Por qué no debes jugar a lotería de Navidad, y cómo invertir mejor ese dinero

La probabilidad de perder todo lo destinado a los décimos de lotería de este año, ronda el 85%. En el lado positivo, sólo tenemos un 5,3% de posibilidades de ganar más de lo jugado. Y en el caso de pasar a calcular cuál es la probabilidad de que toque el gordo, teniendo en cuenta que sólo un número de los 100.000 posibles será el agraciado, aquella se queda en un 0,001%. Todo ello sin olvidar la retención que practicará hacienda del 20%, estando los primeros 40.000 euros exentos este ejercicio.

En 2020, y como ya sucediera en los años posteriores a la crisis financiera, se espera que el número de aspirantes a millonarios aumente de forma considerable. Según datos del barómetro del CIS, un 65% de los españoles juega a esta lotería, y es muy frecuente hacerlo con amigos, familiares o grupos de trabajo. La venta online, disparada durante la crisis sanitaria, sufre igual tendencia en el caso de lotería de Navidad, situación que se ve impulsada por las nuevas fórmulas de consumo digital, apareciendo en escena multitud de aplicaciones móviles que facilitan enormemente el proceso de compra. No obstante, esta mayor afluencia de público viene acompañada de cierta disminución de la cantidad apostada que, de media, se espera baje ligeramente hasta los 65,5 euros.

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Estos datos concuerdan con los observados en una nueva encuesta sobre comportamiento financiero realizada por eToro. Según aquella, el 35% de los encuestados ve en la obtención del premio de la lotería, la mejor forma de enriquecerse, datos que contrastan con solo un 11% que espera prosperar económicamente invirtiendo en activos financieros. Curiosamente y con respecto a este último punto, un estudio global de inversión de hace unos meses de Schroders apuntaba que, para los próximos 5 años, el inversor español esperaba una rentabilidad media anual del 10%. Llevados por esa quimera, los jugadores se lanzan a la compra de los décimos esperando erróneamente, resultar ser uno de los escogidos.

Ante estos datos observados de mínima probabilidad de éxito y falsas expectativas, uno debería plantearse cómo invertir mejor esos 65 euros en la búsqueda de rentabilidad futura. Pensando en el largo plazo, la renta variable y gracias al interés compuesto, puede ser una de esas alternativas a descubrir. Al dinero que aporta se le pueden ir añadiendo los rendimientos generados que, en caso de ser reinvertidos, provocan mayores retornos. Con las herramientas actuales, que facilitan mínima inversión y muy bajas comisiones, con pegarse a uno de los índices mundiales en formato ETF o Fondo Indexado, se puede acometer tal tarea.

Para entender lo simple de este proceso, y la gran diferencia con esperar a dar el “pelotazo” con la lotería de navidad, supongamos que esos 65 euros que se juegan de media al año, se invierten en un Fondo Índice referenciado al principal mercado del mundo (SP500). De esa forma y calculando los últimos 10 años, a raíz de una inversión en ese activo cada 22 de diciembre, obtendríamos estos resultados.

El balance final que tendríamos hoy, partiendo de una inversión anual de 65 euros e invertidos de forma recurrente y de forma pasiva en el SP500, nos habría generado un monto de 1800 USD con una desviación standard del 14%, ofreciendo una una tasa interna de retorno anual (IRR) del 13,96%.

Así las cosas y puestos a pensar en formas de generar riqueza futura, acrecentado en el actual momento económico en el que nos encontramos, buscar alternativas de inversión que se basen en argumentos sólidos y estrategias definidas, y no en probabilidades imposibles de riqueza es, a buen seguro, una de las mejores formas de poner a trabajar el dinero. Cuanto más tardemos en darnos cuenta de esto, más dinero dejará por el camino, mientras seguirá viendo en el noticiero del día 22, a unos pocos agraciados (0,001% de los jugadores) brindar por su buena suerte.