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Efectivamente, es la hora de la verdad
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Carlos Doblado

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Efectivamente, es la hora de la verdad

Digo esto porque, desde finales de septiembre, he considerado al mercado listo para un gran rebote o un suelo sostenible. Y eso es algo que no puedo diferenciar ex ante

Foto: Foto: EFE/Andrew Gombert.
Foto: EFE/Andrew Gombert.

Los argumentos en favor de un suelo derivado de un pesimismo extremo son múltiples. El problema de estos argumentos es que solo tomarán cuerpo si el mercado es alcista en su tendencia de fondo. Es decir, si la tendencia principal es alcista en el futuro. Keynes pudo haber dicho que el mercado puede mantenerse pesimista mucho más tiempo del que dure tu solvencia. Por supuesto, al final del camino, cuando el mercado vire definitivamente, habrás visto muchas lecturas de sentimiento extremadamente bajista.

Digo esto porque, desde finales de septiembre, he considerado al mercado listo para un gran rebote o un suelo sostenible. Y eso es algo que no puedo diferenciar ex ante. He expuesto repetidamente, tanto desde aquí como en mis eventos con Blackbird o en mis colaboraciones en Capital Radio o Intereconomía, que algunas de las circunstancias vividas a finales de septiembre se han visto varias decenas de veces en los últimos 50 años. Y solo en 2001 el mercado recayó más allá de sus mínimos sin pasar previamente por sus máximos históricos. Una vez en 50 años. Una entre decenas. Pero esto no hace ni más ni menos probable que estemos ante la siguiente ocasión, tengamos claro que hablamos de fenómenos "aleatorios" independientes los unos de los otros.

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Y el rebote se ha desarrollado. Lo ha hecho hasta grandes resistencias. Hasta máximos históricos en índices como el Stoxx 50 o el Footsei 100. Hasta zonas de oferta intermedia en casos como el del Cac 40 o el del NYSE, o simplemente hasta la zona que delimitan sus directrices bajistas en casos como el del Dow Jones de Transportes, el del S&P 500 o el del Russell 2000. Siempre en versión total return. SIEMPRE. La única gran decepción ha sido el Nasdaq, que no la tecnología en general. El Stoxx 600 Technology, como puede verse en el gráfico, ha escalado hasta los altos del verano, hasta lo que serían los 13.000 del Nasdaq Composite. El Nasdaq también se habría visto frenado por su directriz bajista principal si tomamos los altos históricos y los de finales de marzo. Por los 12.000 del Nasdaq 100 pasa también el techo del canal alcista de corto plazo que define perfectamente el rebote vivido desde mediados de octubre. Un rebote pírrico.

Y en las zonas de resistencia, tenemos las primeras debilidades. Un pequeño doble techo en el Footsei 100 y en el Dax 40. Patrones lógicos, todo sea dicho, tras semejante rally comprador. Patrones que por ahora no tienen el apoyo de la volatilidad ni del conjunto de los principales índices, pero que de generalizarse —cosa que sucedería con la pérdida de mínimos crecientes de muy corto plazo— con una ruptura alcista de la volatilidad, podrían estar señalando el final del rebote de los últimos meses, movimiento encuadrado dentro de un mercado bajista o lateral aún en desarrollo. Y esta es una cuestión que Wall Street parece respaldar aún con muchos argumentos.

Al otro lado del charco, los rebotes han sido menos sensibles. No hay vueltas a máximos históricos, siendo el Dow Jones de Industriales el único que ha hecho un esfuerzo más allá de su zona de resistencia relevante en corto/medio plazo. El Russell 2000, miserable en el rebote, parece resquebrajarse ya nuevamente. Si lo siguen el Nasdaq y el S&P 500, la idea de que el rebote de este último ha sido una cuña vuelve a estar sobre la mesa, estaremos viniéndonos de nuevo abajo dentro del discurso de una tendencia bajista que, al menos en Wall Street, no se ha cuestionado seriamente.

Y en las zonas de resistencia, tenemos las primeras debilidades. Un pequeño doble techo en el Footsei 100 y en el Dax 40

En Nueva York, la reacción alcista de la volatilidad durante la semana pasada ha sido contundente. Y se produce una vez alcanzada su zona de mínimo sistemático dentro del actual mercado bajista. Tras varias semanas de velas negras, hemos tenido un movimiento alcista de la volatilidad justo sobre sus niveles clave, abriendo hueco y dejando una fuerte vela blanca, como sucediera a finales de agosto para anunciar el final del anterior movimiento de recuperación.

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Con nuevos máximos en la volatilidad europea, la idea de un techo de mercado ganaría enteros. Con una recaída de la volatilidad más allá de sus soportes intermedios, podremos considerar en que en septiembre vimos un suelo y no un rebote. Como contaba en mi tribuna del 28 de noviembre, y es algo que quise clarificar ya durante la semana pasada en un largo vídeo análisis con el que matizar las sensaciones de mi última tribuna, es la hora de la verdad.

Los argumentos en favor de un suelo derivado de un pesimismo extremo son múltiples. El problema de estos argumentos es que solo tomarán cuerpo si el mercado es alcista en su tendencia de fondo. Es decir, si la tendencia principal es alcista en el futuro. Keynes pudo haber dicho que el mercado puede mantenerse pesimista mucho más tiempo del que dure tu solvencia. Por supuesto, al final del camino, cuando el mercado vire definitivamente, habrás visto muchas lecturas de sentimiento extremadamente bajista.

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