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Videojuegos: ¿jugarás para ganar dinero?
Los juegos 'blockchain' premian a los jugadores con criptoactivos bajo lo que se conoce como 'play to earn'
Se estima en unos 2.800 millones, el número de personas que han jugado activamente a videojuegos en todo el mundo el año pasado. En 2023 se superarán los 3.070 millones. Pese a ciertas restricciones impuestas por su Gobierno, China contabiliza casi 700 millones de jugadores y en Estados Unidos, 3 de cada 4 ciudadanos se han entretenido desde sus dispositivos móviles (50%) o desde consolas con estos videojuegos. Los ingresos de esta industria para 2021 serán de 175.000 millones de dólares, esperando alcanzar los 218.000 millones en 2024, con una tasa de crecimiento anual (CAGR) del 8,7%. Casi la mitad de estos últimos vienen del mercado asiático, y tanto los modelos de suscripción como aquellos basados en el 'cloud gaming' han abierto multitud de opciones generadoras de nuevos resultados. España, por cierto, se coloca como el décimo país que más ingresos genera a esta industria.
Un estudio citado sobre el perfil de esos jugadores en Estados Unidos, ponía de manifiesto que los videojuegos se han convertido en un elemento más del 'estilo de vida' norteamericano. Y pese a que casi el 40% del total está en la franja que va entre los 18 y 34 años, destacan datos como que el 6% tiene ya más de 65 años y que una gran mayoría de esos ciudadanos, juega de forma habitual. El 80% de aquellos participa como forma de ejercitar la mente (dicen) y para reducir el estrés. El 50% lo hace como excusa para pasar más tiempo en familia. A nivel mundial, la media destinada a juegos es de 6,33 horas semanales.
Según una segmentación global del tipo de jugadores existentes, se establecen ciertos grupos con unas características diferenciadoras. Una de las peculiaridades más comunes radica en la disposición a pagar, bien sea mediante suscripción o como forma de adquirir ciertos ítems que ofrezcan ventajas y utilidades en los juegos. Es decir, es totalmente normal el gastar dinero dentro de los juegos, siendo los micro-pagos una de las tendencias al alza. Hasta una corriente de 'youtubers' está monetizando su influencia en ciertos juegos, con alguno de ellos superando los 110 millones de suscriptores.
En este contexto de constante evolución, se está dando una alta involucración emocional de los jugadores que tiende hacía una dinámica cada vez más cercana a la realidad. El llamado 'Metaverso', que es una réplica del mundo real en formato virtual donde los usuarios pueden expresarse de distintas formas gracias a los nuevos avances tecnológicos (al modo 'Ready Player One' o 'Free Guy'), permite interactuar con otras personas, objetos y espacios, y es aquí donde se centra ahora tanto la atención de las grandes marcas (Epic Games o Sony) en los juegos 'clásicos', como el llamado 'blockchain gaming' del lado de los 'juegos revolucionarios' que incorporan recompensas, NFT y la capacidad de generar microeconomías dentro de los juegos, última tendencia de crecimiento incalculable.
En los juegos 'clásicos', tenemos una entidad central con sus desarrolladores que controla, otorga la credibilidad y gestiona la economía existente dentro del mismo. Pero estos juegos globales que cuentan con un gran número de consumidores y una buena experiencia de usuario, adolecen de la transparencia necesaria, seguridad, facilidad operativa con respecto a los objetos o espacios que se pueden llegar a adquirir y, al final, cierto grado de exclusividad que haga diferentes dentro de ese juego a cada uno de los partícipes.
La tecnología 'blockchain' soluciona las carencias gracias a la descentralización que permite a los jugadores el poder para comprar y vender
La tecnología 'blockchain' soluciona las carencias anteriores gracias a la descentralización que permite, otorgando a los jugadores el poder para crear, controlar, comprar y vender cualquier objeto de forma instantánea a coste cero, sin tener que pasar por los desarrolladores. Además, esta base de datos distribuida y asegurada criptográficamente, evita los ataques y hackeos mientras que, toda operación realizada es irreversible. La 'tokenización' de aquellos objetos (desde pistolas hasta avatares, arte o coleccionables) a utilizar dentro (y fuera) del juego, es otra de las ventajas que incorpora esta nueva forma de jugar al otorgar, entre otras, la capacidad de poder ser únicos o limitados. Si encima añadimos un mercado monetario donde poder intercambiar la armadura especial que se adquirió o un trozo de tierra y, pedimos que este sea interoperable (puedo llevarme una espada a otro juego, por ejemplo) y barato en las transacciones, Blockchain es la pieza que puede coordinar todas estas necesidades.
