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¿Llegará bitcoin a los 100.000 dólares en 2022?
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Javier Molina

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¿Llegará bitcoin a los 100.000 dólares en 2022?

Son tiempos de aprendizaje, de saber posicionarse con visión de largo plazo. Si bitcoin (BTC) llegará o no a 100.000 dólares, eso se lo dejo a los adivinos y profetas

Foto: Foto: Reuters/Dado Ruvic
Foto: Reuters/Dado Ruvic

Esa pregunta me la hacía Vicente Varó en el directo del otro día, mientras hablábamos sobre criptoactivos. Y mi respuesta fue bien clara: no tengo ni idea. Sin duda alguna que, si algo he aprendido en estos últimos años de grandes movimientos, crecimiento global de la adopción, llegada institucional, desarrollo inmenso del ecosistema y excesos de todo tipo, es que lanzar previsiones sobre cualquier activo, y bitcoin (BTC) en particular, es una quimera en la que uno no debería participar.

Sin embargo y mientras sigo pensando que una posición en criptoactivos debe gestionarse siempre, establecer una estrategia coherente con los conocimientos, perfil de riesgo y utilidad que observe cada uno, sí debiera ser la tarea principal de cualquier inversor y la pregunta que responder antes de invertir un solo euro. Sólo de esa forma se estará preparado para asumir (o no), una volatilidad que en este caso concreto está cercana al 100% en términos anualizados y, así cuando asista a lo que algunos han catalogado como “sangría en las criptomonedas” sabrá perfectamente que, además de no tener ni idea el que le está hablando, pues para empezar no todos los criptoactivos tienen función de moneda, sabrá perfectamente que ese es, a día de hoy, el comportamiento implícito normal de este activo real digital en su proceso de monetización. En esencia y mientras se mantienen intactas las mismas características de utilidad de bitcoin hoy, que hace dos, siete o catorce meses, la explicación hay que buscarla del lado de la demanda y en los factores que están incidiendo sobre ella.

Para analizar esas variaciones, son varias las herramientas que podemos utilizar en el objetivo de determinar las causas reales de las caídas de las cotizaciones pues en esencia, la Blockchain permite extraer el detalle de los movimientos de los distintos tokens, obteniendo esa información que permite con un mínimo de rigor en base a flujos, explicar parte de lo sucedido hasta la fecha. Del mismo modo, el cambio en esas condiciones de la demanda, puede ayudar a interpretar el destino e intenciones de la misma. Antes de pensar en los 100.000USD, deberán darse ciertas condiciones de ese lado. Si a esto le añadimos la comentada existencia de una estrategia y plan de inversión, el mercado le sorprenderá con menos virulencia si la utiliza.

Foto: Bitcoins. (Reuters/Dado Ruvic)

En primer lugar, hay que reconocer que hemos asistido a un aumento de la correlación de bitcoin (BTC) y las bolsas no esperado por muchos operadores, destacando el comportamiento de las Altcoins con respecto al Nasdaq. Esto último puede deberse a la asimilación de muchos proyectos cripto, a un mercado “growth” con lo bueno y lo malo del mismo. Así mismo, la llegada de inversores más tradicionales que han incorporado esos activos digitales en sus carteras, está generando mayor volatilidad fruto de la decisión de reducir exposición a riesgo global. Si bien es un motivo de preocupación, por cuanto se trataría de la pérdida de uno de los principales atributos de bitcoin (BTC) si llega a prolongarse en el tiempo, no es menos cierto que era una de las consecuencias lógicas fruto de la mayor adopción alcanzada.

En segundo lugar y a diferencia de lo visto en 2021, las caídas de los últimos meses vienen provocadas principalmente, por los especuladores de corto plazo (posiciones abiertas menos de 5 meses atrás) que han vendido en pérdidas (la mayoría), y que representan actualmente cerca del 18% del total circulante de BTC.

