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Y si estuviese a punto de empezar un enorme movimiento en el mercado de divisas…
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Marc Garrigasait

El Abrazo del Koala

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Y si estuviese a punto de empezar un enorme movimiento en el mercado de divisas…

El Yen japonés está en máximos de 40 años en relación al Dólar americano, es decir lleva revalorizándose sin parar tanto en la época de euforia

El Yen japonés está en máximos de 40 años en relación al Dólar americano, es decir lleva revalorizándose sin parar tanto en la época de euforia económica japonesa de los 80 y 90, pero también en la larga depresión japonesa de los últimos ya casi 25 años.

Japón ya sufre más de 20 años con bajadas en los precios inmobiliarios, cuyos precios en el centro de Tokio eran ya de apenas 2.000 Euros/m2 a principios del 2008, después de sufrir caídas cercanas al 90% desde máximos. Las caídas en el precio de las acciones son mayores del 75% desde los máximos de diciembre de 1989. La economía japonesa solo ha podido aguantar a estos 2 tsunamis, con inyecciones masivas de dinero del Estado mediante un aumento del endeudamiento. Los 2 efectos, caída inmobiliaria y de la bolsa, han provocado unas pérdidas de $15 trillones en la economía nipona, el equivalente a nada menos que 3 años de su Producto Nacional Bruto, según un estudio oficial de las cuentas nacionales japonesas. ¿Os podéis imaginar la perdida de riqueza en las familias y empresas japonesas?, y ¿los prestamos avalados o hipotecados con acciones o inmuebles con problemas?. De hecho y como no podía ser de otra forma, la banca japonesa estaba completamente en quiebra y necesito de fusiones y ayudas del Estado.

La consecuencia fue que el total de deuda publica japonesa en relación a su PNB, pasó del 52% en 1989, una tasa muy baja, a aumentar continuamente hasta el 170% actual, el nivel mayor de cualquier país desarrollado del mundo, incluso mayor que Grecia. ¿Cual es la noticia positiva? Pues que el endeudamiento privado, provinente de la burbuja inmobiliaria japonesa alcanzó en 1989 un 219% de su PNB, y fue subiendo hasta un máximo del 273% del PNB en 1996, para disminuir hasta el 113% de su PNB actual. Por tanto la suma de ambos, endeudamiento público y privado, es del 283% de su Producto Nacional bruto, pero según un estudio de Mckinsey si le añadimos la deuda bancaria y exterior, el endeudamiento total de Japón es del 459% de su PNB en 2008, el mayor de todos los paises del G-20. Aquí podéis ver a los países mas endeudados del mundo, el mayor es Japón y luego Inglaterra y España con un 342% de su PNB. España tiene el dudoso honor de ser el país con mayor crecimiento en sus deudas del año 2000 al 2008.

Por tanto Japón se encuentra en una situación económica ya casi crítica. El único dato positivo es que esta larga crisis ha propiciado que la sociedad japonesa tenga una alta tasa de ahorro y por tanto la mayoría de los tenedores de bonos japoneses son las familias, empresas y entidades financieras, por lo que no hay un riesgo inminente de crisis motivada por la falta de confianza internacional que lleve a ventas masivas en sus bonos y dificultades de encontrar la financiación necesaria para sus enormes renovaciones de deuda pública.

La parte negativa proviene que Japón tiene un riesgo demográfico enorme, con la mayor tasa de envejecimiento de los principales países desarrollado del mundo, y pone muchas trabas a la inmigración.

Según un informe de Naciones Unidas, Japón será en el año 2050 el país más envejecido del mundo, seguido de España, siempre claro que se mantenga la actual estructura poblacional.

Por tanto, Japón, ya se encontraba en una situación peligrosa antes del terremoto y tsunami de marzo 2011. ¿Como puede afectarle económicamente?:

1. Creo que podría ser el típico acontecimiento externo, que impacta en toda la sociedad y que puede provocar una reacción positiva en termino de unidad de objetivos. Hasta hoy, Japón parecía no reaccionar a una muerte económica lenta.

2. Obviamente, empresas, familias pero especialmente en Estado nipón deberán endeudarse aun mas para reconstruir las zonas devastadas. Este aspecto es obviamente muy peligroso al partir Japón de un sobreendeudamiento actual enorme por la burbuja inmobiliara nipona de los años 90.

Cual es, en mi opinión la única forma posible de salir de esta situación de depresión económica con tasas de inflación negativas, sin crecimiento económico y con un enorme endeudamiento?

Solución: Una continuada repetida e imparable depreciación de su divisa, que además y por motivos poco económicos, por el fenómeno llamado “carry trade” se encuentra hoy en día en máximos de más de 40 años contra el Dólar USA. Puede venir por dos motivos:

1. El nulo crecimiento japonés, después de varias décadas intentándolo de diversas formas distintas, solo puede levantarse, con una fuerte depreciación del yen que potencie las exportaciones, la entrada de grandes capitales y del turismo. Pero sino ocurre, entonces:

2. Los enormes déficits y deudas llevarían a Japón a ver su rating bajar continuamente y poner en duda su solvencia, lo que se traduciría en una fuerte depreciación por la desconfianza de inversores internacionales.

En mi opinión, es un fenómeno que aun no había empezado pero podía hacerlo en cualquier momento, pero la catástrofe del Terremoto-tsunami, pienso que acelerará la depreciación continua del Yen japonés en los próximos 5 a 10 años al menos. Podría ser uno de los mayores movimientos en los mercados financieros en los próximos años.

Para Japón es la única medida que yo creo tiene para conseguir un poco o incluso mucho crecimiento. Lo ha intentado todo, inyectando masivamente dinero pero ha sido inútil. Además no tiene problemas de inflación, por lo que no le vendría mal un poco de inflación importada. Ni Estados Unidos ni los países occidentales, quizás algo si el resto de países asiáticos, estarán en contra, es decir no se opondrán a que la divisa japonesa se deprecie y haga más competitiva a su país que esta al borde del abismo económico y social.

El Yen japonés está en máximos de 40 años en relación al Dólar americano, es decir lleva revalorizándose sin parar tanto en la época de euforia económica japonesa de los 80 y 90, pero también en la larga depresión japonesa de los últimos ya casi 25 años.