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El cuento de Pedro y el lobo bursátil
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Carlos Doblado

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El cuento de Pedro y el lobo bursátil

Podemos ver que la corrección llevó a algunos índices a marcar mínimos descendentes de corto plazo, mientras otros permanecían sobre sus soportes horizontales

Foto: Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE)
Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE)

Semana con el "ay" en el cuerpo. El cuento de Pedro y el lobo continúa, mientras nos movemos hacia el muro de acero que presenta el S&P 500 en forma de resistencia creciente, emulando al muro de granito que ofrecía el Nasdaq sobre sus 10.300 puntos -los 13.000 de la versión 'total return' del Nasdaq Composite en versión 'total return'-.

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Esta vez el susto se produjo el jueves, con un descalabro que puso a prueba las primeras trincheras en Europa de un modo general. Con la excepción del Russell 2000, al otro lado, casi siempre a lo suyo, la inquietud no llegó a poner a prueba soportes. Podemos ver que la corrección llevó a algunos índices a marcar mínimos descendentes de corto plazo, mientras otros permanecían sobre sus soportes horizontales.

A un lado, en patrones rectangulares, el Stoxx 600 como rey de Europa, secundado por el Dax alemán, el Smi suizo y el Aex holandés. Al otro, en patrones de tipo bandera perfectamente canalizados, el Eurostoxx 50, con el Mib italiano, el Cac francés, e incluso el Ibex español, como compañeros de camino; todos perfectamente canalizados.

Si se atiende a cualquier manual chartista, veremos que hablamos de dos formas de corregir alzas previas, no de rebatirlas. Mientras no se demuestre lo contrario. En realidad, solo el Ibex 35 ha presentado, junto a los bancos y no por lo del jueves, un algo preocupante. Por reiterativo. Nuestro índice hace años que es el más tonto de la clase. Tras lustros en los que se ganó leyenda de interpretar mejor que nadie el futuro, vive dando tumbos bastante desnortados desde hace mucho tiempo.

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Al otro lado del charco, las inercias de corto plano no han sido cuestionadas en ningún momento. Salvo en el caso del Dow Jones de Transportes, que se viene marcando un Ibex 35 últimamente -tras escalar más que ningún otro de los grandes índices de Wall Street, vamos a decirlo todo para que quede claro que no hablamos de lo mismo-, no se ha roto el más mínimo soporte de corto plazo. Sí ha puesto el suyo a prueba el Russell 2000 -otro índice que ha subido más que el mismísimo Nasdaq desde los mínimos de marzo de 2020-, y la reacción sobre este ha sido óptima por ahora. Óptimo es también que el Nasdaq siga en subida libre, que VIX y VXN hayan rebotado sin superar su alto previo y recayendo justo desde él, o que el NYSE y el Dow Jones de Industriales estén a punto de romper los máximos del movimiento lateral de corto plazo en el que, respectivamente, se encuentran.

La vida sigue igual. Es un continuo quiero y no puedo de los osos, que siguen haciendo puntual y brevemente mucho ruido, pero que recogen muy pocas nueces desde hace muchísimos meses. Manda la tendencia mientras no se demuestre lo contrario.

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Semana con el "ay" en el cuerpo. El cuento de Pedro y el lobo continúa, mientras nos movemos hacia el muro de acero que presenta el S&P 500 en forma de resistencia creciente, emulando al muro de granito que ofrecía el Nasdaq sobre sus 10.300 puntos -los 13.000 de la versión 'total return' del Nasdaq Composite en versión 'total return'-.