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Bolsas, oro y bitcoin para fin de año
Si hace 15 meses y en plena pandemia, nos hubieran dicho que los principales índices norteamericanos podrían doblar aquellas cotizaciones, o que los europeos como el
Si hace 15 meses y en plena pandemia, nos hubieran dicho que los principales índices norteamericanos podrían doblar aquellas cotizaciones, o que los europeos como el DAX o el CAC estarían muy cerca de lograr similares marcas, mucho me temo que muy pocos lo hubiéramos creído. Pero transcurrido ese tiempo y cerrado el primer semestre de 2021, el mercado vuelve a demostrar que es soberano, que el largo plazo es la forma en la que todos deberíamos lograr invertir, y que sólo quien aplica una estrategia rigurosa es capaz de generar rentabilidad sostenible en el tiempo.
De cara a plantear el resto del año, parece que ni los miedos inflacionarios, ni los nuevos temores levantados por la variante “Delta” del coronavirus, les importan realmente a estos mercados que permanecen ajenos a esta última narrativa tal y como demuestran sus índices mundiales. Si tomamos el MSCI World Index, el S&P500 o el mismo EuroStoxx600, todos permanecen en zona de máximos históricos y se han obtenido rentabilidades mensuales positivas en 5 de los 6 meses que llevamos de 2021.
Del mismo modo, esto se está produciendo en un entorno de muy baja volatilidad. Si observamos por ejemplo el caso del S&P500, la mayor variación diaria ha sido este ejercicio de un 2,5% aproximadamente (tanto al alza como a la baja), datos no vistos desde 2017 en cuanto a la poca dispersión existente. Y pese a que analistas de Goldman Sachs alertaban el otro día de cierto sentimiento bajista, medido por la diferencia de volatilidad entre opciones (Skew) de una parte de los inversores, la verdad es que esa misma entidad asignaba un 5% de probabilidad de pasar a un entorno de mayor inestabilidad general (en función de los datos macro y de indicadores de mercado). Es decir, pese a que existan temores a un movimiento bajista brusco que se puede dar en cualquier momento, no se contempla a día de hoy, una extensión temporal del mismo.
Las previsiones para todo el 2021 de Wall Street se han ido ajustando al alza en estos meses pasados. El rango actual (hasta mayo) está entre los 4100 y los 4600 puntos para el S&P500 con un EPS de 200USD. Se toma como referencia de consenso un dato del GDP en USA sobre el 8,6% nominal donde, por cada 1% de mejora del mismo, el impacto en los ingresos de las empresas de aquel índice quedaría próximo al 3%.
Si abrimos la visión a otra clase de activos, el Oro ha sufrido su peor mes (junio) en términos de rentabilidad, en cuatro años. El llamado “activo refugio” no parece asumir bien su papel cuando el riesgo viene del lado del alza de tipos reales y, pese a los cambios que Basilea III traerá con respecto al metal dorado, la crisis de liquidez anunciada por muchos no parece impactar aún en los precios.
Bitcoin (BTC) y ether (ETH) presentan un comportamiento en el último trimestre que ha sido de los peores desde 2018
Y para aquellos que queremos tomar posiciones en el nuevo paradigma que la criptoeconomia ya está creando, bitcoin (BTC) y ether (ETH) que son las principales referencias a nivel de infraestructura, pese a finalizar un semestre positivo con alzas del 20% y del 200% respectivamente, presentan un comportamiento en el último trimestre que ha sido de los peores desde 2018 con ajustes desde máximos del entorno del 50% para ambos criptoactivos. Sin embargo, valor y precio no siempre van de la mano y si atendemos al primero, éste nada tiene que ver con el existente hace unos años en el ecosistema, logrando crecimientos muy importantes en cuanto a utilidad y adopción. En estos niveles, uno podría pensarse volver a entrar siempre que entienda los riesgos y la propuesta de valor que los criptoactivos incorporan.
Así las cosas, se antoja complicado entender qué es lo que realmente le importa a un inversor medio, y cómo se interpretarán los datos que vayamos conociendo. Del lado de Estados Unidos, la clave puede pasar por el empleo y el impacto que la evolución del mismo puede tener en las decisiones de la FED. A día de hoy y atendiendo a las probabilidades marcadas por los futuros, hasta dentro de un año no tenemos peligros reales aparentes de alza de tipos. Todo ello sin olvidar que el “tappering” solo es cuestión del cuándo. Del lado de la volatilidad, pese a esos temores puntuales comentados, la lectura global indica cierta estabilidad en los bajos niveles actuales. En cualquier caso y de cara a la segunda parte del año, hasta que se tenga una mayor claridad sobre la evolución de la economía global post-pandemia, los inversores siguen estando largos en “reflation”, cíclicas y value. Y a la vista de lo acontecido en los ejercicios, ir en contra no ha salido bien.
Si hace 15 meses y en plena pandemia, nos hubieran dicho que los principales índices norteamericanos podrían doblar aquellas cotizaciones, o que los europeos como el DAX o el CAC estarían muy cerca de lograr similares marcas, mucho me temo que muy pocos lo hubiéramos creído. Pero transcurrido ese tiempo y cerrado el primer semestre de 2021, el mercado vuelve a demostrar que es soberano, que el largo plazo es la forma en la que todos deberíamos lograr invertir, y que sólo quien aplica una estrategia rigurosa es capaz de generar rentabilidad sostenible en el tiempo.