde febrero de 2016 y, quizá, desde primeros de 2009. Ni hemos tocado resistencia ascendente, ni hemos visto a mi puzzle de sentimiento inversor extremarse todo lo necesario, ni me atrevo a dar por bueno un recuento de onda de Elliott terminal completo, ni tenemos aún un cierre bajo la vela mensual previa… De hecho, ni siquiera hemos visto divergencias durante el proceso alcista, ni tan siquiera podemos afirmar que estén vendiendo los grandes inversores como puede verse en este gráfico que le “robo” a mi colega Rafel Moreno de Unicorp, y que muestra que los inversores que están vendiendo en la actual corrección son los mismos que vienen haciéndolo desde hace meses: los que cruzan pequeñas operaciones.

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En algún momento le he contado que antes de cerrar por largo tiempo la etapa tendencial que nace en 2009 -no, no va llegar un 2008-, deberíamos ver una fase de alzas en la volatilidad con mercado ascendente. Es algo que tuvimos durante enero, pero me parece que lo del primer mes del ejercicio ha sido poca cosa, no me encaja como un patrón terminal sin alzas adicionales. Se lo digo como lo he pensado antes de la galleta y como lo pienso tras el golpe.

Como puede verse en el gráfico siguiente, esta semana se ha llegado a ver un VIX en 50, área de suelo en tendencia con una sola excepción en los últimos 30 años. Ayer, cuando el mercado se hundía, el VIX permanecía lejos de dicho nivel -divergencia-, y el VXN (la volatilidad del Nasdaq) a duras penas repuntaba. Para los profetas de lo inevitable, aquellos que se aferran a lo que sea para elaborar teorías que sólo ellos vislumbran, decir que el VIX alcanzó los 50 puntos en 1997, durante la crisis de los tigres asiáticos -fue mi bautismo de sangre-, y el mercado no vio final hasta 2000. Así que este brutal repunte de esta semana no garantiza lo que quieren algunos que garantice.

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Es atípico que un mercado no avise antes de formar un techo. Puede suceder, pero es muy atípico. Este podría ser sin embargo el aviso, el zarpazo que debe ponernos en guardia para los próximos meses porque la vida relativamente fácil del movimiento que hemos gozado desde que el 'brexit' podría estarse agotando. Con todo, debo decir que las sensaciones semanales son de un peligro mayor del que esperaba; sobre todo en un mercado Europeo que se ha desfondado hasta sus primeros soportes de medio plazo.

Pese al nuevo movimiento de ida y vuelta de ayer en Wall Street, las velas negras semanales son contundentes y auspician mensajes oscuros si no tenemos un buen rebote antes de que termine febrero para evitar un cierre bajo mínimo previo. Y no puedo, entre tanto, decir mucho más. Es lo que Wall Street nos pide que vigilemos después de ayer ayer se superpusiese a una nueva sesión de desplome de la mano de un correcalles intradiario que acabó del lado alcista. Otra cosa nos habría puesto a las puertas de un `crash´ por capítulos.

Antes de fin de tener un cierre mensual me resultará casi imposible tener una idea más o menos clara de qué es lo que han propuesto realmente los precios. Puede considerar inútil por tanto mi relato, no se lo reprocho. Pero no olvide que la mitad de las veces a usted no le cura el médico sino el efecto placebo; y no por ello ese señor carece de valía para usted si sabe sacar provecho de sus victorias. Si yo pudiera ser siempre de utilidad, le escribiría desde mi isla. Y aunque no me ha ido mal, no he llegado tan lejos. Ni tengo previsto hacerlo.

Si se me permite la osadía, quiero dedicar esta tribuna a mi abuela, que ayer falleció tras algunos años duros y superados los 90 años. Descansa en paz querida mía, y no olvides que pocas cosas me han hecho tan feliz como aquellos veinte duros que me dabas los viernes después de haberme ventilado tu espectacular tortilla de patatas. Por fin, eres de nuevo libre. Te queremos.

En mi tribuna del fin de semana pasado ya deslicé que el año 2018 iba a ser muy distinto a 2017. A mano alzada, dibujé una caída de los precios hacia suelo de canal alcista como paso previo a nuevos altos. Algo que podía pasar en días o en semanas. El mercado, que es un gran cabrón -pido disculpas pero ha sido una semana dura-, no dio opciones paliativas a los que no las hubieran tomado a finales de la semana previa. El que no se curó de espanto y tiene en su mandato proteger capital en mayor o menor grado ha perdido un año de vida. Lo visto no es nuevo, por supuesto, pero hacía tiempo que no se nos ponía en el brete de tener que vivir un desplome desde un máximo histórico; que es donde realmente es complicado verlos venir aunque algunos vendan lo contrario un mes tras otro hasta la victoria final.

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