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¿Por qué bitcoin ya sube un 100% en 2019?
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Javier Molina

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¿Por qué bitcoin ya sube un 100% en 2019?

No podía imaginar el aumento de precios que acumularían pocos meses después la mayoría de criptoactivos negociados

Foto: Bitcoin (Reuters)
Bitcoin (Reuters)

Cuando en diciembre avisaba de la necesidad de entender las tendencias a largo plazo, que también aplican en el caso del bitcoin (BTC), ciertamente no podía imaginar el aumento de precios que acumularían pocos meses después la mayoría de criptoactivos negociados. Si bien es verdad que el mes pasado les avanzaba el cambio de momentum que se veía en ese mercado, y que en varios tweets compartía mis ideas (que nunca recomendaciones de inversión alguna) sobre la probabilidad de poder alcanzar los 6.200 USD, la realidad ha marcado un movimiento mucho más pronunciado que, de momento, ha dejado sin muchas razones a los escépticos de la tecnología disruptiva implícita y, lo más interesante, está logrando cierta consolidación del bitcoin como un nuevo activo financiero.

Con respecto a ese último punto, sacaba Fidelity Investments una encuesta realizada entre inversores institucionales en Estados Unidos, donde se veía como el 47% de los encuestados no veían mal incorporar a sus carteras de inversión activos digitales. Un 22% de los mismos afirmaban tener algún tipo de inversión en la actualidad y, entre las razones esgrimidas, la baja correlación con los mercados tradicionales destacaba sobre el resto. El grupo deVere, una de las firmas de asesoramiento independiente más grandes del mundo, concluía así mismo que el 68% de los altos patrimonios mundiales ha invertido ya, o planea hacerlo antes de 2022.

Más fiables resultan los datos reales de uno de los mayores fondos de inversión que invierten exclusivamente en bitcoin. El “Grayscale Bitcoin Trust” (GBTC), que cuenta con más de 1.400 millones de dólares bajo gestión, muestra como el interés institucional no ha dejado de crecer en los últimos años. De este volumen y a finales de 2018, el 14% correspondía a inversores cualificados (más de 50.000 USD de inversión) y el restante 66% procedía de institucionales. A finales de abril, el fondo contaba con más de 225.000 bitcoins en cartera, representativos del 1,3% del total en circulación y la entrada de dinero nuevo es muy clara.

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Al mismo tiempo y, mientras algunos ya daban por muerto al mercado de futuros organizado sobre bitcoin, esta semana hemos visto como se marcaba record histórico en volumen nocional transado en el CME, al intercambiarse 33.700 contratos equivalentes a unos 1.350 millones de USD. Ya en abril se había batido el anterior record. A este mercado de futuros regulado, solo acceden inversores institucionales.

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Fidelity, una de las gestoras norteamericanas más grandes del mundo que ya brinda custodia sobre bitcoin, anunciaba la semana pasada su intención de ofrecer a ese tipo de clientes institucionales (no a particulares), una plataforma operativa sobre criptoactivos. En cualquier caso, sí es importante comentar que bitcoin sigue siendo el elegido, tanto como reserva de valor como de activo que mejora la diversificación en una cartera.

Los ciclos del bitcoin

Es interesante investigar la estructura de este mercado para lograr comprender lo que sucede, y de paso, poder sacar algún patrón de comportamiento. Entender la correlación entre los distintos criptoactivos, la evolución de la capitalización realizada o, cómo se han producido las distintas caídas y recuperaciones de precios, son hechos que no deben dejar de estudiarse.

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En primer lugar, el análisis de la correlación entre los distintos criptoactivos puede dar pistas sobre puntos de cambio de tendencia. Si tomamos la correlación media en USD de los principales tokens (excluyendo los stablecoins) vemos cómo, alcanzado un nivel de correlación alta (superior a 0,8), la tendencia del bitcoin (BTC) contra el USD tiende a revertir o, por lo menos, a pausarse. Este hecho manifiesta la irracionalidad que domina el mercado, y el estado muy temprano en el que se encuentra el mismo. En cualquier caso y dados los pocos años de vida del mismo (10 años en el caso del bitcoin) es un factor a seguir observando. Gráfico fuente Binance sobre correlación del BTC contra las Altcoins.

