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¿Es ahorrar para la pensión una misión imposible?
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Javier Molina

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¿Es ahorrar para la pensión una misión imposible?

Si uno se mete a sacar los números sobre cuánto cobraremos de pensión y observa lo que queda en la hucha de las pensiones, el panorama no pinta nada bien

Foto: Un grupo de jubilados juega a la petanca en Madrid. (Reuters)
Un grupo de jubilados juega a la petanca en Madrid. (Reuters)

Es por todos bien conocido que el interés compuesto contribuye a multiplicar el resultado final de una buena planificación financiera y que se debe iniciar el ahorro lo antes posible. Así mismo, podemos consensuar que deberíamos enseñar a nuestros hijos desde bien pequeños a ahorrar, para intentar afrontar con más recursos el futuro. Y es que dada la estructura actual del nivel de salarios y la capacidad de ahorro que tenemos las familias, pensar en el ahorro necesario para disfrutar de una pensión digna en el futuro parece misión imposible. Si no hay una mínima cantidad sobre la que aplicar la generación de intereses y no existe capacidad para reservar suma alguna, esta intención carece de sentido.

Si uno se mete a sacar los números sobre cuánto cobraremos de pensión con las magnitudes del momento y, al mismo tiempo, observa lo que va quedando de la hucha de las pensiones y lo que tiene que hacer la Seguridad Social para pagar, el panorama no pinta nada bien y vemos claramente cómo las prestaciones estatales no garantizarán el futuro. Si a esto le añadimos que los españoles planificamos poco y mal nuestra jubilación, el resultado es poco alentador.

El 51% de los españoles son iletrados económicos y no conocen el riesgo asumido en la mayoría de operaciones financieras en las que incurren

Y aquí convergen tres ideas complicadas. De un lado, que desde el Estado se nos ha venido engañando con respecto a que exista una garantía total de pensión pública. De otro, que la capacidad de ahorro de las familias, aún queriendo, no da para estrategia financiera alguna. Y, por último, que no existe una cultura financiera sobre la que proyectar la planificación necesaria.

Si regresamos al nivel de salarios, observamos cómo éstos dejan poco margen de maniobra. El año pasado el sueldo medio fue de 23.100 euros y el más frecuente no llegó a los 17.000 euros.

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Si nos centramos en la tasa de ahorro, que se recuperó tras la crisis financiera de forma importante, vemos como ésta ha regresado a niveles de 2008, lo que significa que de cada 100 euros que se ingresan se ahorran sólo 6 y no podemos esperar mucho de estos datos.

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Además, si lo comparamos con lo que sucede en el resto de Europa, observamos que estamos justo en la mitad de lo que ahorran países como Francia o Austria.

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Con respecto a la educación financiera, ya el año pasado el BCE advertía de la baja cultura que existía a ese respecto en Europa. En nuestro caso, se decía que el 51% de los españoles eran iletrados económicos y que eso suponía no conocer el riesgo asumido en la mayoría de operaciones financieras en las que incurrían y mucho menos, estar preparados para acometer planes de ahorro pensando en la jubilación.

Y si a esos datos le añadimos que la tasa de sustitución es del 75% en España, frente al 50% de Francia o el 42% de Alemania, las cosas no hacen más que empeorar. Esta tasa mide el nivel de vida que se puede mantener cuando se cambia salario por pensión, y la nuestra es la más elevada de toda Europa. Todos entendemos que asistiremos a una convergencia rápida y dolorosa.

Así las cosas y sin necesidad de entrar en más detalles, parece que confiamos más en el sector inmobiliario como forma de canalizar nuestro esfuerzo económico y como forma de asegurarnos el futuro, que no en el ahorro financiero. Mientras que el 69% de los españoles manifiesta tener una casa en propiedad, solo un 28% del total invierte pensando en la jubilación. Este mix peligroso de mentiras sobre la capacidad del Estado de mantener las pensiones, la baja cultura financiera y el bajo nivel de salarios, parece confirmar que esto del ahorro para la jubilación es efectivamente, una misión imposible y que mucho tendrán que cambiar las cosas desde todos los ámbitos, si queremos afrontar de forma digna el futuro.

Es por todos bien conocido que el interés compuesto contribuye a multiplicar el resultado final de una buena planificación financiera y que se debe iniciar el ahorro lo antes posible. Así mismo, podemos consensuar que deberíamos enseñar a nuestros hijos desde bien pequeños a ahorrar, para intentar afrontar con más recursos el futuro. Y es que dada la estructura actual del nivel de salarios y la capacidad de ahorro que tenemos las familias, pensar en el ahorro necesario para disfrutar de una pensión digna en el futuro parece misión imposible. Si no hay una mínima cantidad sobre la que aplicar la generación de intereses y no existe capacidad para reservar suma alguna, esta intención carece de sentido.

Seguridad Social Banco Central Europeo (BCE)