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¿Colapsarán las bolsas frente al muro de acero?
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Carlos Doblado

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¿Colapsarán las bolsas frente al muro de acero?

La idea del analista técnico sensato, no del 'cantamañas' típico de los programas de radio, es algo que se va refutando o verificando provisionalmente a medida que se suceden hechos

Foto: Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso del Val)
Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso del Val)

A primeros de 2020 hablé desde estas páginas de que la bolsa tenía un virus y no era el de Wuhan. Hay quien se escandalizó con esto, pero el trabajo de un analista técnico es centrarse en el qué y no en el por qué. Las condiciones para un techo relevante venían dadas por múltiples factores, debiendo un analista técnico que se precie de serlo mantenerse al margen de la causa que pudiera desencadenar una previsible corrección sensible. Y ésta podía ser enorme o de medio pelo, no son cosas que puedan evaluarse ex ante y certeramente por parte de analistas los técnicos. Pero habíamos llegado a ese punto donde el mercado devuelve buena parte de lo que sube a partir de ese momento. Y a veces mucho más. La idea del analista técnico sensato, no del cantamañas típico de los programas de radio, es algo que se va refutando o verificando provisionalmente a medida que se suceden hechos.

¿Cree que fue una casualidad?

Pues disfrute de la siguientel. Hemos vivido en los últimos dos o tres meses una situación que en muchas cosas recuerda a aquello de lo que hablaba en 2007, cuando escribía para un medio supuestamente liberal que acabó resultando más tóxico que la crisis `subprime´ (rescinden sus contratos sin pagar las cláusulas indemnizatorias libremente pactadas para ello).

El sentimiento inversor era entonces la tesis, y junto a divergencias y un Nasdaq que se había enamorado de sí mismo, se configuraba un sombrío panorama pese a las alzas de los últimos reductos del mercado. Un mercado que acabó siendo víctima de una crisis financiera global. No digo que esto vaya a repetirse, ojo, de hecho me extrañaría que viéramos algo como lo de marzo de 2020… de hecho, este tipo de circunstancias técnicas que hablan de un mercado muy maduro y susceptible de morir enamorado de si mismo, al menos por un tiempo, se habrían visto también en todas las correcciones sensibles del S&P500 desde que el mercado alcista regresó en 2009.

La paciencia es la madre de la ciencia

Desde hace un año, sí, un año, hablo de un mercado que presenta condiciones de euforia en los términos en los que la considero. Con todo, una reducción fuerte del riesgo en mis carteras no ha llegado hasta septiembre, con ventas que rápidamente rectifiqué para liquidar aún más fuertemente el pasado martes.

Para un seguidor del mercado, el sentimiento vigente en nuestro proveedor puede llevarte a reducir, pero nunca a dejar una tendencia sin precios que te apoyen. Pero el martes quedó todo, técnicamente, listo para encajar. Las piezas hicieron clic de la mano de un llamativo movimiento de ida y vuelta en la resistencia ascendente que vengo señalando desde hace meses como objetivo: lo que he llamado reiteradamente “el muro de acero” del S&P500. Resistencia que estaba presente también en movimientos de corto/medio plazo en un buen puñado de índices en niveles de máximo histórico. Por supuesto eso significa que aún mantengo algunas posiciones. Pocas, quizá en el menor grado desde 2015.

Este tipo de eventos de sentimiento inversor, medidos por ejemplo en términos de media de 10 sesiones en el ratio put/call, como puede verse en el siguiente gráfico, han precedido a TODAS las correcciones del mercado europeo desde 2009. El norteamericano las esquivó en 2012, cuando el put/call no estuvo acompañado por lecturas de complacencia en Investors Intelligence, ni por notables divergencias de volatilidad, y en cierto modo también en 2015. Vengo poniendo énfasis en estas divergencias desde hace semanas, mientras el SP y El Nasdaq, cada vez más solitos, se encaramaban hasta el techo del muro de acero que presenta el primero en gráficos de largo plazo.