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En segundo lugar, puede verse que, al estar ante un mercado dominado por inversores no profesionales, el llamado ratio de movimientos (turnover rate) supera en 6 veces al producido en el mercado de acciones americano, síntoma de la mayor especulación experimentada y donde la sensibilidad a noticias y fuertes movimientos de precios es mayor que en los mercados clásicos. Gráfico fuente Binance comparando la ratio de varios mercados contra los criptoactivos.

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En tercer lugar y utilizando la capitalización de mercado realizada (excluye tokens perdidos), se puede llegar a la conclusión de que, en este mercado totalmente inmaduro y de mayor participación del inversor particular hasta la fecha, los movimientos al alza se intensifican de forma muy notable (de ahí la importancia del momentum) por mayor participación y, de otro lado, cuando los precios caen, los inversores mantienen sus posiciones sin vender. Gráfico fuente Binance comparando el precio del BTC contra esa capitalización realizada.

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Al final, conocer los ciclos que han dominado hasta la fecha (pero que pueden cambiar si entra el inversor institucional) ayuda a comprender la importancia del momentum y la evolución del interés inversor en los criptoactivos. No olvidemos que estamos ante un mercado joven, donde la regulación es incompleta (o inexistente en muchos casos) y no hay protección del inversor, la información es asimétrica y existen pocas fuentes fiables de consulta y, donde la eficiencia del mercado, se está consiguiendo solo en los últimos tiempos.

¿Por qué ha doblado el bitcoin su precio en pocos meses?

El precio del BTC ha pasado de los 3700 USD de principios de enero a los actuales 8000 USD. Encontrar las razones que justifiquen el incremento de precios no es fácil, ni son únicos los motivos. Si analizamos la red Bitcoin, podemos ver cómo desde hace unos meses hay un incremento en el volumen intercambiado y el número de direcciones activas.

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Con respecto al volumen real negociado (el 95% publicado por las Exchanges es falso atendiendo a un serio informe de Bitwise), el incremento en las principales casas de bolsa verificadas y que incluyen a Binance, Coinbase o Kraken (entre otras), muestran un alza muy significativa. Esto supone la entrada de dinero nuevo que justificaría el alza de precios. No olvidemos que en el caso de bitcoin, de los 21 millones de tokens que se van a emitir en total, 4 millones se consideran perdidos y quedan otros 4 millones a minar hasta 2050. Poca oferta que es muy sensible a un incremento de la demanda. Observar volúmenes medios superiores a los 1.500 millones de USD negociados en el BTC, es sintomático del momentum positivo que acompaña estos últimos meses.

De otro lado, las últimas noticias negativas aparecidas como el hackeo de 7000 BTC de Binance, o la incertidumbre que rodea a Theter, parece no haber tenido repercusión en los precios. Por el contario, comunicados como el de Bakkt (una casa de bolsa soportada por el New York Exchange) anunciando el lanzamiento de contratos de futuros con liquidación física, Microsoft informando de la creación de un nuevo sistema de verificación de identidad utilizando Bitcoin o, las posibilidades de que se pueda pagar en breve con bitcoins en Whole Foods, han caído bien entre los inversores en este momento dulce que actualmente vive el mercado. Otros buscan justificación en la inestabilidad de los mercados internacionales, la guerra comercial o la depreciación de la divisa China que impulsa al bitcoin como una reserva de valor. Mucha inventiva para rellenar huecos informativos de escalo valor añadido.