Dentro de una 'blockchain' se puede almacenar valor en la forma de NFT o 'tokens' no fungibles. De esa forma los juegos tienen activos que pueden ser únicos y coleccionables, lo que les otorga mayor valor. Imagine, por ejemplo, un arma con capacidad especial que nadie más tiene y donde esa exclusividad es totalmente verificable. Si encima, es susceptible de ser intercambiada por dinero en forma de 'tokens', los incentivos existentes en dicho juego son enormes. Lo puede intercambiar en cuestión de segundos y a cualquier usuario en cualquier parte del mundo. Añadiendo recompensas por jugar en forma de criptoactivos, se cierra el círculo y el valor que esta nueva ola de juegos distribuidos está incorporando. Esta capacidad de generar microeconomías, es lo que lo hace realmente interesante y diferente.
Cuando el juego se ha construido sobre la infraestructura 'blockchain' (en forma DApp), son los 'smart contracts' o contratos inteligentes los que lo respaldan y gobiernan toda la operativa, ejecutándose automáticamente en función de las condiciones establecidas. En este caso, todos los activos del juego que los jugadores adquieren o ganan utilizando esos contratos inteligentes, se transfieren a su dirección pública. Estos juegos suelen contar con un 'token' ERC20 para poder realizar transacciones en la plataforma y, bien nos dejarán conectar nuestro 'wallet', o proveen de uno propio que suele ser interoperable con el primero. Los 'smart contracts' ofrecen transparencia total pues son de código abierto, y el acceso es libre para que todos los intervinientes puedan acceder a las reglas establecidas. Una vez se ejecutan, todas las operaciones quedan registradas en la 'blockchain', que es de acceso público y descentralizada. La existencia de comunidades puede incluso, permitir que cualquiera sugiera un cambio o mejora que, de ser aprobada por la mayoría, se puede llegar a implementar (mediante los 'tokens' de gobernanza).
En esta evolución, han aparecido juegos 'blockchain' que premian a los jugadores con criptoactivos bajo lo que se conoce como 'play to earn'. Axie Infinity es un juego 'online' basado en NFT que se centra en un universo digital de mascotas con la capacidad de luchar y criar. Cada uno de ellos tiene características distintas que determinará su papel en las distintas opciones del juego y permite hacer amistad con otros jugadores. Es uno de los más populares, contando a día de hoy cuenta con 1,1 millones de jugadores y un volumen medio mensual dentro de este ecosistema de NFT, de unos 170 millones de dólares. La pieza central son los 'Axies', unos bichos virtuales encriptados bajo NFT, donde cada uno es único y que puede llegar a revalorizarse si sus características son apreciadas por otros jugadores (y no con base en las reglas del juego). Las recompensas por jugar, superar distintas fases o criarlos, se acumulan mediante 'tokens' (SLP) en función del modo seleccionado, recibiendo un extra al completar misiones diarias, de forma que un jugador medio puede ingresar unos 10 dólares diarios, y uno más avanzado unos 20. Destaca el número de jugadores existentes en Filipinas o Venezuela que, atraídos por esas recompensas, no ha dejado de crecer en los últimos meses. Actualmente y tras el aumento de popularidad del juego y el alza de los criptoactivos, la entrada se ha hecho más costosa y puede suponer una barrera de entrada. Note el lector que, lógicamente, en estos modelos de 'jugar para ganar' el valor del 'token' dependerá del número de jugadores que lo demanden.
Así las cosas, otra de las aplicaciones que 'blockchain' está deparando viene del lado de los juegos, especialmente desde que se pueden monetizar activos dentro de los mismos. Estas micro-economías, que son las claves de su éxito y futura evolución, abren una cantidad de negocios y posibilidades inmensas basadas en su propia criptomoneda. Intercambiar toda clase de activos dentro del juego de forma sencilla, rápida y legítima provee de un entorno donde, tanto jugadores como desarrolladores, salen beneficiados. La creación de comunidades donde aquellos pueden conocerse, compartir inquietudes o proponer mejoras es otra nota interesante.
Al final, se trata de un modelo económico que permite a los jugadores crear nuevos activos digitales que pueden negociarse a través de la infraestructura del juego, atrae a otros negocios que se pueden desplegar dentro del mismo y que, gracias al desarrollo de los criptoactivos en general, gozan de un mercado secundario líquido y global. Jugar para ganar, otra tendencia que no podemos perdernos.
Se estima en unos 2.800 millones, el número de personas que han jugado activamente a videojuegos en todo el mundo el año pasado. En 2023 se superarán los 3.070 millones. Pese a ciertas restricciones impuestas por su Gobierno, China contabiliza casi 700 millones de jugadores y en Estados Unidos, 3 de cada 4 ciudadanos se han entretenido desde sus dispositivos móviles (50%) o desde consolas con estos videojuegos. Los ingresos de esta industria para 2021 serán de 175.000 millones de dólares, esperando alcanzar los 218.000 millones en 2024, con una tasa de crecimiento anual (CAGR) del 8,7%. Casi la mitad de estos últimos vienen del mercado asiático, y tanto los modelos de suscripción como aquellos basados en el 'cloud gaming' han abierto multitud de opciones generadoras de nuevos resultados. España, por cierto, se coloca como el décimo país que más ingresos genera a esta industria.