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Descanse en paz mientras invierte en funerarias
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Javier Molina

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Descanse en paz mientras invierte en funerarias

Si es de los que busca negocios de alta estabilidad el mercado de servicios funerarios puede ser una interesante alternativa para diversificar su cartera de inversión

Foto: Funespaña. (EFE)
Funespaña. (EFE)

Si es de los que busca negocios de alta estabilidad, con cash flows robustos y donde la demanda no puede caer… el mercado de servicios funerarios puede ser una interesante alternativa para diversificar su cartera de inversión. Aquí se incluyen empresas con actividades que van desde el momento en que una persona fallece, hasta que es finalmente enterrada o incinerada. Es decir, gestión de permisos, prácticas higiénicas, traslados, elección del féretro, velatorio, organización de ceremonias, etc. Hay un interesante informe del sector disponible online.

Tomando datos de Previsora Bilbaína, un sepelio básico cuesta unos 3.500 euros de media y, en caso de querer algo más especial y completo, podemos hablar de unos 10.000 euros. Luego, en función de la ciudad o provincia donde ocurra el fatal suceso el coste subirá o bajará más, siendo por ejemplo Barcelona la ciudad más cara para pasar al otro mundo y Cuenca la más barata. Teniendo en consideración que la mitad de la población no dispone de un seguro de decesos (a una persona nacida en 1971 con residencia en Madrid le costaría unos 150 euros anuales), y pese a que existen ciertas ayudas locales para las rentas más bajas, afrontar los costes de tal desgracia parece no poder ser evitada por descendientes, ascendientes o relacionados.

Foto: Un vehículo funerario. (EFE)

Si utilizamos datos provisionales del INE sobre el movimiento natural de la población en España, en 2017 el número de defunciones aumentó un 3,2% y el saldo vegetativo fue negativo. Al tener una población que cada vez es más mayor y estando la esperanza de vida más o menos estable en los últimos años, las necesidades de la población al respecto irán aumentando en el futuro. De esta forma, la franja de edad entre 55 y 64 años irá necesitando servicios previos de cementerio, los que tengan entre 65 y 74 de funeraria y los mayores de 75 años pasarán a ser los usuarios de los servicios reales. A este respecto y para entenderlo, me parece muy visual esta tabla del caso norteamericano. Fíjese como, con el transcurso del tiempo y dada la estructura de la población, no se dará colapso alguno de la demanda de este servicio…sino todo lo contrario.

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Algunos analistas que han dejado de lado esta industria en base al incremento de la esperanza de vida y los avances médicos alcanzados, están olvidando que el total de fallecimientos crecerá sin remedio dada la disposición demográfica. Basta con ver las pirámides de población actuales para entender el potencial del número de clientes que irán, poco a poco, solicitando estos servicios. Para el caso de Estados Unidos y en los próximos 50 años, el número de fallecidos anuales podría subir cerca de un 50%.

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Se trata al final, de un negocio que se guía por la tendencia y por unos costes que, pese a la aparición de competidores y sistemas alternativos, no son fáciles de reducir. Por ejemplo, una cremación supone de media un ahorro respecto al método tradicional, de solo unos 700 euros.

Así las cosas y a pesar de lo siniestro que puede resultar el asunto, se trata de explotar una necesidad que todos tendremos tarde o temprano. Sin tratarse de un sector de alto crecimiento, sí que estamos ante una oportunidad de cierto valor y que puede complementar un portfolio diversificado. Es una especie de bono que paga su rentabilidad fija estable, ideal para inversores más conservadores.

Estamos ante un negocio recurrente, de ingresos más o menos predecibles pero ascendentes y con unos dividendos en línea con el S&P500


El sector está muy fragmentado, tanto en España como en Estados Unidos, lo que dificulta la forma de invertir en ellos. Funespaña fue opada hace un tiempo, en el caso de Mémora (líder nacional por facturación) la compró un fondo de pensiones canadiense y la tercera en el ranking nacional, Albia, pertenece al grupo Santa Lucía. Habría que invertir, en estos casos, de forma indirecta. Existen sin embargo, algunas opciones para entrar vía private equity en empresas de diversa tipología (existen más de 1400) que ofrecen servicios funerarios. En Estados Unidos sí que tenemos alternativas viables cotizadas. Service Corp International (SCI) tiene una cuota de mercado del 15%, mantiene una rentabilidad por dividendo cercana al 2%, un PER de 15 veces y una capitalización superior a los 6.700 millones de dólares. Carriage Services (CSV) es otro ejemplo de empresa funeraria cotizada.

Estamos ante un negocio recurrente, de ingresos más o menos predecibles pero ascendentes, con unos dividendos en línea con los que tiene el S&P500 (caso de contemplar el caso de SCI o CVS), donde existe un potencial de consolidación y agrupación del sector y que utilizaremos todos algún día. Si mientras tanto podemos obtener una rentabilidad que nos ayude a financiar dicho coste, pues mejor que mejor.

Si es de los que busca negocios de alta estabilidad, con cash flows robustos y donde la demanda no puede caer… el mercado de servicios funerarios puede ser una interesante alternativa para diversificar su cartera de inversión. Aquí se incluyen empresas con actividades que van desde el momento en que una persona fallece, hasta que es finalmente enterrada o incinerada. Es decir, gestión de permisos, prácticas higiénicas, traslados, elección del féretro, velatorio, organización de ceremonias, etc. Hay un interesante informe del sector disponible online.

Esperanza de vida Funespaña