Más pequeñas (y no tan pequeñas) victorias compradoras

Me doy cuenta de que mucha gente confunde la idea de que pensar que el mercado no va a volver a bajar en tendencia, al menos por ahora, con la idea de que conviene comprar. Un analista técnico es un francotirador, se ha planteado comprar durante la primera octubre, primero por cuestiones de sentimiento inversor apoyados en elementos muy agresivos de precio, luego por la confirmación de pequeñas figuras de vuelta en zona de soporte. Y si no lo ha hecho… Ha hecho mal su trabajo. Esto es así porque la ecuación riesgo/beneficio va a variar notablemente a medida que tus argumentos se impongan.

Cuantos más argumentos tengas a tu favor, cuando tu puzle esté más completo, más habrá avanzado el precio en dirección a tu hipótesis. Pero no por ello se habrán movido al alza los elementos que te permiten reconocer tu error y cambiar de idea. Sí, puedes acercarte al mercado de la mano del análisis técnico con mentalidad científica. Lo que importa el final del día es si puedes refutar algo. No se me habría ocurrido comprar, o al menos no mucho, cuando el riesgo monetario —la pérdida a asumir si me equivoco— no compensase el beneficio que podía obtener si mis ideas antitendenciales se desarrollaban, pudiendo convertirse finalmente en un suelo más o menos definitivo; algo que siempre "sabemos" pasado el tiempo.

Tenemos amplios patrones potencialmente alcistas, dobles suelos en algunos índices europeos, banderas en algunos índices norteamericanos, desplegados sobre importantísimos soportes de medio/largo plazo en éstos y otros índices. Es así, sí… El problema es que si caemos hasta los mínimos seguiremos teniéndolos. El riesgo monetario a asumir ahora es bastante mayor, aunque equivocarse sea quizá menos probable que entonces, y he dicho quizá.

Esta semana hemos visto confirmarse pequeñas formaciones potencialmente alcistas de corto plazo para el Nasdaq y el Russell2000, o superarse la media de 200 sesiones en el S&P500 y en el euro/dólar. De hecho, el primero ha superado lo que podría ser el techo de una cuña de continuidad bajista y ataca ya su directriz bajista principal. Otra gran resistencia, porque esto en realidad nunca termina —por eso he entrecomillado "sabemos" y he escrito "quizá"—. Ha sucedido todo en otra semana de desplome de la volatilidad, que dejó un nuevo velón negro tras abrir, de nuevo, fuertemente al alza y cerrar en sus mínimos semanales. Con este movimiento, el VXN, la volatilidad del Nasdaq100, presiona ya su mínimo de los últimos meses a pesar de la aparente incapacidad alcista que muestran los precios del índice en relación a ésta y a muy buena parte de la renta variable mundial. El VIX lo propio de repetirse la jugada, y las sensaciones no son por el momento contrarias a tal cosa. Lo siento por los bajistas.

Por supuesto, hay nuevas resistencias, ya sea la directriz bajista del S&P500, la sea la primera gran resistencia en precios del euro/dólar, ya sea el techo de su canal bajista en el caso del Dow Jones de Transportes, o la impresionante resistencia que presenta el AEX total return para definir todo el proceso lateral/bajista de los últimos meses. Ese es un proceso que nunca termina, por eso no sabemos nunca nada en realidad.

En el lado de la renta fija, el mercado avanzó notablemente, como ya venía sucediendo desde hace algunas semanas —tenemos patrones mensuales potencialmente alcistas el mes pasado—. He hablado de ello. Pero esta semana debo señalar que el círculo para un rebote de la renta fija del gobierno norteamericano se habría completado. Esto es así por el paso al frente de la parte más baja de la curva de tipos. El patrón de vuelta que presenta el rendimiento de las letras a 2 años del Tesoro de Estados Unidos es muy llamativo, y quiero expresarlo mostrándolo con un solo gráfico para terminar este análisis semanal que cada día pueden entrar actualizado en la web de Blackbird. Si es que tengo algo que contarles algo de un mínimo interés, claro. Si no se da el caso, déjenme en paz caramba, que todos tenemos mejores cosas en las que entretenernos.