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Hace días que me muestro especialmente predispuesto a reaccionar. Y es que tengo paranoia con esa resistencia creciente en estas circunstancias. Lo explicaba en el minuto 4 del vídeo con el que daba por cerradas mis posiciones del IBEX hace dos semanas. Insistía en ello esta semana para cerrar una de las posiciones que más han brillado a muy corto plazo, de las que use para generar de nuevo exposición a primeros de septiembre: las compras en semiconductores. Han sido más de 1500 puntos de subida del Nasdaq con volatilidad ascendente, como he venido advirtiendo desde esta tribuna, a machamartillo, en las últimas semanas.

¿Y ahora qué?

Pues como siempre: no lo sé. Mi trabajo no es prever sino proteger, no es pronosticar sino combatir el azar para mantenerme en la partida a largo plazo, sin que el corazón se me salga por la boca. Y no siempre lo consigo, como aprendí el pasado marzo de 2020. Desde luego sí lo haré esta vez si los impresionantes patrones semanales de tipo envolvente bajista desplegados por tantas referencias en zona de notable resistencia a corto/medio plazo (EuroStoxx50, DAX40, Footsei100 Nasdaq100, S&P500, crudo…) progresan, si la impresionante ruptura de volatilidad en cierre semanal del Eurostoxx50 (recuerda a la de 2020) se traslada a la del DAX40 y a la del VIX y VXN norteamericanos, si tienen continuidad la vela doji en gráfico mensual del S&P500 y la vuelta de impresión del Russell2000 -que pudimos considerar gasolina en pleno muro hasta que la semana pasada las cosas empezaban a apuntar en otra dirección y se comprometía una ruptura mensual-.

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No sé si las bolsas colapsarán nuevamente. Ni tampoco si veremos un mercado bajista significativo en tendencia principal. Sí sé que se dan las condiciones para ello desde hace tiempo, que la volatilidad se ha sumado a esas condiciones posteriormente, y que la acción de los precios parece haber dicho “AHORA”; por lo que estar a buen resguardo me parece inexcusable por primera vez desde marzo de 2020. En cualquier caso permítanme añadir algo no tengan prisa para comprar si han hecho los deberes estas semanas. El mercado necesita invertir la situación de sentimiento inversor eufórica que mantiene desde hace meses. Y estamos realmente lejos de algo así, por lo que hará falta una corrección sensible en tiempo o profundidad para logarlo.

Sin ello, el mercado de renta variable no estará en condiciones de ofrecer un entorno seguro a nivel tendencial para el inversor medio. No sé si podremos aprovecharlo como en marzo de 2020, cuando recomendaba comprar, hablando de apocalipsis zombi, del pesimismo extremo, visible sin atender a cuestiones propias de mi profesión cuando te das cuenta de que personas normales y corrientes optan por dejar sin papel y patatas a los supermercados… No creo que veamos la oportunidad más clara de compra en una década como afirmé por entonces, pero sí deberíamos esperar con calma, porque la oportunidad, para los pacientes, podría ser de las generosas. De otro modo, sólo va a disfrutar de una menor volatilidad mientras se consume tiempo. Si tiene memoria recordará que también use el sentimiento inversor en febrero de 2016 para advertir que los toros habían vuelto a casa por Navidad. Así que lo de estar fuera a la espera de las condiciones adecuadas tampoco tiene porque estar mal jugado. Démosle tiempo a la transmutación del sentimiento inversor, dejemos que la euforia dé paso al miedo en algún momento, y a que el muro de acero vuelva a alejarse con el paso del tiempo. No creo que el mercado alcista principal vaya a morir, pero se merece un descanso protagonizado por los osos.

A primeros de 2020 hablé desde estas páginas de que la bolsa tenía un virus y no era el de Wuhan. Hay quien se escandalizó con esto, pero el trabajo de un analista técnico es centrarse en el qué y no en el por qué. Las condiciones para un techo relevante venían dadas por múltiples factores, debiendo un analista técnico que se precie de serlo mantenerse al margen de la causa que pudiera desencadenar una previsible corrección sensible. Y ésta podía ser enorme o de medio pelo, no son cosas que puedan evaluarse ex ante y certeramente por parte de analistas los técnicos. Pero habíamos llegado a ese punto donde el mercado devuelve buena parte de lo que sube a partir de ese momento. Y a veces mucho más. La idea del analista técnico sensato, no del cantamañas típico de los programas de radio, es algo que se va refutando o verificando provisionalmente a medida que se suceden hechos.

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