Si analizamos ahora el comportamiento de los inversores con más de 1000 BTC en cartera, tras el fuerte descenso de sus posiciones entre febrero y julio de 2021 (típico proceso de distribución), en este último movimiento bajista no han mostrado un comportamiento tan acusado en las ventas y a día de hoy, se están viendo las primeras adquisiciones de BTC. Esto coincide con un aumento, hasta llegar al 60% del total circulante, del número de tokens que no se han movido (hodl) en los últimos 12 meses, porcentaje que sube hasta el 80% si partimos de los últimos 6. Es decir, los inversores de corto plazo han salido y, de otro lado empiezan a entrar los de largo plazo mientras que su global posición va en aumento. De la evolución de estos flujos, dependerá el movimiento del precio futuro.

Foto: Foto: Reuters/Benoit Tessier. Opinión
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En tercer lugar, no podemos dejar de observar el mercado de futuros. Mientras que el volumen con respecto al spot ha ido aumentando de forma sostenida en el tiempo (otra de las consecuencias de la llegada institucional), en la actualidad vemos posiciones abiertas (OI) a niveles similares del verano pasado, mostrando de alguna manera la salida de flujos producida hasta la fecha. Un aumento de las mismas vendría a apoyar la formación de un suelo de mercado que apoyase los datos anteriores. Del mismo modo, el “funding rate” sigue en negativo, en clara sintonía con el movimiento bajista dominantes. Igual atención merece una recuperación del mismo como indicador de vuelta del interés comprador y flujos. Así mismo, llama la atención la divergencia mostrada por la ratio PUT/CALL de BTC, colocado hoy en niveles de 0,5 y sin grandes incrementos en las últimas semanas. Por último, hay que mencionar como el apalancamiento y los “margin calls” se han reducido (al igual que el TVL), siendo otro indicador a vigilar en las semanas venideras.

En este contexto y solo nombrando unas pocas de las variables que considero más interesantes a la hora de situarnos en el momento de mercado, el inversor no debe tratar de identificar precios objetivos sino, por el contrario, debe destinar su tiempo y esfuerzo a entender las fuerzas que mueven los activos, la utilidad que generan (si es que lo hacen), el efecto red que bitcoin (BTC) en este caso tiene (y su expansión) y situarlo en su justa medida dentro de la cartera. Aplicar sistemas de gestión de riesgo en base a volatilidad, por ejemplo, ha demostrado muy útil en este y en todos los activos cotizados, siendo una herramienta sencilla de aplicar y de buena usabilidad. Si no nos cuadran todos esos datos, permanecer fuera en monedas estables (por ejemplo) rentando al 8% en algunas plataformas y protocolos, se me antoja lo más adecuado.

Así mismo, no olvidemos que el ecosistema ya no va solo de bitcoin (BTC) sino que se está desarrollando todo un mundo de alternativas y posibilidades de crecimiento futuro. Nuevos modelos de negocio invertibles, que requieren de su correspondiente comprensión previa para no terminar perdiendo hasta la camisa, que sin duda marcarán el desarrollo de los criptoactivos este año. No deje de estudiar lo que se mueve en los NFTS (no en la parte especulativa) y sus implicaciones en todas las dimensiones posibles. Hasta los absurdos que se van produciendo generan ideas de cómo se va a monetizar el futuro en todos los campos posibles. Son tiempos de aprendizaje, de saber posicionarse con visión de largo plazo y en la justa medida del riesgo que cada uno pueda asumir y, si bitcoin (BTC) llegará o no a 100.000USD eso se lo dejo a los adivinos y profetas especie que, por cierto, no deja de aflorar cada día que pasa.

Esa pregunta me la hacía Vicente Varó en el directo del otro día, mientras hablábamos sobre criptoactivos. Y mi respuesta fue bien clara: no tengo ni idea. Sin duda alguna que, si algo he aprendido en estos últimos años de grandes movimientos, crecimiento global de la adopción, llegada institucional, desarrollo inmenso del ecosistema y excesos de todo tipo, es que lanzar previsiones sobre cualquier activo, y bitcoin (BTC) en particular, es una quimera en la que uno no debería participar.

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