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Lo que deberías entender para poder ganar en bolsa
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Javier Molina

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Lo que deberías entender para poder ganar en bolsa

Superados los máximos históricos anteriores, las cotizaciones se encuentran en zona no explorada para la que no existen referencias de control

Foto: Imagen de un trader de Wall Street (Efe)
Imagen de un trader de Wall Street (Efe)

El S&P500 norteamericano ha sido el segundo de los grandes índices mundiales tras el Nasdaq100, en entrar en situación de subida libre. Eso significa que, superados los máximos históricos anteriores, las cotizaciones se encuentran en zona no explorada para la que no existen referencias de control. El Dow Jones, sin embargo, al calcularse mediante un sistema de ponderación por precio, y no contar entre sus componentes con valores como Amazon, Facebook o Google, está todavía a un 5% de la zona de máximos alcanzados en el mes de febrero.

Sabida la gran divergencia entre el sector tecnológico y casi todos los demás, muchos analistas culpan al denominado FOMO (Fear Of Missing Out) o miedo de perderse la subida, de ser uno de los elementos que han seguido alimentando la entrada de dinero pese a las altas valoraciones vistas en los valores directores. La idea de tener unos mercados manipulados por la Fed, que hará todo lo posible para que las bolsas funcionen de “forma apropiada” inyectando la cantidad de dinero que sea necesario, ha ido eliminando cierta percepción del riesgo en muchos inversores, generando que no haya necesidad de tomar beneficios y asumiendo que, pase lo que pase de momento, hay que seguir comprado en bolsa. El miedo a quedarse fuera es una característica dominante en los últimos años, haciendo válida una y otra vez, la idea de que hay que comprar en las caídas (BTD).

Hasta la fecha esto ha funcionado perfectamente, provocando que el crecimiento (growth) supere con creces al valor (value), que el interés pasa por los Large Caps (nada en los Small Caps) y que, por ejemplo, el gap entre Estados Unidos y el resto del mundo en términos de rentabilidad de sus bolsas, está en niveles no vistos anteriormente. Tener un PER mayor a 1038 veces en el caso de Tesla, de 127 veces si observamos Amazon o una ratio de 84 en el caso de Netflix, no genera dudas entre los inversores. Y tampoco lo hace, de momento, el deterioro visto en el sentimiento del consumidor como muestra el siguiente gráfico.

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A esta altura del partido esa es la realidad de la que uno, pese a ser consciente de la locura dominante, no puede abstraerse y, mucho menos, intentar combatir. Aplica lo dicho por Keynes: “el mercado puede estar mucho más tiempo irracional del que uno puede permanecer solvente” y, de momento, esa es la única verdad. Pero mientras esto se va perpetuando en el tiempo, la situación no exime a aquel que se dedica a invertir sus ahorros, de llevar a cabo ciertas tareas de estudio y análisis enfocadas a intentar intuir qué puede alterar la tendencia dominante.

El mercado puede estar mucho más tiempo irracional del que uno puede permanecer solvente

Uno de los posibles elementos distorsionadores podría ser las próximas elecciones norteamericanas. Desde 1932, un 75% de los presidentes en curso han resultado ser reelegidos para un segundo mandato. Así mismo, aquellos que han estado en medio de una recesión económica son los que no han podido ganar esa reelección, lo que explicaría en parte, el afán de Trump por demostrar que la economía norteamericana está en buen estado de salud.

A la vista de los sondeos de opinión, Biden obtiene a día de hoy mayores probabilidades de ganar en noviembre, a la vez que el gap entre uno y otro candidato se va incrementando en los últimos meses. De la capacidad de Trump para movilizar a su electorado, de la dinámica que tome la guerra comercial y del control de la pandemia podrían depender, en buena medida, el cambio de dicha tendencia.

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En cualquier caso, el impacto de las elecciones no es sencillo de valorar. Desde un punto de vista histórico, siempre se ha producido un aumento de la volatilidad como resultado de la incorporación en los precios de las distintas políticas a implementar por el posible ganador, siendo el bando republicano el más vitoreado por el mercado. Sin embargo, pese a que esto último es lo que se piensa dadas las teóricas políticas más favorables a las bolsas, la realidad desde 1927 muestra todo lo contrario. Mientras que los demócratas han permanecido en la casa blanca durante 48 años, obteniendo una rentabilidad anualizada del S&P500 del 13%, los republicanos han generado un 5,2% anual en los 43,8 años de mandatos. La siguiente tabla vía Seekingalpha, muestra cada presidente y lo generado por el SPY.

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Sin embargo, la situación actual provocada por la crisis sanitaria, las comentadas anomalías que dominan las bolsas y las consecuencias económicas de la pandemia hacen que, estas nuevas elecciones, añadan ciertos riesgos que el mismo mercado está incorporando en las cotizaciones futuras.

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Así las cosas y dejando claro que un inversor debe seguir estando en bolsa pese a todo, aquel no debe dejar de hacer sus deberes, siendo consciente de los efectos que cambios radicales en la percepción de los operadores, pueden generar en un momento de muy altas valoraciones y concentración. Y, bajo mi punto de vista, es la volatilidad ese instrumento de la verdad a observar, sabiendo que aquella no va ni del VIX, ni del miedo, ni de una medida estadística. Se trata de la diferencia entre cómo imaginamos el mundo y cómo éste es realmente. Si no intentamos entender esa verdad, será esta la que nos encontrará a nosotros mediante la volatilidad.

El S&P500 norteamericano ha sido el segundo de los grandes índices mundiales tras el Nasdaq100, en entrar en situación de subida libre. Eso significa que, superados los máximos históricos anteriores, las cotizaciones se encuentran en zona no explorada para la que no existen referencias de control. El Dow Jones, sin embargo, al calcularse mediante un sistema de ponderación por precio, y no contar entre sus componentes con valores como Amazon, Facebook o Google, está todavía a un 5% de la zona de máximos alcanzados en el mes de febrero.

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