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Tanta testosterona no es buena para tu dinero
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Javier Molina

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Tanta testosterona no es buena para tu dinero

El tener a un gestor masculino al mando de nuestro dinero señala, siempre bajo las conclusiones de ese informe, la existencia de un mayor riesgo operacional que perjudica al inversor

Foto: Varios operarios trabajan en la Bolsa de Nueva York, Estados Unidos. (EFE)
Varios operarios trabajan en la Bolsa de Nueva York, Estados Unidos. (EFE)

Así es. Demasiada testosterona en la industria de la gestión de inversiones es nefasta. Y si su gestor cae dentro de esa categoría, mejor buscar alternativas lo antes posible, pues su dinero será el primero en agradecerlo. Los machos alfa no generan alpha, y así acaba de ser demostrado en un estudio de la University of Central Florida que no tiene desperdicio.

Alarmados por la baja rentabilidad de la industria de los 'hedge funds' en los últimos años (ver gráfico), se decidió llevar a cabo un análisis para intentar determinar las razones tras dicha falta de puntería. Para ello, se estudiaron unos 3.000 gestores mediante un 'software' específico de medición de ciertos rasgos de la cara, y se añadieron factores exógenos como el del riesgo y la situación de mercado.

Los resultados mostraban cómo los ‘managers’ con mayor testosterona sacaban un 5,8% de rentabilidad por debajo de los que la tenían baja. Además, estos realizaban mayor número de operaciones y contaban con cierta propensión a tomar riesgo en acciones de bajo valor (chicharros) en busca de pelotazos al más puro estilo lotería. Así mismo, se veía que ese tipo de gestores tendía a vender rápidamente aquellas operaciones con beneficios y, por el contrario, mantenía en cartera las posiciones perdedoras. El estudio ponía también de relieve que un inversor con alta testosterona congenia mejor con un gestor de iguales características. Este último caso era especialmente afinado en el caso de fondos de 'hedge funds'. Otro punto curioso del estudio pone de manifiesto que los gestores masculinos con alta testosterona son capaces de levantar más capital para sus fondos, pese a tener peor rentabilidad que algunos competidores.

El estudio compara la rentabilidad acumulada anormal por parte de gestores de alta testosterona y por parte de aquellos que no tienen tanta

Así mismo, el artículo demostraba cómo aquellos gestores tenían mayor riesgo operacional, cerraban más fondos y cometían más violaciones sobre la política y dinámica del fondo prefijada (ADV). Esto suponía que un inversor debía evitar, en la medida de lo posible, a este tipo de gestores.

El estudio compara entre 1994 y 2015 la rentabilidad acumulada anormal (la que no se debe a la evolución sistémica) por parte de gestores de alta testosterona y por parte de aquellos que no tienen tanta, mostrando la siguiente tabla de resultados, bastante clarificadora.

Los niveles hormonales producen entonces, la estimulación de ciertos comportamientos. Del mismo modo se ha demostrado como, por ejemplo, el poder afecta negativamente al cerebro. Se es más impulsivo, ajeno al riesgo y menos propenso a ponerse en la piel del otro. Eso se pudo comprobar en otros estudios de psicología de la Universidad de California.

Así las cosas, y mientras que la testosterona se ha demostrado beneficiosa para aumentar la masa muscular, para reducir la incidencia de los ataques de corazón, para ver cómo algún candidato puede llegar a presidente en EEUU o para mejorar la actividad sexual… en la gestión de activos no se encuentran esos beneficios, pues, como hemos visto, no solo genera mucha menos rentabilidad sino que además incrementa el riesgo. Esos gestores consiguen menos alpha y ratios de Sharpe más bajos que los que tienen menos niveles hormonales de ese tipo. Además, el tener a un gestor masculino al mando de nuestro dinero señala, siempre bajo las conclusiones de ese informe, la existencia de un mayor riesgo operacional que perjudica al inversor. Y pese a que algunos se puedan ver reflejados en esos managers, lo suyo es no dejarse llevar por la atracción fatal generada, pues el impacto en su dinero es claramente negativo.

Así es. Demasiada testosterona en la industria de la gestión de inversiones es nefasta. Y si su gestor cae dentro de esa categoría, mejor buscar alternativas lo antes posible, pues su dinero será el primero en agradecerlo. Los machos alfa no generan alpha, y así acaba de ser demostrado en un estudio de la University of Central Florida que no tiene desperdicio.

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