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Querido suegro, pasa de bitcoin, pero invierte al 8% en Cripto-dólares
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Javier Molina

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Querido suegro, pasa de bitcoin, pero invierte al 8% en Cripto-dólares

Bromas aparte, uno de los campos donde mayor desarrollo se está produciendo en el entorno de los criptoactivos, tiene que ver con el crédito. Al igual que sucede en el mundo clásico

Foto: Bitcoin (EFE)
Bitcoin (EFE)

En esto de las inversiones, cuando expectativas y realidad no coinciden, el mercado te sorprende con volatilidad. Mucha volatilidad. Y lo mismo sucede en la vida real, pues no hay nada peor que tu querido suegro pensando que eres un genio del criptomundo, acuda a ti en busca de consejo para invertir nada más y nada menos, que en bitcoin (BTC). Como la realidad no responda a las expectativas creadas, eres hombre muerto. Menos mal que uno tiene cierta experiencia en esto de moverse en ambientes hostiles y, para no decepcionar demasiado, el comodín de comentar la existencia de depósitos al 8% en Stablecoins como el USDC (token emitido por una entidad regulada y que usa cómo colateral dólares en la proporción de 1:1) permite salir del paso. Para una inversión mínima y con el objeto de entender todas las puertas que se abren en este nuevo paradigma que la criptoeconomia nos ha traído y nos traerá, empezar por esa parte puede tener cierto sentido y mínimo (que no nulo) riesgo.

Bromas aparte, uno de los campos donde mayor desarrollo se está produciendo en el entorno de los criptoactivos, tiene que ver con el crédito. Al igual que sucede en el mundo clásico, contar con un mercado de dinero que aporte confianza y las condiciones adecuadas para el desarrollo del ecosistema, es pieza clave sobre la que fundamentar el crecimiento futuro. Si bien es cierto que, en una primera fase la utilización de esos fondos persigue un fin principalmente especulativo, empiezan a surgir nuevas aplicaciones enfocadas al impulso y la creación de valor relacionada con la economía real y productiva.

Como he comentado varias veces en esta misma tribuna, más allá de las altas revalorizaciones observadas en los criptoactivos, en modo burbuja de consecuencias dramáticas para aquellos incautos que han sido atraídos únicamente por los precios, lo verdaderamente importante radica en la capacidad de generar nuevos negocios digitales que, al amparo de las posibilidades que la tecnología subyacente ofrece, presentan las verdaderas oportunidades de futuro. Las finanzas programables (DeFi) o los NFTs (tokens no fungibles) son algunos de los campos donde se ha iniciado esta nueva revolución del valor.

Foto: El CEO de Tesla, Elon Musk.

En los últimos años, el mercado cripto de crédito ha experimentado crecimientos exponenciales, tanto en su vertiente centralizada (CeFi) como la más descentralizada (DeFi). En este último entorno existen actualmente distintos protocolos monetarios que cuentan con unos 45.000 millones de USD. De otro lado, plataformas reguladas como puede ser BlokFi, cerró el primer trimestre de 2021 con activos que superan los 15.000 millones de USD. En los próximos años veremos cómo, siguiendo el camino trazado por estos proyectos punteros, aparecerá una nueva generación de entidades financieras que proveerán de nuevos servicios y herramientas a los usuarios. Como dice mi buen amigo Miguel Caballero, es la banca sin la banca en caso de DeFi.

En este contexto de puro desarrollo, surgen esas oportunidades de obtener rentabilidades del 8% por simplemente depositar nuestros dólares (criptodólares) en esas plataformas. El riesgo puede ser menor y el proceso más sencillo de entender, si lo hacemos en aquellas que estás reguladas, como es el caso de BlockFi, Voyager o Nexo. Más adelante, podremos adentrarnos en Compound, Aave o cualquier otro de los grandes proyectos existentes.

