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Otra semana de ruido infernal… ¡Y nada más!
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Carlos Doblado

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Otra semana de ruido infernal… ¡Y nada más!

En las bolsas, en realidad, no ha sucedido casi nada. O al menos nada de lo que podría haber pasado si los bancos centrales no hubieran intervenido masivamente y con velocidad

Foto: Un trader de la Bolsa de Nueva York. (Reuters/Brendan McDermid)
Un trader de la Bolsa de Nueva York. (Reuters/Brendan McDermid)

Siguen las bolsas bajo una extraña presión. Una presión en la que el ruido es extremadamente alto, lo que explica el muy fuerte de volatilidad que se ha vivido y que parece tiende a relajarse incluso aunque los sucesos en rededor de los bancos están siendo puestos en las portadas un día sí y otro también. Pero en las bolsas de renta variable, en realidad, no ha sucedido casi nada. O al menos nada de lo que podría haber pasado si los bancos centrales no hubieran intervenido masivamente y a una velocidad pasmosa.

El resultado es un mercado europeo que sigue manteniéndose dentro de sus canales de corto plazo a pesar de toda la presión soportada por el sector energético y financiero, no hace demasiado auténticos niños bonitos para el mercado. Un mercado que ha encontrado en las denostadas tecnológicas un lugar en el que refugiarse, un sitio al que volver. Las viejas directrices bajistas, ahora soporte, sigue en pie con el S&P500 como único índice que se ha atrevido a penetrarlas durante unas pocas sesiones. Son soportes importantes los que siguen en pie.

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Otro ejemplo es el del NYSE, que rompía los mínimos de diciembre fugazmente e intenta asirse a ellos. Habrá que recuperar el 24.600 para que el peligro empiece a remitir de modo general tras el intento que ponía sobre la mesa el Dow Jones de Industriales el pasado martes, a la postre insuficiente. También de interés lo que suceda con el Nasdaq100 frente a sus máximos. Por encima de los 11.560 puntos, la tendencia es netamente alcista para éste en el corto plazo. Anótese también el 8.650 del S&P500. Por encima de estas referencias el mercado debería alcanzar generalizadamente resistencias de medio plazo que ya en octubre parecía razonable ver incluso dentro de un mercado bajista de orden superior: 13.200 Nasdaq Composite y 9.150 S&P TR.

Siguen las bolsas bajo una extraña presión. Una presión en la que el ruido es extremadamente alto, lo que explica el muy fuerte de volatilidad que se ha vivido y que parece tiende a relajarse incluso aunque los sucesos en rededor de los bancos están siendo puestos en las portadas un día sí y otro también. Pero en las bolsas de renta variable, en realidad, no ha sucedido casi nada. O al menos nada de lo que podría haber pasado si los bancos centrales no hubieran intervenido masivamente y a una velocidad pasmosa.

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