Los toros siguen al timón bursátil

Salvo en el caso español, que ayer al cierre evidenció un cierto deterioro de muy corto plazo, no hay sombra de duda en Europa en plazo alguno. Al fin y al cabo, el cierre de los principales índices del viejo continente supuso nuevos altos anuales, que son históricos en muchas de las versiones total return de los índices. Brilló especialmente el mercado suizo, que ya hacía algunos días que había dejado atrás la resistencia ascendente análoga a la que intenta batir Europa en estos momentos. Ese brillo del SMI viene encarnado en la ruptura de otra resistencia creciente, esta vez con origen en noviembre de 2020; lo que la hace más relevante.

En Wall Street vivimos una semana de transición. Y sin embargo de un destacable interés técnico, a la luz de las sesiones de jueves y viernes. La primera de estas dos jornadas supuso un retroceso a la antigua zona de resistencia crítica en el más corto plazo, superada por Nasdaq100 y S&P500 para confirmar pequeñas formaciones de tipo doble suelo sobre línea de tendencia. En el caso del índice tecnológico, esto suponía también la confirmación del movimiento bajista previo como bandera de continuidad alcista.

La recuperación fulgurante de la tecnología de ayer jueves, alentada por los datos de desempleo norteamericanos, parece sugerir que la recaída del miércoles era un simple movimiento de retroceso hasta antigua zona clave, y que la fuerza compradora es la dominante en todos los plazos, y sin discusión posible mientras el mínimo marcado estos últimos días se mantenga en pie.

El movimiento tecnológico, como podemos comprobar, está solapándose en los últimos tiempos con el mercado de bonos norteamericano, que ayer dejaba un pequeño patrón alcista sobre su propia línea de tendencia en corto plazo en el caso del 10 años. El VIX, por su parte, cerró en zona de mínimo anual, respaldando el intento del Standard & Poor´s 500 de marcar nuevos altos crecientes. Son los 8.400 puntos de la versión total return de este índice los que deben seguir en pie para que la inercia compradora de orden superior no se vea cuestionada.