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Entre la euforia y la política
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Javier Molina

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Entre la euforia y la política

El impacto de los diversos factores políticos en la rentabilidad y volatilidad es innegable y tanto los potenciales inversores como los gobiernos deben tener presente ese riesgo

Foto: Corredores de bolsa celebrando el cierre de acciones. (EFE)
Corredores de bolsa celebrando el cierre de acciones. (EFE)

Estudios realizados con el objetivo de determinar el impacto que tiene el riesgo político sobre la rentabilidad y volatilidad del mercado de acciones, venían demostrando como a menor desarrollo económico del país, mayor es la exposición e impacto de ese riesgo medido, sobre todo, desde el punto de vista de la rentabilidad. Por el contrario, en los países emergentes, ese impacto era mayor en el caso de la volatilidad. Dentro de los componentes de ese riesgo político, la estabilidad del gobierno era uno de los factores con mayor impacto en los precios en el caso de los emergentes. Las condiciones socioeconómicas parecían, sin embargo, tener mayor impacto en los precios de países desarrollados. Además, si se atendía a la influencia de la política desarrollada por otros países, los emergentes eran los que más sufrían cosa que vimos en el mercado y divisa de México tras la victoria de Trump.

Al final, se concluye que el impacto de los diversos factores políticos en la rentabilidad y volatilidad es innegable, y que tanto los potenciales inversores como los gobiernos, deben tener siempre presente ese riesgo.

La pregunta que uno se hace es si debemos esperar un mismo comportamiento de los mercados ante los eventos políticos que se darán en 2017

Otro tipo de análisis, enfocados más a ver el impacto en las inversiones directas extranjeras (con su efecto en los mercados), introducen otro enfoque basado en los spreads del riesgo político. Esta medida se hace en base al spread de rentabilidad existente entre la deuda en USD de un país y el equivalente al US Treasury bond. De esos spreads soberanos, se extrae la parte que vendría del riesgo político y tras varios ajustes y cálculos, se determina que una reducción de un 1% en ese spread provoca un incremento de las inversiones directas foráneas del 12%.

Sin embargo, finalizando un 2016 plagado de “sucesos políticos”, hemos visto resultados de varios tipos y, muchas veces, alejados de lo que había pasado hasta la fecha. Desde los desplomes y recuperación que siguieron a las votaciones del Brexit , hasta un nulo efecto en las bolsas europeas tras el referéndum italiano pasando, claramente, por el efecto positivo que sufrió el S&P tras la victoria de Trump.

La pregunta que uno se hace, llegados a este punto y en un entorno donde la política monetaria en Estados Unidos va perdiendo peso coincidiendo con máximos históricos de todos sus índices, es si debemos esperar un mismo comportamiento de los mercados ante los eventos políticos que se darán en 2017. Fíjese que no son pocos y de implicaciones no menores. Empezando por la toma real de la presidencia en Estados unidos, las elecciones en Francia y en Alemania o el inicio real del Brexit. La geopolítica tampoco escapará a nuevos episodios a observar. Este año hemos contado con la ayuda de los bancos centrales que han conseguido que esos eventos no hayan tenido un impacto negativo duradero, pero de cara al año que viene, hay mayores dudas sobre esa posibilidad.

Un vistazo tanto a la libra como al peso mexicano, son ejemplos de que los efectos políticos no son siempre pasajeros.

Así las cosas, el mercado se enfrentará desde máximos históricos, a unos fundamentales en máximos con una Fed subiendo tipos que finaliza con una política económica expansiva para, según parece, dejar paso a unos estímulos fiscales nunca vistos en 50 años fuera de una recesión. Interesante lucha de expectativas la que también nos espera.

No sé si el grado de euforia que domina actualmente el mercado, donde hasta los más reacios a entrar en bolsa han terminado por comprar al precio que sea, durará uno, tres o cinco meses, pero lo que es cierto es que los riesgos no son menores y no deberían olvidarse. Si en un momento dado nos encontramos con cualquier evento político, con tipos subiendo y con ese grado de complacencia, tal vez los precios no evolucionarán de modo tan feliz y uno descubra que como siempre, ha sido el último en enterarse de que en bolsa, no siempre se gana.

Estudios realizados con el objetivo de determinar el impacto que tiene el riesgo político sobre la rentabilidad y volatilidad del mercado de acciones, venían demostrando como a menor desarrollo económico del país, mayor es la exposición e impacto de ese riesgo medido, sobre todo, desde el punto de vista de la rentabilidad. Por el contrario, en los países emergentes, ese impacto era mayor en el caso de la volatilidad. Dentro de los componentes de ese riesgo político, la estabilidad del gobierno era uno de los factores con mayor impacto en los precios en el caso de los emergentes. Las condiciones socioeconómicas parecían, sin embargo, tener mayor impacto en los precios de países desarrollados. Además, si se atendía a la influencia de la política desarrollada por otros países, los emergentes eran los que más sufrían cosa que vimos en el mercado y divisa de México tras la victoria de Trump.

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