Bajo mi punto de vista, son las mismas dos razones que vengo defendiendo desde hace años, las que mueven los precios. En primer lugar, el considerar al bitcoin como un “asset class” nuevo que incorpora diversificación y descorrelacion en una cartera clásica. En segundo lugar, ser conscientes de la importancia del momentum en la formación de los precios. Si atendemos a este último factor, el interés medido por datos muy simples como las búsquedas en Google trends, muestran un claro aumento en el último mes.

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Si aplicamos análisis técnico para obtener esa fuerza relativa del precio, una herramienta muy sencilla que “Tradingview” tiene en abierto, resume lecturas de 24 osciladores y medias móviles en un solo gráfico.

De otro lado, y pese a la fuerte corrección de 2018 en el precio del bitcoin, desde un punto de vista de confección de una cartera de valores, añadir bitcoin sigue siendo un gran acierto. Si tomamos una distribución clásica de 60% acciones (SPY) y 40% en bonos (AGG), y la comparamos con una que incorpore un 5% bitcoin (reduciendo bonos), en los últimos 3 años (tiempo medio que un inversor americano mantiene un fondo de inversión en cartera) esta es la comparativa resultante.

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Una inversión realizada hace 3 años ha dado un 7,48% de rentabilidad media anual, con un índice de Sharpe de 0,75. Por el contario, añadir un 5% de bitcoin (reduciéndolo de bonos) ha provocado pasar a obtener un 13,96% y un índice de Sharpe de 1,56. La rentabilidad obtenida justifica, con creces, el riesgo asumido. Obviamente, si eso lo pasamos al último año, tendríamos rentabilidades dispares por la caída del BTC en 2018, siendo de 4,5% para la primera cartera contra un 1,2% de la segunda.

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Desde un punto de vista de valoración y, pese a que estamos ante activos nuevos y en constante evolución, los pasos dados en el último año son claros. Mediante la identificación de cada tipo de token y, siendo conscientes de las dificultades en estas estimaciones, se van desarrollando modelos que empiezan a ajustar los parámetros observados. Muy interesante es el trabajo desarrollado desde Apollo Capital, quienes establecen un entorno de trabajo que poder utilizar a la hora de pasar a valorar criptoactivos.

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Así las cosas y, dejando claro que esta tribuna no representa ni quiere representar invitación o incitación alguna a la toma de posiciones en estos activos, el actual momento que viven los criptoactivos y bitcoin en particular, responde al ciclo normal de un activo que cuenta con una tecnología disruptiva nueva, a ciertas razones que van posicionando al BTC como un commodity que ofrece cierta reserva de valor, y al interés que los inversores institucionales están observando, desde un punto de vista de gestión, en la incorporación de los activos digitales en un cartera de largo plazo. En definitiva, a una mejora del momentum comentado que se traslada, por la propia idiosincrasia del activo, a los precios de inmediato. Comprendiendo que el riesgo asumido es muy elevado y que el porcentaje a invertir debe ser mínimo, parece que vale la pena el esfuerzo dedicado a comprender lo que la criptoeconomia representará en un futuro muy cercano. Entender la dinámica y estructura de este ecosistema podrá marcar una clara diferencia en rentabilidad y conocimientos futuros.

Cuando en diciembre avisaba de la necesidad de entender las tendencias a largo plazo, que también aplican en el caso del bitcoin (BTC), ciertamente no podía imaginar el aumento de precios que acumularían pocos meses después la mayoría de criptoactivos negociados. Si bien es verdad que el mes pasado les avanzaba el cambio de momentum que se veía en ese mercado, y que en varios tweets compartía mis ideas (que nunca recomendaciones de inversión alguna) sobre la probabilidad de poder alcanzar los 6.200 USD, la realidad ha marcado un movimiento mucho más pronunciado que, de momento, ha dejado sin muchas razones a los escépticos de la tecnología disruptiva implícita y, lo más interesante, está logrando cierta consolidación del bitcoin como un nuevo activo financiero.

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