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Enero de 2022: osos juegan y ganan
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Carlos Doblado

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Enero de 2022: osos juegan y ganan

Lo primero que cabe señalar es la intensidad bajista de algunas velas mensuales, y su carácter envolvente en varios casos, a falta de una sesión en la que ver su estado final

Foto: Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso)
Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso)

Wall Street, dirigida por la contracción de la tecnología ante una nueva fase de presión en los tipos de interés en la parte baja de la curva y el crecimiento de las amenazas técnicas en la parte larga, podría estar escribiendo una oscura página -no necesariamente su epitafio- en zona de resistencia ascendente. Podría. No es posible para un analista técnico -en realidad me temo que para nadie- separar pronto el grano de la paja, la consolidación de la corrección. Lo que sí puede hacer el analista técnico es establecer la posibilidad de que un movimiento reinante se agote -vengo advirtiendo desde hace meses del sentimiento inversor rumbo a lo que he denominado el “muro de acero”-, dando paso a una etapa en que este será corregido en tiempo o profundidad.

Cuando surfeamos sobre tendencias de fondo, como la que define el mercado desde los mínimos de la crisis financiera, marcados en marzo de 2009, puedes verte en medio de un varapalo sin que la cosa tenga que ir más allá de una corrección moderada, en tiempo. Es el desarrollo de la primera parte del movimiento contratendencial el que podrá darte algunas pistas. Un mes basta para que el Nasdaq se deje un 15% de máximo a mínimo y, como aquel que dice, en tendencia aquí no haya pasado nada. Como aquel que dice, porque en realidad han pasado unas cuantas cosas que no son nada favorables a los alcistas más allá del muy corto plazo una vez alcanzados los soportes sobre los que nos encontramos.

Lo primero que cabe señalar es la intensidad bajista de algunas velas mensuales, y su carácter envolvente en varios casos, a falta de una sesión para poder contemplarlas en su estado final. Es la segunda pauta de este tipo que deja el S&P500 en los últimos meses. Esta vez, sin duda, en la tangencia con su resistencia ascendente de largo plazo. Tuvimos una de este tipo en meses anteriores en algunos índices, siendo especialmente intensa la del pasado noviembre el caso del Russell2000, que sería, junto al Nasdaq Composite y el Nikkei japonés, uno de los pocos índices que habría roto niveles de soporte relevantes para la tendencia que gobierna las bolsas desde marzo de 2020. Momento en que el mundo se acababa y los primeros grandes soportes en tendencia principal hicieron nuestras delicias. Las velas del Composite y del Dow de Transportes, no siendo envolventes, sí ilustran el peligro que tenían las velas doji de lápida desplegadas en noviembre.

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Entre las cuestiones más inquietantes está el Russell2000, porque presenta también un patrón de techo potencial de manual. Pero como siempre, cabría el escenario alternativo en forma de bandera (dilatada); especialmente mientras sea el único de los grandes referentes de la renta variable que se ha atrevido a tanto. O casi el único, porque hay otro gran índice que tiene un patrón bajista similar confirmado: el Nikkei japonés.

Salvo contadas excepciones, podemos afirmar que de forma general se mantienen los primeros grandes soportes en tendencia, como antes se mantenían de forma general las medias de 200 sesiones. Medias que hemos perforado de forma generalizada tras la corrección de las últimas dos semanas; manteniéndose el mercado bajo esas medias en el rebote que mantiene desde los mínimos intradiarios del pasado lunes, jornada de infarto, consolidando sobre zonas de soporte horizontal, esperando un rebote que parece probable hayamos visto el principio de un mercado bajista o de un mercado lateral más o menos irregular.

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En mi opinión si todo esto no señala un mercado bajista en formación, debería al menos señalarnos uno de tipo lateral a meses vista. Incluso aunque viéramos máximos en algunas partes del mercado -como sucede por ejemplo con bancos-. Ninguna prisa, por tanto, para reconstruir carteras si se han relajado en términos de exposición buscando menor volatilidad, menor riesgo. En el eterno debate entre alcistas y bajistas que son los mercados financieros, enero es un mes en el que los bajistas han argumentado como hacía tiempo que no lo hacían. 2022 no parece un año para sumar fácilmente en tendencia para la renta variable occidental.

Wall Street, dirigida por la contracción de la tecnología ante una nueva fase de presión en los tipos de interés en la parte baja de la curva y el crecimiento de las amenazas técnicas en la parte larga, podría estar escribiendo una oscura página -no necesariamente su epitafio- en zona de resistencia ascendente. Podría. No es posible para un analista técnico -en realidad me temo que para nadie- separar pronto el grano de la paja, la consolidación de la corrección. Lo que sí puede hacer el analista técnico es establecer la posibilidad de que un movimiento reinante se agote -vengo advirtiendo desde hace meses del sentimiento inversor rumbo a lo que he denominado el “muro de acero”-, dando paso a una etapa en que este será corregido en tiempo o profundidad.

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