Para entender cómo pueden pagarse estas rentabilidades, partiré del ejemplo de BlockFi donde se renumera el capital en USDC al 8,6% o, si queremos sacar rentabilidad extra a nuestros bitcoin (BTC) o ether (ETH), a tipos que van hasta el 5% (en criptomoneda). En esta plataforma el negocio consiste en prestar a tipos más altos los depósitos que los clientes hacen y actuar como meros intermediarios. Como parte interesada en tomar préstamos en USDC, podemos tener desde inversores y especuladores “retail” hasta traders profesionales y aquellas instituciones cripto con necesidades de financiación.

Según datos de JCapital, son los traders que, ante la imposibilidad de obtener otra fuente de crédito dada su actividad y, en la búsqueda de explotar las muchas ineficiencias que este criptomercado aún ofrece por su baja madurez, toman prestado al 10-12% pues esperan generar tasas de retorno mucho mayores.

Foto: Bitcoin (Reuters) Opinión

Operaciones como el “Basis Trading” explotando las diferencias entre futuros y contado, el arbitraje o cómo sacar partido a ineficiencias derivadas del conocido como “Coinbase Trade” o el “Grayscale Trade” son aprovechadas por esos traders gracias a la financiación obtenida. Otro tipo de operativa que se hace con esos USDC que se dejan en depósito, puede venir de la simple toma de posiciones largas o cortas en mercado con apalancamiento. Con unas rentabilidades anuales medias del 250% generadas por bitcoin (BTC) en la última década, es comprensible el atractivo que esto ejerce sobre esa parte de los especuladores más agresivos. Muchos de los bruscos movimientos que se observan en bitcoin (BTC) por ejemplo, vienen del cierre forzoso de aquellas posiciones apalancadas que, en un mercado donde la liquidez es baja, provocan episodios de movimientos muy violentos como el vivido estas últimas semanas.

Otra de las razones de esta necesidad de financiación viene del lado de alta demanda de capital existente en el entorno cripto. Como forma de proteger la operativa, tanto las entidades Centralizadas como aquellas plataformas que utilizan Smart Contracts, requieren de colaterales. Es decir, si yo quiero pedir prestados bitcoin (BTC) tendré que dejar un colateral con valor muy superior (el 150% por ejemplo) para poder acceder a ellos. De esta forma, el depositante resulta beneficiado pues, sus USDC o sus criptoactivos, son demandados por esa parte de los operadores que están dispuestos a pagar esos altos intereses.

Así las cosas y cómo puerta de entrada a este ecosistema llamado con el tiempo a convivir (primero) con el clásico, poner a trabajar una pequeña parte de nuestros ahorros, en forma de monedas estables que nos eviten pasar por la alta volatilidad existente en el resto de criptoactivos, puede ser una buena forma de aprender y entender el criptoespacio. Una vez habituados a manejar activos digitales, seremos capaces de intuir la utilidad o no, que los diferentes protocolos ofrecen, utilizarlos como complemento (hasta un porcentaje que no debiera superar el 5%) en un portfolio diversificado y, lo más importante, como forma de adentrarnos en este apasionante mundo donde la criptoeconomia, con sus diferentes aplicaciones, ha venido a cambiar muchos de los modelos económicos conocidos hasta la fecha. Y si encima nos ganamos un 8%, podré dormir tranquilo en casa.

En esto de las inversiones, cuando expectativas y realidad no coinciden, el mercado te sorprende con volatilidad. Mucha volatilidad. Y lo mismo sucede en la vida real, pues no hay nada peor que tu querido suegro pensando que eres un genio del criptomundo, acuda a ti en busca de consejo para invertir nada más y nada menos, que en bitcoin (BTC). Como la realidad no responda a las expectativas creadas, eres hombre muerto. Menos mal que uno tiene cierta experiencia en esto de moverse en ambientes hostiles y, para no decepcionar demasiado, el comodín de comentar la existencia de depósitos al 8% en Stablecoins como el USDC (token emitido por una entidad regulada y que usa cómo colateral dólares en la proporción de 1:1) permite salir del paso. Para una inversión mínima y con el objeto de entender todas las puertas que se abren en este nuevo paradigma que la criptoeconomia nos ha traído y nos traerá, empezar por esa parte puede tener cierto sentido y mínimo (que no nulo) riesgo.

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